Ante el colapso del corredor cubierto N° 5 del sistema peatonal de la Ciudad Universitaria de Caracas. Héctor Torres y Abner Colmenares


Abner Colmenares[1]/Héctor Torres Casado[2]
Dirección de Docencia e Investigación
Correo-e: htcasado@gmail.com
Resumen.   El presente artículo se refiere a la situación del mantenimiento y la gestión del sitio de Patrimonio Mundial “ciudad Universitaria de Caracas” en el marco del desplome del corredor cubierto no 5. Después de anteponer el carácter patrimonial de la Ciudad Universitaria mediante los datos precisos de sus declaratorias nacional y mundial, describe los hechos y sus posibles causas para pasar a analizar las responsabilidades inherentes al caso, y terminar con una reflexión sobre sus implicaciones y el mantenimiento en el futuro                                                
1.  Los hechos: la estructura y el colapso
El día 17-06-2020 colapsó una de las vigas de soporte de 2 módulos de la superficie ondulada del corredor cubierto No 5, del sistema peatonal de la Ciudad Universitaria de Caracas. Las estructuras de los pasillos techados fueron construidas en concreto armado entre 1952-1956, empleando materiales novedosos (tales como el cemento portland) y aplicando métodos y experimentales de cálculo y fabricación, nunca antes ejecutados en Venezuela. Ante la exigencia del arquitecto Villanueva de tener una cubierta para salvar grandes luces, con la peculiaridad de tener un solo apoyo, para liberar de obstáculos las visuales hacia el Conjunto administrativo central y los jardines adyacentes, los ingenieros Otaola y Benedetti diseñaron una estructura de gran ligereza estructural y bajo costo, consistente en una cubierta ondulada de igual longitud que el ancho del pasillo, de espesor variable entre 5 y 12cms. (con ondas de 50 cms. de altura y 70 entre las crestas), apoyada en vigas en doble volado, que se apoyan en una columna, reforzadas con un tensor de acero estructural protegido por tubería de acero galvanizado. Es de hacer notar que esta audaz estructura ya tiene 68 años de haberse construido, lo cual ha debido conllevar a tomar medidas especiales y extraordinarias para prolongar su durabilidad, ante el hecho técnico que la vida útil de este tipo de estructura es de 50 años.
El colapso se produce, aparentemente, por la acumulación de patologías que afectaron la integridad material de la estructura, entre los cuales se pueden señalar: 1.- la obstrucción del sistema de drenaje debido al ineficiente mantenimiento , lo cual ha ocasionado la retención de agua en las partes bajas de las superficies onduladas, sometiendo la estructura a cargas fijas adicionales, no previstas al momento de su construcción; 2.- la deficiente y discontinua impermeabilización de la superficie exterior, la cual ha ocasionado la percolación de agua en las superficies de concreto, que a su vez han producido la meteorización del concreto y la oxidación del acero de refuerzo estructural, disminuyendo, en consecuencia las capacidades de carga de la estructura; y 3. La probable afectación de la estructura por movimientos sísmicos y asentamientos de la superficie de apoyo por presencia de aguas subterráneas.
2. Acerca de las responsabilidades administrativas ante el problema de la preservación y mantenimiento del pasillo cubierto No 5 y demás edificaciones, obras de ingeniería y espacios públicos la CUC
Lo primero que se debe señalar es que la Ciudad Universitaria de Caracas fue declarada Monumento Histórico Nacional por el Estado venezolano el 1 de septiembre de 1993, lo cual le confiere un marco legal de obligatorio cumplimiento para su protección y conservación, por parte de las autoridades responsables de su administración, tal como está establecido en la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural (Gaceta Oficial Nº Extraordinario 4.623, de fecha 03-09-1993). Posteriormente, la CUC fue inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, el 2 de diciembre del 2000, lo cual confirmó su valor excepcional y universal, como sitio cultural que debe ser protegido para beneficio de la Humanidad. En consecuencia, además del debido cumplimiento de la normativa nacional, que regulan las actividades de investigación, restauración, conservación, salvaguarda, preservación, defensa, consolidación, reforma y reparación de los monumentos históricos nacionales, las autoridades responsables también deben cumplir con las orientaciones e instrumentos establecidos por la Convención del Patrimonio Mundial de la Unesco, al ser Venezuela Estado parte de dicha convención. 
En este orden de ideas, es importante destacar que la responsabilidad del mantenimiento de un inmueble de propiedad pública recae exclusivamente en quien lo administra, en este caso al ser la UCV un ente público educativo –que goza del principio constitucional de la autonomía para determinar sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio, incluyendo el patrimonio cultural, bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley– le corresponde, siempre bajo la tutela del Instituto del Patrimonio Cultural (IPC), las labores de preservación integral del patrimonio inmueble bajo su administración. Es evidente que las autoridades universitarias han tenido dificultades e impericia para manejar integralmente este patrimonio, prueba de ello es el número de directores que han sido designados y han renunciado por falta de recursos (humanos y económicos) e interferencias de las autoridades rectorales y decanales. Esto ocurre luego que la primera directora, la Arq. Ana Loreto sentara las bases para el manejo adecuado del patrimonio, dejando un legado de instrumentos y políticas, muchas de ellas aprobadas por el Consejo Universitario, que no han sido honradas posteriormente por las autoridades rectorales y decanales.
Ahora bien, el colapso de los módulos del pasillo techado No 5 es consecuencia, entre otras causas, de la gestión errada de las actividades de preservación y mantenimiento de la CUC, por parte de las autoridades de la UCV, incluyendo la ciudadana rectora y los responsables del Consejo de Preservación y Desarrollo de la UCV (Copred), quienes han evidenciado imprudencia, negligencia e impericia prolongada en la falta de mantenimiento preventivo y correctivo de la infraestructura de la ciudad universitaria, además han inobservado las normativas nacionales e internacionales, con lo cual son responsables directos del daño ocasionado a este bien cultural.
Si bien es de conocimiento público, la recurrente situación de insuficiencia presupuestaria para el mantenimiento de la CUC, en las asignaciones anuales por el Ejecutivo Nacional, también se sabe que la rectora, por vía de la directora del Copred,  ha debido solicitar al ejecutivo nacional a través del IPC, mediante proyecto y justificación motivada, los recursos para las obras de mantenimiento correctivo o preventivo, requeridas, en particular para las obras que se encontraban en estado de inminente peligro, como es el caso de los pasillos cubiertos, lo cual no se hizo por negligencia. En todo caso, se han debido hacer todos los esfuerzos a lo interno de la UCV, para evitar el colapso de la estructura en cuestión, lo cual se debe a la impericia demostrada por estas autoridades en el manejo de este monumento nacional.
Otra causa que explica la impericia de las autoridades rectorales y del propio Consejo Universitario de la UCV en la gestión del patrimonio, es la desnaturalización de las atribuciones de Copred. Esto se debe a que, en el año 2011, la rectora le quitó facultades al Copred, al desincorporar la subdirección de mantenimiento, para volver a la situación del año 2000, en la que las labores de mantenimiento se llevan a cabo por una oficina técnica de ingeniería, con poca o ninguna formación para la preservación de un monumento nacional. Este hecho motivó la renuncia de la directora del COPRED por la imposibilidad de cumplir con los fines de esa dependencia en lo concerniente a la preservación de Patrimonio Cultural, en particular al quitar las funciones de planificación, contratación, administración y ejecución de las obras de mantenimiento. La reinstalación de la Dirección de mantenimiento (antes servicios generales), le ha permitido a la rectora manejar directamente las intervenciones sobre la planta física, sin que medie necesariamente la opinión técnica del Copred. Recordemos que al momento en que se estaba gestionando ante la Unesco en el año 2000, la inclusión de la CUC en la lista de Patrimonio Mundial, por parte del Estado Venezolano, el Consejo Mundial de Patrimonio exigió en una de las evaluaciones preliminares, la creación de una oficina de gestión del patrimonio cultural, que reordenara y redefiniera las funciones, actividades y atribuciones que en materia de mantenimiento de la planta física del monumento nacional de la CUC se encontraban fragmentadas, dispersas y con múltiples actores con poder de decisión sobre la integridad patrimonial de las edificaciones, obras de arte, espacio públicos y espacios naturales. Por esta razón el Consejo Universitario por unanimidad aprobó la creación del Copred, como instancia única para la preservación y desarrollo de todo el patrimonio edificado, artístico y natural de la CUC en el año 2000.
En el marco de la desnaturalización de COPRED y el regreso a la situación anterior a la declaratoria de Patrimonio Mundial en lo que al mantenimiento se refiere, La Rectora ha ejecutado obras a lo interno de la ciudad universitaria con inversiones cuantiosas, como es el caso en 2017 del asfaltado de las vías internas, con una inversión de Bs 6.287.114.786,61 y la recuperación del pavimento  de la plaza descubierta del rectorado con una inversión de Bs 393.337.373,00 [3] para un total de Bs 6.680.452.159,61  equivalentes para la fecha a $64.842 (suma gastada en obras correspondientes a elementos sin valor patrimonial alguno) . Esto demuestra que la Universidad ha contado con no pocos recursos para su mantenimiento, pero sus autoridades no han sabido priorizar las necesidades más urgentes y han preferido ejecutar obras cosméticas de grandes costos, lo cual también demuestra su negligencia. (Es importante recordar, a modo de comparación, que en 2003 el Ejecutivo Nacional asignó la suma de 30.000 dólares para el sitio de patrimonio mundial de Coro y su Puerto de La Vela, con los cuales se ejecutaron las canalizaciones de servicios públicos, el sistema de drenajes y la restauración de varias edificaciones).
Finalmente, el carácter de bien declarado como Patrimonio Mundial no atenúa las responsabilidades de la universidad al respecto, por el contrario, es esta, como parte del Estado venezolano, en quien recae la responsabilidad de proyectar y ejecutar el mantenimiento preventivo y correctivo, mediando siempre la autorización del IPC Cultural que la universidad está obligada a solicitar. Por lo tanto la responsabilidad de lo sucedido y lo que pudiera suceder con el resto de pasillo N° 5 u otros en iguales condiciones de deterioro, es exclusivamente de las autoridades de la Universidad que ha hecho un mal uso de su autonomía y de ninguna manera una responsabilidad compartida con el gobierno nacional.

3.- Mas allá de la resolución de la coyuntura generada por el desplome de parte del corredor cubierto No 5, se plantea la interrogante del mantenimiento en el futuro.
Es importante señalar que el desplome de parte del corredor cubierto en cuestión tiene implicaciones más allá de la coyuntura y, por lo tanto, el Ejecutivo Nacional no puede conformarse con su restauración. Por el contrario, debe asumirse que por su negligencia las autoridades de la UCV han demostrado su incompetencia para cumplir, como parte del Estado, con las responsabilidades del Estado Nación inherentes a la declaratoria de la Ciudad Universitaria como Patrimonio Mundial.
Adicionalmente, el desplome del corredor cubierto N° 5 evidencia una situación generalizada con respecto al mantenimiento de la infraestructura patrimonial que sin duda será considerada en la muy próxima asamblea (agosto 2020) del Comité de Patrimonio Mundial, en la cual muy posiblemente se planteará la inclusión de la Ciudad Universitaria de Caracas en la lista de Patrimonio en Peligro. Esto no es para angustiarse pues eso, contrario a como se cree comúnmente, no es una sanción ni nada por el estilo, sino más bien un espacio de ayuda especial técnica y financiera. Sin embargo, esto exigirá al Estado venezolano la preparación de un plan integral de gestión del patrimonio cultural que garantice los recursos financieros, técnicos y administrativos para mitigar los riesgos presentes. Además, exigirá la presentación anual (antes de 1º de febrero de cada año) de un informe de gestión que dé cuenta del avance sistemático año a año y la invitación cada dos años de una misión de observación de UNESCO que evaluará los avances. ¿Le vamos a confiar esa tarea a unas autoridades universitarias irresponsables, incompetentes, negligentes y de paso ilegítimas?
Ya UNESCO ha manifestado su preocupación ante lo sucedido y ha dicho que “…está dispuesta a ayudar a las autoridades locales”[4]. ¿A qué autoridades se refiere? ¿Será que alguien está jugando posición adelantada para, mediante la victimización de la Universidad, saltarse al gobierno nacional? UNESCO es un organismo multilateral que forma parte del sistema de Naciones Unidas, es una organización compuesta por “estados parte” siendo los gobiernos nacionales quienes representan a los países en esa instancia para todos los efectos:
¡Ojo peláo!






[1] Abner J Colmenares es arquitecto egresado de la Universidad Central de Venezuela en 1975. Cursó el programa para graduados en diseño urbano de la Universidad de Pennsylvania en EEUU, obteniendo la Maestría en Arquitectura y la Maestría en Planificación Urbana en 1978. Es Experto en formulación y seguimiento de proyectos según Metodología del PMI desde 2011. Es Profesor Jubilado de Diseño y Teoría de la Arquitectura en el pregrado y postgrado de la Escuela de Arquitectura de la UCV, desde 1979. Fue Decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV durante 1996-2002. Fue Coordinador de la Comisión de Conservación de la Ciudad Universitaria de Caracas y del Campus de Maracay, 1996-2000; Coordinador de la Comisión Centenario del Nacimiento del Arq. Carlos Raúl Villanueva, UCV, 1999-2000; Promotor institucional y Coordinador de la exposición itinerante, Ciudad Universitaria de Caracas, Patrimonio Mundial: Caracas 2000, París 2002, Viena, Gratts, Berlín y Bruselas. 2003. Desde el decanato de la FAU-UCV promovió institucionalmente las gestiones para la investigación, elaboración del Dossier y los trámites administrativos, a lo interno de la UCV, y con los Ministerios de Cultura y de Relaciones Exteriores, para solicitar la inclusión de la Ciudad Universitaria de Caracas, en la Lista de Patrimonio Mundial, lo cual se logró en diciembre 2000. Motivo por el cual, a solicitud del Rector, el Consejo Universitario, le otorgó la Orden de la Universidad Central de Venezuela. Fue Presidente de la Fundación Fondo Andrés Bello para el desarrollo de los proyectos urbanísticos de la Zonas Rentales de la UCV en Plaza Venezuela y Maracay, 2003-2008. Ha sido miembro del jurado de los Premios Nacional de Cultura, Mención Arquitectura, 1999 y 2015. Es miembro del colectivo gremial de arquitectas y arquitectos ¿Cuál Ciudad?, tanque de pensamiento comprometidas y comprometidos con la acción social y los cambios revolucionarios del país.
[2] Arquitecto egresado de la Universidad Central de Venezuela en 1989. En la gestión pública, se desempeñó como Presidente del Instituto del Patrimonio Cultural entre 2010 y 2011, fue Viceministro de Planificación del Sistema Nacional de Vivienda y Hábitat entre 2008 y 2009, fue Viceministro de Obras y Proyectos Turísticos entre 2012 y 2013. En la academia es profesor de Diseño Arquitectónico en la Universidad Central de Venezuela desde 2001. Actualmente es Profesor-Investigador de la Fundación Escuela Venezolana de Planificación y tesista del Doctorado en Historia Insurgente (CNH-UNEARTE).
[3] Frente Socialista Universitario. (2017) Plural 119 P. 5.
[4] UNESCO en español. 18/06/2020.

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