Poder popular en el año 2020: una mirada crítica. Juan Carlos Sierra


No podemos iniciar estas notas de otra manera que lamentando  profundamente la pérdida física del camarada Darío Vivas. En tiempos de estudiante del Pedagógico de Caracas lo conocí organizando las UBE y ya en las tareas del PSUV, el mejor movilizador que ha tenido la Revolución.  Siempre disciplinado, un luchador incansable, muy trabajador, hombre de Partido. Honor y gloria para Darío; cada día debemos honrar con nuestras acciones su memoria y legado.
Entrando en materia, el Poder Popular como lo conocemos, es una creación del Comandante Hugo Chávez, quien, con su claridad meridiana, comprendía que la labor de todo revolucionario es luchar con el Pueblo, junto al Pueblo y por el Pueblo. Es así como impulsó las leyes del Poder Popular y sus expresiones concretas, como los Consejos Comunales, las Comunas, los Bancos Comunales, la transferencia de competencias y muchos otros instrumentos.
El PSUV es una expresión de las diversas fuerzas vivas organizadas del país, allí encontramos campesinos, Poder Popular, obreros, amas de casa, voceros de los CLAPS, juventud, estudiantes, profesionales, sexodiversidad. Es de esa confluencia de fuerzas que surge la plataforma de lucha del Partido, como expresión unificadora de cada una de las aspiraciones sectoriales, transversalizadas por la ideología y principios revolucionarios.
Ahora bien, las estructuras deben ser refrescadas con el tiempo, revisar sus planes, sus alcances, los objetivos logrados: hacer balance para luego asumir nuevos retos. La crisis civilizatoria que atraviesa la humanidad y el asedio incansable al que está siendo sometida la Revolución, requiere de cuadros y militantes de base en formación constante, para que la praxis cada día sea más efectiva, más revolucionaria.
No podemos permitir que unas estructuras de tanta importancia como los Consejos Comunales y las Comunas mueran, que se burocratice o se conviertan en estructuras administrativas para labores secundarias. Deben ser esas estructuras el cimiento para el nacimiento del Nuevo Estado, acelerando la transferencia de competencias al Poder Popular, con el acompañamiento y formación debida, para la garantía del éxito.
Muchos dirigentes de la Revolución, se dirigen al Poder Popular de manera enunciativa, como quien se refiere a alguien que se presume existe, pero no lo toca ni lo ve. Y eso es producto del poco convencimiento que tiene de que la Revolución será irreversible en la medida que el Pueblo tenga el Poder y haga uso efectivo y real de él. Otros, lo invisibilizan por completo, no saben cómo se conforma un Consejo Comunal, ni saben de sus Comités de Trabajo, mucho menos del alcance de las leyes creadas por Hugo Chávez. En fin, no dimensionan cuanto pudiera hacerse con el Pueblo organizado.
También el Poder Popular y sus dirigentes deben comprometerse con el fortalecimiento del Partido; es paradójico ver a un vocero Comunal “antipartido”,asumiendo entonces que la diferencia política con algún dirigente se traduce en un divorcio con el Partido. Al contrario, cuando más diferencias surgen al calor del debate, más debemos ir adentro del Partido, abrir el debate e imponer desde la idea, un criterio. En víspera del escenario electoral, el Poder Popular debe movilizar todas sus fuerzas; de lograr que cada Consejo Comunal y Comuna, movilicen al menos 100 electores de su ámbito, la meta de los 600 mil votos chavistas en Lara, es totalmente posible.
El Partido debe entender que esas estructuras alimentan su accionar y refrescan los estamentos partidistas, los dirigentes partidistas deben participar de las estructuras e instancias comunitarias, desde la asamblea de ciudadanos como máxima autoridad comunitaria del entorno. Los dirigentes deben llevar los planteamientos a las bases, para su análisis y discusión y la comunidad debe ser espacio permanente de captación de cuadros.
No son contradictorios el Partido y el Poder Popular, son complementarios, brazos de la misma revolución. No es el Poder Popular un “agente libre de la política”, este debe anclarse a quien está dirigiendo la batalla, y la batalla hoy se dirige desde el Partido. Es urgente dejar de lado el pesimismo, los pensamientos y prácticas de la izquierda infantil y ganar en la cualidad y capacidad de unirnos en el territorio para hegemonizar la revolución y el pensamiento de Bolívar y Chávez.
El Poder Popular y sus estructuras requieren de un inmenso esfuerzo para su revitalización, para tener la capacidad política que tuvieron en los años 2008, 2009, 2010 y desde ese punto de partida continuar su crecimiento, parahacerirreversiblelarevolucióndesdelasbasesdelascomunidadesen cada uno de los caseríos, barrios, pueblos y ciudades del país.

Con el Partido, con el Poder Popular, con Chávez y Maduro, Nosotros Venceremos.

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