Farruco
Sesto: Arquitecto, escritor, poeta, blogero y político. Ha sido ministro de Cultura y ministro de Vivienda y Hábitat. Es catedrático de la FEVP.
“La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante
es un instrumento ciego de su propia destrucción”
“Ser culto es el único modo de ser libre”
”Hemos dicho que la estrategia fundamental para derrotar la pobreza
es darle poder a los pobres. Y el
primer poder es el conocimiento”.
Tomándolas de allí, pudiéramos
proyectarlas hacia los procesos generales de emancipación humana,
concentrándolas en la idea del conocimiento como arma de liberación. En
lo individual, desde luego, pero sobre todo en lo colectivo.
Pues de nada vale la libertad personal
si no se inserta en la liberación de la sociedad en su conjunto. Es un
axioma que cualquier persona de izquierda suscribiría, para darle
sentido a la lucha política.
El primer poder es el conocimiento.
Estamos de acuerdo con ello. Se necesita el análisis certero de la
realidad, para descifrar las causas de la injusticia y confrontar toda
opresión. Así como para diseñar el recorrido del camino que se necesita
transitar.
Es el conocimiento el que devela la
verdad profunda de las cosas y genera los argumentos en la batalla de
las ideas. Y el que le sirve de soporte a los sueños, para
diferenciarlos de la utopía.
¿Ahora bien, de donde viene, cómo se adquiere ese conocimiento, real, profundo y útil, que se precisa para alcanzar la libertad?
Al respecto, me interesa puntualizar dos aspectos de la producción y adquisición del conocimiento?
El primero es anotar que ese
conocimiento, esa comprensión oportuna de la realidad del mundo, es,
como tantas otras cosas que constituyen nuestra cultura ( y nuestras
culturas), una construcción humana permanente. Como lo es la ética, la
sensibilidad, el amor, el arte y, por supuesto, la ciencia.
Construcciones que hacemos para entendernos. Elaboraciones.
Y una vez aceptado el conocimiento
como construcción, lo segundo es precisar que los ladrillos vienen de la
praxis o, por mejor decirlo, de la relación entre la teoría (el grado
de elaboración alcanzado) y la práctica (la inmersión directa en los
hechos de la realidad). En todo esto, el poder tiene mucho que
hacer. De allí la frase de Chávez: “el primer poder es el
conocimiento”. Y la política tiene mucho que hacer.
De vez en cuando es bueno recordar
estas cosas. Sobre todo en estos tiempos donde el conocimiento
auténtico de la realidad es sustituido por una suerte de verdad
mediática, más falsa que un fulano autoproclamado.
(Apuntes para mi libro “Ser de izquierda a partir de Chávez”)
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