Jazmín Florio de Pineda. Ingeniera agrónoma con experiencia en zonificación agrícola, desarrollo rural sustentable y acompañamiento técnico a productores. Actualmente es cursante del diplomado en Planificación de Políticas Agroalimetarias.
Para lograr
un desarrollo endógeno, sustentable y en armonía con el ambiente es necesario
rescatar y revalorizar saberes ancestrales, tecnologías, recursos genéticos
entre otros.
América
es el centro de origen de la papa, específicamente Perú, Bolivia y las altiplanicies andinas. Hay más de 2000 variedades, sin embargo, en nuestro país
no pasamos de producir y consumir 12 variedades.
Las
variedades Kenebec y Atlantic llegaron a estas tierras provenientes del Canadá
en la década del 1970 en pleno apogeo de la famosa agricultura de puertos
instaurada en nuestro país.
La
Kenebec para consumo directo se fue posicionando en la mesa del venezolano. Fue
tal su impacto en el patrón de consumo que a partir del año 2000 cuando se
trató de reducir las importaciones de rubros para consumo directo y promover la
producción nacional nos conseguimos con un campo venezolano con poca producción
de semilla nacional y un patrón de consumo en las urbes que se resistía al
cambio y entonces la política nacional viró hacia la importación de semilla de
Canadá una vez al año o cada dos años. Pero igual se contribuía a la seguridad
alimentaria pero seguíamos dependiendo de la genética foránea.
La
variedad Atlantic para uso industrial fue traída para satisfacer la cada vez
más importante industria de los snacks (PepsiCo y en la última década
incorporándose Munchis).
Esta
variedad Atlantic hasta hace 5 años era importada la semilla por estas empresas
con dólares preferenciales y se otorgaba a red de productores en los Valles de
Chirgua estado Carabobo, a poca distancia de Valencia y su zona Industrial.
Desde
hace 5 años para acá estas empresas han tenido que ir generando su propia
semilla nacional o importando semillas con sus propios recursos por cuánto la
industria de los Snacks no son considerados de primera necesidad en el consumo.
En
Sanare estado Lara se producen algunas variedades como Granola Kenebec.
En
los Valles Andinos se producen las variedades Granola, Única, Caribay,
Andinita, Diacolcapiro, Maria Bonita.
Cabe
resaltar que a pesar de las investigaciones realizadas por INIA (Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas), la ULA, UCLA, Asociación de Productores
de Mérida (PROIMPA) y los convenios con el CIP (Centro Internacional de la Papá
en Perú) para obtener materiales genéticos y utilizando biotecnología vegetal
para una mayor y más eficiente multiplicación de papa; aún seguimos produciendo
y consumiendo las mismas variedades.
No
obstante, la industria de los Snacks si ha ido haciendo cambios. Munchis ha ido
incorporando en su oferta de snacks yuca, ocumo y platanitos.
Los
tostones cada vez han tomado más auge tanto en el procesamiento industrial y
artesanal.
En
otro orden de ideas el tema Tomate también es digno de citar.
El centro
de origen del tomate es América, especialmente la región comprendida entre
Ecuador, Perú y
norte de Chile. Hay más de 10.000 variedades.
Pero a
nivel mundial ha habido interés en estandarizar el uso en consumo directo y uso industrial de un pequeño número de
materiales dando paso a partir de la década de 1980 el desarrollo y uso de los
híbridos (materiales proveniente del cruce de dos variedades). La tecnología de
los F1 es patentada y tiene registro comercial. De los F1, si se utilizan estos
frutos para multiplicar semilla (ensemillarse o semilla artesanal) no da muy buenos resultados porque
se genera una gran variabilidad de los frutos por cuánto algunos replican las
características de una variedad origen y otros de la otra variedad.
En
nuestro país el primer tomate consumido a gran escala por el consumidor urbano
fue el tomate tipo
perita de uso industrial.
La empresa
Tiquire Flores se estableció en los Valles de Aragua en la década del 60 y
comenzó a inundar
los campos con siembra de 2 variedades de tipo perita. El descarte, la golilla
(los frutos de una segunda cosecha incipiente) no eran aceptados por la
industria y entonces tuvieron
que ir al mercado de consumo directo. Y de esta manera el tomate se fue colando
a la mesa del
venezolano en forma de pasta de tomate y tomate para ensaladas a partir de los mismos
materiales. Simultáneamente la empresa Heinz competía con su producto
registrado Ketchup® a partir de pasta de tomate importada bajo el argumento que
la marca Ketchup aquí y en la China debía saber igual y por ende debería
provenir de la pasta de tomate originaria de la casa matriz en Estados Unidos y una agricultura de puerto con
gran cantidad de divisas soportaba
esto.
Heinz se
fue posicionando en la industria, en la mesa y en el patrón de consumo. Era impensable
la mesa sin Ketchup, la industria de la comida chatarra sin Ketchup. La televisión y publicidad ayudaron a esta alienación del patrón de consumo. Su organización y plataforma
industrial fue desplazando progresivamente a la empresa nacional Tiquire Flores,
absorbiéndola definitivamente en 1997.
En vista de
los cambios de política nacional para fomentar la producción nacional y cada
vez menos
divisas para importar han obligado a la Heinz a ir activando redes de
productores nacionales donde sus principales proveedores son la siembra de
tomate en el norte del Guárico y Sur de Aragua entre los meses de octubre a marzo y parte de la siembra de tomate en Yaracuy, Lara y Falcón entre mayo y septiembre.
En la
última década se han ido incorporando empresas industriales (pequeñas y
medianas) a la producción
de tomate procesado. Y la producción artesanal de salsas es importante en
nuestro país desde hace 5 años.
Por
la influencia de la inmigración europea (italiana, española y portuguesa) y la industrialización
y el efecto comercial norteamericano se instauró el consumo de salsas y pasta de
tomate en la gastronomía del venezolano moderno a partir de la década del 60.
En
la década del 90 se empezó a utilizar una variedad importada de tomate de
nombre Shanty de la
Empresa israelí Hazera.
Está
variedad es considerada entre los productores venezolanos como la reina del
tomate por su alto rendimiento y resistencia a enfermedades.
Sin
embargo, 5000 semillas de tomate son vendidas en el país entre 260 y 300
dólares. Y hay que destacar que en una hectárea se siembran 20.000 semillas lo
que se traduce en que para producir una hectárea de tomate nada más y nada
menos que se necesita mínimo 1040 dólares en semilla y adicional incluir otros gastos como
mecanización con tractor (60 dólares), agroquímicos (herbicidas, fungicidas,
insecticidas/ 500 dólares) y fertilizantes (abonos químicos / 500 dólares). Y
estos agroquímicos son importados y parte de los fertilizantes.
Viendo
estos costos ya pudiéramos entender el porqué del alto precio del tomate y del
porqué cada vez son menos los productores que siembran tomate. Además el tomate
se puede producir de forma más rentable y segura en época de sequía
suministrando riego por goteo (tecnología desarrollada e importada de Israel).
La
coyuntura económica ha motivado a los productores de hortalizas a: uso de
tracción animal para preparación
de tierras, uso de biofertilizantes y abonos orgánicos, uso de biocontroladores
(Tricoderma, Beauveria, entre otros) y en relación a la semilla se ha instaurado
la extracción y multiplicación de semilla de variedad Shanty a partir de
cosecha de frutos de semilla comercial. Es decir de una semilla comercial le
llegan a sacar hasta 3 y 4 generaciones de semilla artesanal o comercial no
registrada. Esto ha traído consigo problemas de menor rendimiento, problemas
sanitarios, variabilidad de los frutos.
Una
tecnología que debemos revalorizar es la de semilla artesanal pero haciéndola
con supervisión,
acompañamiento técnico, formación y controles sanitarios de los cultivos madres
y de su conservación post cosecha.
Otras
tecnologías que se están revalorizando a nivel nacional e Internacional en la
última década es
el uso de fertilizantes orgánicos y control de plagas y enfermedades a base de organismos
biológicos.
En
el país el INSAI (Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral) antes SASA, junto con INIA, han desarrollado biofertilizantes y biocontroladores así como
algunas iniciativas comerciales y artesanales locales.
Entre
los años 2006 y 2010 se generó en el país la variedad de tomate Alba por parte
del INIA con la finalidad de contribuir a la soberanía en materia de semilla.
Poco a poco se ha ido incorporando al mercado productivo nacional pero la baja
multiplicación de semilla, el no tener muy buenas cualidades para uso
industrial y que no ha sido fácil la promoción de la variedad, aún es incipiente su uso
por parte de los productores.
Con el
ejemplo de la Papa y del tomate que son dos rubros importantes en nuestro
patrón de consumo y
la gastronomía nacional observamos la necesidad imperiosa de rescatar
materiales genéticos, multiplicar semillas y adoptar tecnologías y estrategias
que permitan su producción a pesar de la coyuntura nacional e internacional.
Extraordinario artículo. Claramante nos indica por qué debemos desarrollar una agricultura asociada a nuestras potencialidades, nuestra soberanía y asociada a nuevos patrones de consumo.
ResponderEliminarDebemos estar conscientes que el rescate de una condición productiva, sana, racional, en medio de una guerra, requiere de una discusión profunda del país como nación e implica dejar de lado las carreras y propuestas de inmediatez. A mi manera de ver nada en agricultura corriendo es bueno. Hay que saber muy bien que terreno estás pisando, donde y como se está parado. Necesitamos acotar las realidades productivas de cada segmento de las cadenas productivas, teniendo bien claro las limitantes reales, más las potencialidades, de cada sector e incluso, localidad. Si vamos a emprender el cambio debemos atacar intereses muy arraigados. Desaprender e ir profundo a nuestras raíces, reaprender, aprehender, reeditar un modelo productivo que basado en el rescate de nuestra soberanía, logre generar, tecnologías propias e independientes que garanticen la verdadera independencia. En Venezuela por ejemplo, no fabricamos un bloque de motor, imaginen que dependencia tan fundamental, saque cuenta de ahí en adelante. Discutir y definir,que tipo y cuanto de tecnología podemos usar para un desarrollo socialista y soberano. La organización de la producción, es más determinante que la producción per sé, grantizar la condición productiva, la visión integral del desarrollo, si no se crean las condiciones para el proyecto de vida de los actores, se hará muy cuesta arriba el quehacer productivo nacional. una cosa es responder a una condición de guerra y otra el tener la visión de organizar lo productivo para el nuevo modelo socieconómico socialista. Tenemos trabajo, mucho trabajo que hacer y ser creativos. Debemos reparar el avión en pleno vuelo.
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