José J. Velásquez. Magister en Seguridad, Defensa Integral e Integración.
Correo electrónico: Josevela27@gmail.com
¿La educación como única vía de descolonización
del pensamiento?, tal vez para algunas personas lo sea y para otras no, para
dilucidar tal interrogante, se debe permitir saber, que conceptos como la
colonización se asocian a un ejercicio de dominación, el cual aparece como
consecuencia de una conflagración cruenta. Es el ejercicio del poder en
territorios “conquistados”. Es un acto de apropiación que tiene como aliado
vías alienantes. Con
frecuencia, las voces que se acallan tienden a justificar al dominador. Hay un
pacto mediante el cual, quien se cobija bajo los términos del colono, obtiene
beneficios que son proporcionales al menoscabo de la dignidad del colonizado.
Las acciones sumisas son una especie de estrategia de sobrevivencia. Se ceden
los espacios y se alquila la conciencia.
Algunos
sectores, frente a la colonización, oponen resistencia, tanto la violenta como la pacífica, ambas son
una reacción de rechazo a la aculturación y transculturación que caracterizan a
la colonización implantada. Siempre hay un choque de culturas, y por lo común
prevalece la cultura del colonizador. Debe decirse se impone la cultura del
colonizador, naturalmente hay posiciones intermedias. Sin embargo, es la
violencia la que silencia y tiende a acabar con los rasgos culturales del
colonizado.
El término des-colonización que suponen un
marcaje ideológico con los trabajos emancipadores de Luis Antonio Bigott, en el
sustrato que usa para sus disquisiciones, es la investigación que es uno de los
pilares de la
educación nuestra americana quien levanta las banderas de la descolonización en
la educación en su obra el educador neocolonizado, libro que es uno de esos
espejos que sin ser mágicos tienen la excepcional cualidad de reflejar no solo
el presente sino el futuro. Se mira alguien en ellos y no se ve solo como es en
su ahora y ahí mismito, sino que mira también su futuro. Su rostro y su cuerpo
proyectan, como en un boceto, lo que será y que apenas se dibuja o se asoma en
el presente. El educador neocolonizado, desde nuestro modesto punto de vista,
puede considerarse como el barrunto venezolano de los estudios decoloniales,
porque desmonta los mecanismos culturales (educativos, comunicacionales, etc.)
que mantienen y reproducen la conciencia colonial (eurocentrica) bajo un manto
de naturalidad, como si fuese consecuencia de factores de origen étnicos,
geográficos, culturales, etc. Apuntamos “barrunto”, porque ni en 1975, año de
su primera edición en Venezuela, ni en 1978, año de la tercera, se había creado
el termino decolonial y habría que esperar hasta los años 90 para que se
constituyera el grupo de estudios sobre la colonialidad en América Latina.
http://otrasvoceseneducacion.org/wp-content/uploads/2018/10/381741720-Bigott-L-a-El-Educador-Neocolonizado-FICHA-de-LECTURA-2.pdf
Con base a lo antes expuesto se busca
aclarar algunos conceptos inmersos dentro del presente ensayo que dan
respuestas a los procesos de la educación, frente al espíritu colonizador y
especialmente neo-colonizador.
«El investigador neocolonizado
está en una sociedad que no le
Pertenece ni le pertenecerá nunca mientras
Viva en ese estado de zombificación.»
Bigott L. (1.975) p.50
Cuando se habla de des-colonizar la educación, el
conocimiento o valga decir la ciencia como parte del proceso educativo del “SER”, no se trata solamente desarrollar teorías, discursos, contenidos
traducidos, copias o adaptaciones hechas a las realidades originarias de
lógicas extrañas impuestas, tampoco se refiere a un movimiento indígena, por
intermedio de sus intelectuales, tome la conducción del conocimiento a partir
de su formación pro-occidental
que niega e invisibiliza el aporte que han brindado a la humanidad las
civilizaciones originarias que se desarrollaron antes de la llegada de los
castellanos.
Se trata de lograr construir, de-construir, des-pensar y de
alguna manera asumir una conciencia crítica que conduzca hacia procesos de
trans-formación considerando la complejidad humana y social donde nos
desenvolvemos, de no ser así este hecho significaría
continuar aceptando lo peor, es decir, continuar enajenando nuestros
conocimientos porque dicen que son “primitivos y bárbaros”, según los conceptos
occidentales y adoptar aquellas formas extrañas de concebir el mundo, que están
liquidando al ser humano a pretexto de ser civilizado, moderno y súper
desarrollado.
De acuerdo a lo antes planteado, la
sociedad hegemónica pragmatizada que postula su visión del mundo como la única
válida, existe una postura “vanguardista” que asume la existencia de diversas y
diferentes maneras de conocer, todas ellas respetables y enriquecedoras.
Los
miembros de esta “corriente” parten de la idea de que si se quiere luchar
contra la hegemonía, es necesario pensar en alternativas, otras vías que tomen
en cuenta las formas de pensar que fueron rechazadas por el grupo hegemónico. Es
decir, es necesario volver la mirada a esas formas de conocimiento que se
consideraron “simples” o saber cotidiano.
Es
necesario, también, reconocer que lo que el “conocimiento científico” considera
válido lo es para ciertas sociedades, pero que no existe la validez
universal, y mucho menos en nuestras ciencias sociales. Ya Fanon hace más
de tres décadas comprobó que la expansión colonial de Europa transformó una
historia local en diseño global y escribe Fanon que:
«El colonialismo no se contenta
con apretar al pueblo entre sus redes, con vaciar el cerebro colonizado de toda
forma y de todo contenido. Por una especie de perversión lógica se orienta
hacia el pasado del pueblo oprimido, lo distorsiona, lo desfigura, lo aniquila»
(p.5)
Por consiguiente, cuando nos referimos a
esa colonización arraigada de poder, debemos tener presente que el poder no es
solo político y económico, sino también epistémico. Según Aníbal Quijano “, la
colonialidad del poder es el motor que produce y reproduce la diferencia
colonial e imperial” (p.84). Se convertiría de este modo en el lugar epistémico
de enunciación en el que se describe y legitima el poder colonial de
conocimiento apoderado de la investigación. En todas las disciplinas de
conocimiento, todos los fenómenos y problemas sociales van a la única vía
predominante de todos los tiempos al “método científico”.
Por lo que se busca de inmediato una investigación
des-neo-colonizada, es entender en términos investigativos que se debe
sumergir, entregarse dentro de ese contexto para entenderlo, comprenderlo e
interpretarlo y de esta manera lograr construir, des-construir, des-pensar y de
alguna manera construir una conciencia crítica que conduzca hacia procesos de
trans-formación considerando la complejidad humana y social donde nos
desenvolvemos, es un reclamo una rebeldía de fuertes dominaciones coloniales
arraigadas. Para ello lo primero que deberíamos hacer es reconocer y rechazar
abiertamente las valoraciones hegemónicas.
Cuando nos referimos a des-colonizar la educación,
se hace necesario llevar a cabo cambios para lograr un estudio transcendental,
critico, de la cotidianidad, más integral, compartido y transdisciplinario, la
diversidad y las nuevas formas de organizar el conocimiento, el ritmo veloz de
su producción, la pluralidad de la ciencia y la complejidad de los nuevos
saberes ya no permite que la transmisión de conocimientos se haga como se venía
haciendo tradicionalmente, así mismo lo expresa (García Guadilla, 1998).
Este proceso hace evidente que el
desarrollo de la sociedad y del ser humano está cada día más en relación con la
capacidad de los pueblos, colectivos, comunidades y grupos para crear, innovar,
manejar información y conocimientos, investigar y aplicar los inventos y
descubrimientos que la investigación produce, de modo que la riqueza y
bienestar de las naciones estará condicionada ya no sólo por los recursos
naturales o materiales que posean, sino por sus recursos y potencialidades
intelectuales.
Ya es necesario asumir una conciencia
dialéctica, critica, compleja y trans-formadora en la educación, acompañada y
fortalecida por una contundente y arriesgada vocación para liberarla de ese
marco de poder castrante y desfasado donde se encuentra, ya múltiples acciones
históricas han creado el surgimiento de lo que se ha llamado un pensamiento “post-moderno progresista”, con
potencialidades y limitaciones como todo movimiento social, y su vez han nacido
nuevos avances en pensamientos como el complejo, sistémico, dialéctico, critico
que han sentido sus reacciones en la sociedad que como; Lanz las han denominado
“Filosofías de la esperanza” para de esta manera conocer y reconocer la
diversidad subjetiva, contingencias, desigualdades, contradicciones, lo cual
alienta y esperanza a una tras-formación humana y consciente, propia de respeto
y reconocimiento del otro, de libertad de pensar, de expresar y hacer según las
necesidades sociales, comunitarias y colectivas.
Para decir ya basta de alienación y
tutelajes solapados en limites, que lo hacen opacar, dispersar y apartar a las
nuevas ideas de investigadores que han tenido gran coraje al enfrentar esos
monstruos de poder que piensan que el pensar educativo les pertenece a ellos, en tal sentido la educación transformadora y
descolonizadora debe estar alineada:
Desde lo dialéctico:
- Distinguir entre lo complementario y opuesto, desde una mente
pensante, desplegándolo hacia una
realidad practico-sensible, desde los hechos comunes de la vida humana en
constante movimiento.
Desde lo crítico:
· Lograr propiciar la
autocritica desde la consciencia y los hechos investigativos, como acción consciente
y desde una reflexivilidad con humildad que permita reconocer y rectificar
inmediatamente los errores o limitaciones, donde se imponga la equidad y la
justicia.
Desde lo complejo:
- Re-aprende a aprender desde esta filosofía como mas allá de lo
cósmico, viviente, biológico, espiritual, físico, mental, social,
racional, imaginario y cuántico.
Hacia una Trans - Formación:
- Descolonizar el pensamiento, el diálogo y la acción en un hilo
coherente distinto, legítimo, autónomo, desenmascarando las
contradicciones, los falsos discursos en las presentaciones de poder en la
investigación dentro de la educación, con el fin de terminar con ese
carácter de investigaciones como un hecho individual, aislado,
descontextualizado y desarticulado.
Finalmente, si bien el andamiaje teórico sustenta
el desarrollo pleno de los recursos y potencialidades intelectuales, a
contracorriente la práctica en especial en la educación, se adhieren
parcialmente, a esa avalancha masificadora, que no ofrece el escenario propicio
para el desarrollo pleno de los recursos y potencialidades intelectuales.
Relevantes investigadores con prometedoras
potencialidades intelectuales, se han ido de los espacios educativos y en
muchos casos por llevar la contraria, o no estar de acuerdo, a las culturas neo-colonizadoras
creadas dentro de los mismos, tomando como ejemplo el área investigativa, donde
simplemente son aislados y es justo reconocer que dentro de esos ambientes
donde se genera el debate existen personalidades y círculos de intelectuales
con vocación trans-formadora que encienden luces descolonizadoras, que día a
día contribuyen a la cultura de la liberación del pensamiento, como principio
de la emancipación de nuestros hombres y mujeres dentro del Estado - Nación,
siendo la educación, la única vía de descolonización del pensamiento, bien decía
Leopoldo Sédar “Ahora bien,
toda cultura tiene sus saberes, sus técnicas, su arte de vivir, y también sus
errores, sus cegueras, sus ilusiones y sus supersticiones”…
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
Bigott L. (2010).
“Hacia una Pedagogía de la Descolonización”. Colección Pensamiento Crítico Luis
Beltrán Prieto. Fondo Editorial Ipasme. Caracas Venezuela.
Fanon F.
(1961). Los condenados de la tierra: fondo de cultura económica. México D.F
García G.
Entelequia. Revista interdisciplinar, nº 8“La reforma universitaria en el
contexto de la mundialización del conocimiento”. Caracas: OPUS.1998.
Lanz, R. y
Fergusson, A. (2005). “La reforma universitaria en el contexto de la
mundialización del conocimiento”. Caracas: OPUS.
REFERENCIA ELECTRONICAS:
http://otrasvoceseneducacion.org/wp-content/uploads/2018/10/381741720-Bigott-L-a-El-Educador-Neocolonizado-FICHA-de-LECTURA-2.pdf
Lo que se aprende en el transcurso de una generación a otra se hace mas fuerte en impresión e impacto con la repetición de ese aprendizaje que se hace cultura, digo del hábito y después se hace difícil borrarlo, porque es que no se borra solo archivamos y le etiquetamos de "archivo muerto", entonces creemos que borramos pero no es así y si tomamos como referencia las tecnologías de la informática sabemos que aún formateando, no borramos de todo, solo barremos o cubrimos con otra capa lo que no deseamos ver o recordar. Es por eso que la educación siempre sería la estrategia eficaz de descolonizar el pensamiento. Nuestro padre Bolívar no se equivocó cuando dijo que la moral y las luces eran nuestras primeras necesidades.
ResponderEliminarMuchas gracias por su apreciación y aporte para tan importante tema de reflexión
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