Alí Ramón Rojas Olaya: Profesor investigador de la Escuela Venezolana de Planificación y de la
Escuela de Defensa Integral Comandante Eliézer Otaiza (Ediceo). Rector
de la Universidad Nacional Experimental de la Gran Caracas. Presidente
del Centro Rodrigueano de Investigación Social para la
Latinoamericanidad (Crisol).
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional,
también conocida por sus siglas en inglés, USAID, explica en su portal
que “cuando un conflicto o desastre natural destruye comunidades, o
cuando el hambre y la enfermedad amenazan con expandirse, la
preocupación de las personas atrapadas en medio de estas crisis es
sobrevivir. Ayudarles constituye el pilar de lo que la Oficina de
Asistencia para Desastres en el Extranjero, de USAID (USAID/OFDA) hace
todos los días, alrededor del mundo”. También destaca este portal que
esta institución estadounidense es la “encargada de distribuir la mayor
parte de la ayuda exterior de carácter no militar”.
Faltaba un
poco menos de 7 minutos para las 5 de la tarde del martes 12 de enero de
2010 cuando la escala de Richter marcó un espantoso 7,3 grados con
epicentro a 15 km de Pòtoprens, como llama el pueblo en criollo a la
capital de Haití. A los pocos días, Estados Unidos envió a este país una
ayuda humanitaria de 100 millones de dólares para solventar los gastos
de movilización militar anunciados: 10 mil soldados (los cascos azules),
el portaaviones Carl Wilson, cargado de 19 helicópteros, el destructor
Higgins, los buques de asalto anfibio Bataan, Fort McHenry y Carter
Hall, el crucero Normandy y la fragata Underwood ambos equipados con
misiles dirigidos. El pueblo haitiano que esperaba ansioso la ayuda
humanitaria padeció en su piel los resultados de ese beneficio:
inoculación de cólera, violaciones masivas a mujeres y niñas y todo tipo
de atropello. Me contó un amigo que oyó a uno de los superhéroes de los
escuadrones militares gringos decirle a otro: ¡Viva la France! ¿Por qué
dijo esto? Porque las potencias no perdonan que la gloriosa Patria
negra del Caribe haya derrotado al ejército francés el 1° de enero de
1804 convirtiéndose en la primera en abolir la esclavitud y la primera
república en hacer una revolución agraria.
Si hacemos un
ejercicio ontológico para encontrar el origen de la ayuda humanitaria
gringa, lo hallaremos en el 9 de noviembre de 1620 cuando un grupo de
peregrinos a bordo del barco Mayflower cruzó el Atlántico desde el
puerto inglés Plymouth, hasta el Cabo Cod en Massachusetts. ¿Quiénes
formaban este grupo? Puritanos que eran perseguidos en Inglaterra porque
criticaban a la Iglesia de su país por no asimilar debidamente la
reforma protestante. Pertenecían a las clases acomodadas y entre ellos
había mercaderes, comerciantes, hacendados, científicos. ¿Qué querían?
Fundar una colonia que siguiera los preceptos de la teología luterana,
es decir, que rompiera con el sistema monárquico de la Iglesia Católica.
¿Qué es el puritanismo? Es un sistema que es al mismo tiempo doctrina
religiosa y teoría económica cuyos valores son la creencia de ser el
pueblo elegido y en comunicación directa con Dios para realizar su
voluntad en la tierra, no sólo mediante la fe como lo promulgara Lutero,
sino por obras traducidas en riqueza material que reflejen el
beneplácito de Dios hacia su pueblo ya que la marca del elegido sólo es
posible alcanzarla mediante la aventura económica individual porque ésta
es sinónimo de salvación, en este sentido la frase bíblica "por sus
frutos los conoceréis", sustenta este sistema. ¿Cómo es la propiedad
para los puritanos? La propiedad está vinculada a la libertad y descansa
en las dos posesiones que generan riqueza: la tierra y la esclavitud.
¿Y qué tiene que ver esto con la ayuda humanitaria? Ni la caridad ni la
solidaridad son precisamente virtudes para los puritanos ya que para
ellos nadie puede ayudar a otro porque esto es tarea de Dios, de allí la
frase “ayúdate que Dios te ayudará”. El puritanismo exalta el
individualismo y la autosuficiencia y, aunque sus fieles profesan que
todos los hombres son iguales, tienen plena conciencia de que la
desigualdad proviene de la debilidad de la mayoría de ellos. Esta
debilidad radica en la flojera. ¿Quiénes son los débiles? Los blancos
pobres europeos, la gente originaria americana y las negras y negros
africanos. El puritano tiene en el miedo su arma letal ya que obedece a
normas con las que castigan a los pecadores y regulan la conducta
cotidiana. Para los puritanos en los negocios hay una concepción moral
porque desarrollan en los hombres cualidades admirables como la
probidad, la diligencia, la frugalidad, la autoconfianza, la sinceridad y
la honestidad y una cualidad que yace en sus entrañas: un desprecio
sine qua non a los desiguales, es decir, a los débiles que, por ser
ineficientes, deben dejarse gobernar.
Es así como Estados Unidos
recoge de esta corriente protestante los elementos ontológicos de su
doctrina de poder absoluto que justifica su predestinado imperialismo
(Destino Manifiesto). No hay en el coloso del norte un ápice de
solidaridad, caridad, compasión, amor al prójimo que se pueda traducir
en ayuda humanitaria. Los gringos se creen los amos del mundo y por ello
deben extraer de él sus riquezas y hacer de la ganancia y el éxito
prueba de su salvación.
Es así como, bajo el nombre de ayuda
humanitaria, Estados Unidos ha desplegado los más fieros arsenales
terroristas en Florida (1817), México (1846-1848, 1911, 1914, 1917),
Argentina (1852, 1976), Nicaragua (1853,1854, 1855, 1894, 1910, 1912,
1926, 1927, 1931, 1933, 1934, 1956, 1981, 1990), El Salvador (1855,
1931, 1980), Honduras (1855, 1924, 1931, 2009), Uruguay (1855), Paraguay
(1859), Panamá (1865, 1904, 1908, 1918, 1925, 1941, 1964, 1981, 1989),
Cuba (1898, 1901, 1906, 1952, 1960-2019), Puerto Rico (1898), Guam
(1898), Filipinas (1898), Hawai (1898), Colombia (1903, 1948-2019),
República Dominicana (1904, 1907, 1916, 1930, 1965), Venezuela (1908,
1948, 2002-2019), Haití (1915, 1994), Guatemala (1920, 1954, 1960, 1966,
1967), Guyana Holandesa (1941), Hiroshima y Nagasaki (1945), Vietnam
(1955-1975), Ecuador (1961), Brasil (1964), Bolivia (1967), Chile
(1970-1973), Granada (1983), Yugoslavia (1999), Afganistán (2001-2014),
Irak (2003-2011), Bolivia (2008), Libia (2011) y Siria (2011-2019).
Entre el 23 y el 31 de agosto de 2005 el huracán Katrina devastó a
parte importante del sur norteamericano. La ciudad de Nueva Orleans
quedó destruida y sus habitantes clamaban ayuda humanitaria. El
presidente George W. Bush envió aviones inmediatamente, pero no a esa
ciudad de Luisana, sino a Irak y no precisamente con comida o medicina
sino con bombas. Venezuela, en pleno ejercicio de la solidaridad que le
caracteriza por legado bolivariano envió combustible a los Estados
Unidos.
En aquel enero triste, el hermano pueblo de Haití recibió
ayuda humanitaria de la Patria Grande. De Venezuela, comida, pañales,
ropa y medicina. De Cuba, electricidad. De República Dominicana,
transporte. De México, Argentina, Uruguay y Nicaragua, equipos
especializados en catástrofes naturales. Haití con 25 y Bolivia con 14,
son los países que más golpes de Estado han recibido. El primero ayudó a
Bolívar, el segundo fue creado por Bolívar.
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