Cristianismo: ¿Liberación u opresión? José Gregorio Linares

El padre Camilo Torres en la guerrilla
José Gregorio Linares: Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela, Profesor Investigador de la Escuela Venezolana de Planificación.
En la Iglesia suramericana han pervivido dos tendencias teológico-políticas: 1) La opresora, asociada a los proyectos de dominación de las oligarquías locales y la potencia dominante. Se opone a las reivindicaciones de los sectores populares y a las reformas sociales; sirve de válvula espiritual a los padecimientos del pueblo mediante la fórmula de la resignación y el conformismo. 2) La liberadora, que asume que el cristianismo es un programa espiritual insurgente, de justicia y defensa de  los humildes. Se enfrenta a los sectores poderosos que oprimen al pueblo y a las Estados imperiales que subyugan a las pequeñas naciones.

En general las cúpulas de la Iglesia (católica o protestante) representan la teología de la opresión. Han blandido la biblia como látigo y la cruz como vara de castigo. Mas desde lo más profundo de nuestra espiritualidad corre subterráneamente un evangelio liberador, con “hambre y sed de justicia”, que anuncia una sociedad más igualitaria y establece que el cristianismo debe expresar la voz del pueblo porque la voz del pueblo es la voz de Dios

Los independentistas católicos se enfrentan al Vaticano

Enfrentados a los teólogos que afirmaban que los indios no tenían alma estuvieron Fray Antonio de Montesinos y Fray Bartolomé de las Casas, entre otros: defendieron a los indígenas y denunciaron las atrocidades que contra ellos se cometían. Igualmente, frente a la Iglesia que justificaba la esclavitud de los africanos bajo el argumento de que África era el continente del demonio y sus pobladores los hijos de Cam, estuvieron Alonso de Sandoval y Pedro Claver: denunciaron los crímenes del comercio de esclavos y dedicaron sus vidas a mitigar el dolor de los esclavizados en Cartagena de Indias.

Mientras el papa Pío VII a través de la encíclica Etsi Longíisimo (1816) ordena al clero de la América española jurar obediencia al Rey de España, respaldar el gobierno monárquico y defender el colonialismo español, Juan Germán Roscio (1763 –1821) se propone demostrar que la Biblia y la doctrina de la Iglesia se oponen al despotismo, y explica por qué apoyar la República y luchar por la independencia no son acciones contrarias a la religión católica. Para tal fin escribe el libro “El triunfo de la libertad sobre el despotismo dedicada a desagraviar en esta parte a la religión ofendida con el sistema de la tiranía”.

En el mismo sentido el cura José Joaquín Liendo y Larrea, dirige el sector más radical de los patriotas venezolanos: el Club de los Sincamisa. “Era un ardiente republicano; tenía para España, los españoles y las autoridades reales los epítetos más infamantes. En una ocasión, precisamente en la celebración aniversario del 19 de abril, condujo una manifestación hasta las orillas del Guaire, portando un retrato de Fernando VII. Al llegar al río lo sumergió tres veces en el agua para ahogar  al infame Rey. Luego, con peculiares ceremonias, enterró la efigie en la ribera para simbolizar con ella el cese del dominio español”. (Vinicio Romero Martínez, El despertar de la conciencia

Igualmente el fraile chileno Camilo Henríquez (1769 – 1825)  redactó  las obras el Catecismo de los patriotas,  y el Catecismo político Cristiano. En dicho textos “rescataba la idea cristiana de la igualdad entre los hombres; proclamaba el amor a la patria (en este caso la Patria Americana) como una lección de solidaridad social enseñada por Cristo; cuestionaba el poder monárquico como viciado por su base y naturalmente proclive al despotismo; denunciaba el sistema colonial como ilegítimo, violento, absurdo y el peor método de gobierno, y sostenía, con ejemplos bíblicos, que Dios se inclinaba por el sistema republicano. Adicionalmente, reivindicaba como derechos naturales y eternos, que fueron otorgados por Dios a los hombres, los de la igualdad, la libertad, la seguridad, la propiedad y la resistencia a la opresión”. (Jorge Núñez Sánchez “El catecismo de Fray Camilo”)

Del mismo modo, al frente de las luchas independentistas en México estuvo el padre Miguel Hidalgo (1753-1811). El 16 de septiembre de 1810, enarboló un estandarte con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de México, en el que al lado del “Viva la religión, Viva nuestra madre Santísima de Guadalupe” añadía “Viva la América y muera el mal gobierno". Lanzaba así el llamado Grito de Dolores, que supuso el inicio de la lucha por la Independencia. Decretó la abolición de la esclavitud, la supresión de los tributos pagados por los indígenas a la Corona y la restitución de las tierras usurpadas por los hacendados.

Teología de la liberación en el siglo XX

En el siglo XX, acompañando a la gente de las favelas en Brasil, vivió el Obispo Rojo, Helder Cámara [1909 -1999] enfrenta a la iglesia opresora: “los que tratamos de tomar la antorcha y seguir los pasos de Jesucristo, no debemos descansar hasta que los muros de la injusticia, la exclusión y la mentira caigan en nuestra preciosa tierra americana ancha y enajenada”.

En Colombia, empuñando un fusil libertario y fundando cátedras universitarias, estuvo el padre Camilo Torres Restrepo (1929- 1966) quien señala: “Sabemos que el hambre es mortal, y si lo sabemos, ¿tiene sentido perder el tiempo discutiendo si es inmortal el alma?”. 

Sistematizando la teología de la liberación ha estado el peruano Gustavo Gutiérrez Merino (1928). Afirma: “La pobreza es para la Biblia un estado escandaloso que atenta contra la dignidad humana y, por consiguiente, contrario a la voluntad de Dios. La pobreza no es una fatalidad, es una condición; no es un infortunio, es una injusticia. Es resultado de estructuras sociales y de categorías mentales y culturales.

En Centroamérica Monseñor Oscar Arnulfo Romero (1917- 1980) se hace eco del dolor y “voz de los sin voz”. Expresa: “Una Iglesia que no se une a los pobres para denunciar desde los pobres las injusticias que con ellos se cometen, no es verdadera Iglesia de Jesucristo. Toda persona que lucha por la justicia, que busca reivindicaciones justas en un ambiente injusto, está trabajando por el Reino de Dios. Hay que volver a encontrar la profunda verdad evangélica de que debemos servir a las mayorías pobres”.

En fin, en el seno de la iglesia latinoamericana se debaten dos tendencias teológico-políticas. En contrapunteo con la iglesia que esparce el incienso del sometimiento y la mansedumbre, se erige el ardiente evangelio de la emancipación que, como lo dice Juan Vives Suriá, enseña que “el amor a Dios y al prójimo, tiene que ser también el amor político”.

En consecuencia, si actualmente desde EEUU se pregona por toda Suramérica la teología de la opresión como arma para derrocar gobiernos progresistas y como estupefaciente contra los pueblos; hoy con más convicción debemos levantar la tea iluminadora del evangelio político de Jesús, cuyo mandato fundamental es “libertar a los oprimidos”
Caracas, domingo 8 de diciembre del 2019

Comentarios

  1. Tema muy polémico y susceptible para la población mas pobre de nuestros Continentes. Si bien en la teoría del cristianismo, éste acompaña a las grandes cantidades de población mas desvalida y olvidada para reconocer en si que la humanidad a desvirtuado el diario convivir y rechaza de tajo la acumulación de riquezas de forma avara y en detrimento de los demás, podemos constar bajo la forma mas sencilla de revisión que la estructura que se encarga desde el Vaticano de difundir su fe es la primera que pone en practica la desigualdad y el enriquecimiento. Por siglos la estructura ha hecho caso omiso de las demandas que promulga la fe cristiana, poniendo en practica los peores defectos del ser humano y en vez de corregirlo los han protegido y hasta defendido, de ello que imagino desde sus orígenes, han presentado practicantes e impulsores del cristianismo de forma critica o empoderados de la teoría. Así que la teología de la Liberación que fue satanisada en sus inicios haya ganado adeptos, dentro y fuera del clero.
    Es un tema de delicado abordaje, ya que por la forma en que nos ha sido inculcada la fe, de seguirla, tiende a tener rechazo sino se argumenta con los soportes verificables y de libre opción revisar, es decir nada debe ser por imposición en este tema, que apropósito ha venido ramificándose que en muchos casos termina engendrando mas fanatismo que fe. Allí, el autor, nos ofrece una gran variedad de nombres, tanto del clero como de la vida cotidiana, que han defendido y practicado el derecho social, justo, moral y de igualdad,que son bases teóricas del cristianismo. Buscar en ellos o en cualquier otro argumentos para creer descreer.

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  2. Siempre se ha dicho que: Religion y la Politica no se deben conjugar ya que la primera obedece a la parte Espiritual sistema de Creencias del Ser y la Otra a la parte material de distribucion de las economias a traves de los diferentes sistemas Politicos. El Libre Pensador y como lo indica nuestra Constitucion en lo que se refiere a las religiones y el Derecho a la Participacion en la vida politica del pais es otro.
    A traves de las Historia paises y politicos han utilizado al Pueblo para manipularlo e influir en la Sociedad utilizando la Religion para dominar los diferentes sistemas Economicos, mas sin embargo detras de esa manipulacion ha estado siempre los elemento Guerra y Dinero

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