El Turismo bajo la óptica de los modelos postcoloniales y de la descolonización. Linda Boukhris y Emmanuelle Peyvel


Traduccion de Antonio Zárate

Francia encarna el segundo imperio colonial de la historia mundial, lo que supone en sí mismo un poderoso vector de globalización del turismo (Zytnicki y Kazdaghli, 2009; Baranowski y Furlough, 2001), sin embargo, hay pocas publicaciones en francés que se centren en la dimensión poscolonial de las prácticas, los lugares y las imágenes mentales del turismo contemporáneo, y lo mismos sucede respecto a la producción sobre su organización económica, social y política. (Boukhris y Chapuis, 2016). Nuestra intención, como coeditores de este número especial, es cubrir ese hueco. Las preguntas que nos hacemos en ese sentido se basan en nuestras propias líneas de investigación, influidas por los intercambios entre varios ámbitos académicos que se interesan por el tema en contextos postcoloniales diferentes: las Américas (Costa Rica, Caribe) y Europa, y el marco poscolonial socialista (Bayly, 2007; Pelley, 2002) de la antigua colonia francesa de Vietnam. Nuestra argumentación parte de Francia, que aparentemente se muestra como una excepción en la producción y recepción del paradigma poscolonial, debido a las dificultades y el silencio ensordecedor que caracterizan el tratamiento de estos temas en los ámbitos de la investigación o la enseñanza. Es cierto que ha habido algunos intentos tempranos de introducir estos enfoques en la geografía (Staszak et alii., 2003; Collignon, 2007; Chivallon, 2007), pero han sido seguidos siempre de una oposición virulenta (Lacoste, 2010). De todos modos, es cierto que nuestra interpretación se centra sobre el modelo postcolonial en Francia, por eso invitamos a los lectores internacionales de la revista Via a efectuar este mismo ejercicio de análisis crítico desde sus respectivas tradiciones académicas nacionales o examinarlas de nuevo. El análisis realizado se presenta como un laboratorio de los problemas de nuestras sociedades contemporáneas y, sobre todo, de su compromiso con su pasado esclavista, colonial y/o imperial.

Esta situación no es específica de los estudios geográficos o turísticos, en general, sino que responde al lugar marginal y polémico que ocupa siempre el modelo poscolonial en Francia (Bancel, 2012). Esta "constelación intelectual densa y multiforme" (Mbembe, 2010) se instaló tardíamente en el panorama académico francés: mientras que la contribución principal de Edward Said se publicó en 1978, y hubo que esperar a 1980 para que se tradujera al francés, y a 2006, para la celebración de un primer simposio organizado sobre la "situación poscolonial" en el EHESS (Smouts, 2007), que provocó duras críticas (Amselle, 2008; Bayart, 2010). Sin embargo, sus bases habían sido puestas en Francia antes de la década de 1980 (Ballandier, 1951), aunque se redujeron durante mucho tiempo al estudio de un período histórico limitado, el de la independencia a la que accedían las antiguas colonias y en el que se transformó el aparato político del estado colonial. Sin embargo, el término "poscolonial" no es sólo un concepto histórico, sino que tiene una dimensión epistemológica mucho más amplia (Lázaro, 2006), que se relaciona con "los discursos ideológicos de la modernidad, que tratan de dar "normalidad" hegemónica al desarrollo desigual y a la historia diferenciada, y a mendo desequilibrada, de las naciones, razas, comunidades y pueblos (Bhabha, 1994, pág. 171). En este sentido, se trata de un paradigma, y por eso lo hemos planteado así en este número. Por lo tanto, no se trata de reducir la dimensión poscolonial al período estricto que se abre después de la colonización, como si este último fuera simplemente un efecto coyuntural del que habría que arrepentirse (Lefeuvre, 2006). El objetivo es, más bien, comprender no sólo el conjunto de las implicaciones de la colonización en el funcionamiento del turismo de las sociedades colonizadas (pasadas, presentes y futuras), sino también las estructuras del pensamiento colonial, lo que Edward llama el imperialismo, sea por la práctica o la teoría y las actitudes de un centro metropolitano que gobierna un territorio distante, que perdura durante el colonialismo y después. En cualquier caso, el turismo ha sido un poderoso vector para la circulación de estas estructuras de pensamiento. Así, el paradigma poscolonial participa no sólo de un enfoque crítico al funcionamiento de nuestras sociedades turísticas contemporáneas, sino también de una esperanza de reparación, reciprocidad e intercambio, de la que la economía turística puede ser parte (Berger, 2006; Mbembe et al., 2006).


Por otro lado no es casual que los estudios poscoloniales se enseñaran por primera vez en los departamentos de lengua y literatura extranjeras en Gran Bretaña, Estados Unidos y Australia (Ashcroft, Griffiths y Tiffin, 1989): estudiar a Aimé Césaire, Leopold Senghor, Edouard Glissant y Franz Fanon en los departamentos de estudios franceses, o a Salman Rushdie y Arundhati Roy en los departamentos indios hizo posible conocer sus producciones literarias como escenarios privilegiados de compromiso y lucha. Y nosotros podríamos decir lo mismo respecto a algunas de las zonas turísticas. Sin embargo, al confinar a estos autores a la categoría reductora de la Francofonía, nos encontramos con que la educación universitaria metropolitana se ha visto privada desde el principio del interés por lo poscolonial. Además, si bien los estudios poscoloniales se han convertido en algo habitual en los Estados Unidos, y allí todas las ciencias sociales se ha sentido atraídas por lo poscolonial (Smouts, 2007), en Francia todo discurre como si las instituciones universitarias, muy dominadas todavía por el enfoque disciplinario y, por lo tanto, reticente a las lógicas transversales, permanecieran atascadas en un debate que se limita a las posiciones de simpatizante y oponente. Sin embargo, y esta no es la más pequeña de las paradojas, los defensores de los estudios poscoloniales de habla inglesa se han inspirado en un corpus teórico producido en gran parte por autores franceses que se mueven por los Estados Unidos (Cusset, 2003), entre ellos, Michel Foucault, al que se refiere explícitamente Edward Said para articular el poder y la producción de conocimiento sobre “otro”, considerado esencial e inferior en su obra fundamental sobre el orientalismo. En este sentido, ha sido considerable la influencia de la obra de Edward Said en los Tourism Studies desde la década de 1990 (Carrigan, 2011; Hall y Tucker, 2005), alimentando reflexiones más amplias sobre la construcción de identidades y alteridades, el exotismo, el folclore y la propia experiencia turística (Edensor, 1998), especialmente en las antiguas colonias donde el turismo ha sido históricamente invocado, tanto por las Naciones Unidas y como por inversores internacionales, como palanca para el desarrollo (Craik, 1994; Cousin, 2008; Peyvel, 2017). Sin embargo, hubo que esperar a la década de 2000 para empezar a impulsar estas formas de análisis en lengua francesa, ayudando a romper con los patrones narrativos dominantes que consideran las islas tropicales como paraísos exóticos y las vinculan al trato dependiente del erotismo de los cuerpos de mujeres e infantiles (Belmenouar y Combier, 2007; Decoret Ahiha, 2004; Staszak, 2003 y 2008). Esta obra demostró cómo los sistemas turísticos forjados durante la época colonial afectan todavía profundamente a los territorios anteriormente colonizados, tanto materialmente como en el discurso (Peyvel, 2011; Barón Viejo, 2011; Bandyopadhyay, 2012; Buckley, 2013). Las relaciones con el pasado, que operan a favor del desarrollo del turismo, se nos muestran a menudo como fuentes de conflicto, sobre todo cuando se trata de temas patrimoniales (Hall y Tucker, 2005; El Kadi, Ouallet y Couret, 2005): lejos de estar consensuados, estos campos de acción reproducen o reconfiguran relaciones de poder profundamente desiguales, no sólo entre antiguos colonos y colonizados, sino también entre las poblaciones locales, cuestionado el papel potencialmente emancipador del turismo. A su vez, el paradigma poscolonial capta heurísticamente la compleja temporalidad en la que se insertan estos productos turísticos, invitándonos a considerar como transcurre a lo largo del tiempo el conjunto de las prácticas, de los imaginarios y de los lugares entre las metrópolis y sus antiguos imperios, en la línea de los cultural studies(Bhabha, 1994; Appadurai, 1996). De hecho, los defensores de los estudios subalternos y culturales han introducido propuestas teóricas y metodológicas estimulantes: la nocion de « agency » (Guha, 1983; Spivak, 1988), el estudio de las diásporas (Hall, 1990; Clifford, 1992; Gilroy, 1993), los conceptos de "tercer espacio" e "mimetismo" (Bhabha, 1994) han enriquecido enormemente la forma en que se entienden las relaciones de poder a partir de la constitución de los imperios coloniales, especialmente en la comprensión de las resistencias, recomposiciones y arreglos tácticos puestos en marcha por las poblaciones inferiores. La contribución de los estudios derivados del tema ha sido también la de relativizar los marcos analíticos de pensamiento, "provincializando a Europa" (Chakrabarty, 2000). Esta visión renovada del papel de los actores ha llevado a una mejor comprensión, por ejemplo, de los conflictos inherentes a la memoria de la esclavitud en Francia (Chivallon, 2006). Más recientemente, se han desarrollado los enfoques materialistas centrados en las prácticas, por ejemplo, en los intercambios de la prostitución en contextos turísticos (Roux, 2011), en la dinámica de los modelos relacionados con los cuerpos (Condevaux, 2011), las identidades de sexo y de género (Rebucini, 2013).

En todo caso, la entrada tardía y conflictiva del paradigma poscolonial ilustra las dificultades de la Francia contemporánea para reflexionar sobre las diferencias y las herencias que se hacen presentes a través de su historia esclavista y colonial. De hecho, el universalismo republicano, característico de la "excepción francesa" en las sociedades multiculturales occidentales (Simon, 2010), y la herencia del discurso de la asimilación (Hajjat, 2012) dificultan el pensamiento en los procesos racistas y en su genealogía colonial (Fassin y Fassin, 2006). No obstante, y más recientemente, el paradigma descolonizador ha entrado también en los estudios universitarios franceses, ahora ya con sus propias redes de investigación, seminarios y publicaciones, aunque también provoca protestas feroces, lo mismo que numerosas respuestas ampliamente mediatizadas1.

Dimensión heurística y paradoja del paradigma descolonizador en los estudios turísticos

Sin evitar un riguroso análisis crítico de las corrientes proteiformes, caracterizadas por producciones académicas y activistas multidisciplinarias, Capucine Boidin desmonta los "tres escollos prohibitivos" (Boidin, 2009, pág. 1) formulados por los críticos de las corrientes post y descolonizadora, a saber: el centrismo de los Estados Unidos, el maniqueísmo y el esencialismo reflejado en las obras. En este sentido, el número especial que codirigió ella con Fátima Hurtado López (2009) supuso un avance importante en el campo académico francés para pensar en el "giro descolonizador" impulsado por pensadores latinoamericanos (hispanos y de habla portuguesa2) y caribeños. La diversidad de la tradición del pensamiento de América del Sur y el Caribe aparece así como una superación del eurocentrismo de la crítica postcolonial3, abordando multitud de temas que van más allá del análisis del discurso y presentando variedad de territorios distintos a los relacionados con el colonialismo británico. Los estudios descolonizadores, basados en reflexiones sobre los imperios español y portugués y la conquista de las Américas, articulan análisis económicos, históricos, sociológicos y filosóficos. Intentan deshacer el esquema colonial forjado en el Caribe y las Américas y construir la modernidad occidental (Mignolo, 2011) a partir de reflexiones sobre los colonialismos del poder (Quijano, 1992), el conocimiento (Lander, 2000) y el ser (Maldonado-Torres, 2007), que aún persisten después de la descolonización. En particular, los estudios tratan de demostrar las complejas imbricaciones históricas de los fenómenos económicos y las relaciones de poder, raza y clase y sus reconfiguraciones contemporáneas: ¿de qué manera los discursos y las prácticas violentas y opresivas articuladas con los procesos de diferenciación y jerarquía socio-racial traspasan las diferentes etapas temporales a lo largo de la expansión del capitalismo y más allá de la descolonización? Invitándonos así a ir más allá de la crítica de un peligro para el universalismo (Grosfoguel, 2010; Hurtado López, 2017; Bachir Diagne, 2018), la variedad de estos trabajos demuestra la necesidad de cambiar el enfoque de la "colonización" por el de las "relaciones coloniales" (L'Estoile, 2008) con el objetivo de mostrar cómo estos trabajos perduran actualmente bajo diferentes reconfiguraciones.

Cada vez existen más trabajos en los estudios turísticos que se interesan por el paradigma descolonizador y que nos invitan a replantearnos las formas de análisis forjadas en el campo académico occidental y especialmente en el angloparlante. Donna Chambers y Christine Buzinde (2015) reflexionan sobre la dimensión heurística de la teoría descolonizadora en el campo de los estudios turísticos, señalando el creciente reconocimiento que alcanzan en el mundo académico eurocentrista los conocimientos relacionados con el turismo: “It is also increasingly acknowledged within the tourism academy that our existing knowledge about tourism is Eurocentric and therefore ignores and negates those knowledges which emanate from other cultures and from traditionally marginalised groups (Hollinshead, 1992, 2013; Platenkamp & Botterill, 2013; Teo & Leong, 2006; Tribe, 2006, 2007; Whittaker, 1999)”(pág. 2). Erik Cohen y Scott A. Cohen (2015) tratan de responder a esta misma crítica al eurocentrismo de los tourism studies, proponiendo integrar el turismo en el paradigma más amplio de la movilidad. De ese modo, ayudan a modificar los enfoques epistemológico, teórico y empírico de los trabajos producidos hasta ahora. Donna Chambers y Christine Buzinde (2015), que se definen como dos mujeres negras que trabajan en el turismo, contribuyen a esta crítica de la agenda de investigación de los estudios turísticos eurocéntricos y coloniales: “We do not wish to suggest that Western perspectives have no value and should therefore be summarily dismissed, but that we have privileged these perspectives and have consequently subordinated and even silenced other knowledges from the South, which have equal legitimacy”. Por lo tanto, reflexionan sobre sus propias trayectorias de investigación con el fin de comprender lo impensable, sesgado y la construcción de sus marcos de pensamiento, profundamente arraigados en una epistemología occidental dominante, cuya formación histórica y carácter distintivo recuerdan. Ellas subrayan la necesidad de incorporar obras teóricas críticas distintas a las derivadas de la teoría descolonizadora para participar realmente en la descolonización del conocimiento, para eso mencionan los pensamientos del psiquiatra martinico Frantz Fanon, de la poetisa jamaicana Louise Bennett-Coverley, la poetisa de Santa Lucía Derek Walcott, y el escritor keniata Ng-g-wa Thiong'o. En el contexto de nuestro deseo de abordar también el tema del lenguaje, fundamental para la descolonización epistemológica, como señaló Ng-g-wa Thiong'o, incluimos en nuestra convocatoria para este número la posibilidad de enviar comunicaciones en Créole. En este sentido, nos parece muy oportuno aprovechar el proyecto multilingüe de Via para facilitar el florecimiento de formas plurales de decir, escribir y plantear los temas del turismo.


Entre los trabajos incluidos en esta agenda de investigación se encuentra el trabajo de dos investigadores ubicados en Brasil (Freire-Medeiros, Name, 2017) que desean repensar la historicidad del "paradigma de la movilidad" (Urry, 2007), presentándolo como " nuevo", aunque también sea formulado por otros muchos autores latinoamericanos. De ese modo, afirman la conveniencia de romper el eurocentrismo en la producción del conocimiento que naturaliza categorías como el cosmopolitismo o la modernidad, impulsadas para reflexionar sobre la movilidad "contemporánea". Ellos mismos insisten en los temas de la movilidad histórica de las personas, del capital, de las imágenes, las ideas, los recursos, y los bienes materiales desde el siglo XV. Analizando la introducción del teleférico en las favelas de Río de Janeiro como parte de la estrategia de desarrollo turístico, lo relacionan con el discurso histórico centrado en Río de Janeiro como una ciudad "tropical", un “tropicalismo” que se inserta en el ámbito de las relaciones de poder asimétricas entre Europa y las Américas. La creación de la ciudad moderna, de acuerdo con los estándares estéticos, culturales, económicos y políticos europeos de las élites blancas, se articula en torno a la producción de las favelas como paisaje racial, como un tropicalismo doméstico. Esta contextualización histórica de la estructura urbana nos lleva a pensar en la genealogía colonial de la producción de un paisaje alterado por las favelas, poniéndolo en una situación de visibilidad ubicada, es decir, se nos presenta como un paisaje listo a ser consumido bajo la "mirada turística". Los autores nos invitan a pensar en el colonialismo, todavía demasiado pequeño, a través de la transformación de las favelas como destino turístico, movido por políticas públicas. Este enfoque pone de relieve cómo un objeto de investigación, el teleférico, que podría haber sido analizado desde el punto de vista de las políticas de transporte público urbano y de accesibilidad, es interpretado como una herramienta tecnológica con un significado y valores estéticos, visuales e ideológicos en el corazón de una estructura histórica de saber-poder.

Este enfoque descolonizador lo encontramos también en el análisis de los proyectos de regeneración urbana centrados en el desarrollo de las industrias culturales y creativas y en la revalorización del espacio público (Cassion-Yde, 2019). El autor analiza el papel de los actores públicos y privados, recurriendo a reflexiones sobre el "derecho a la ciudad" y la democratización urbana en la producción de un espacio higiénico y eurocéntrico público en la ciudad de Guadalajara, en México. Así, nos invita a la descolonización de nuestra percepción de la ciudad y a considerar otras epistemologías urbanas capaces de reinventar las normas y remodelar los espacios urbanos desde experiencias distintas.
El enfoque no colonial se moviliza igualmente para pensar en los límites del crecimiento del turismo y en particular en la idea de "decrecimiento" desde otras epistemologías, como la de "Buen Vivir", procedente de la cosmogonía indígena latinoamericana (Chassagne, Everingham, 2019). Reconociendo los significados fluidos y plurales del Buen Vivir, entendido como una visión holística del bienestar socioambiental, los autores analizan los proyectos turísticos en una comunidad de Ecuador, concebidos como alternativa a las economías extractivistas. No se trata del paradigma de la sostenibilidad o de los modelos de reducción de la pobreza como marcos analíticos para pensar en el turismo comunitario, sino más bien del discurso, de las normas y las prácticas articuladas entorno a la filosofía del "Buen Vivir", que se refiere tanto a los seres humanos como a los no humanos. Sin embargo, si bien los conocimientos indígenas son puestos en el centro de un enfoque participativo e integrado para el desarrollo turístico, el artículo da poca participación a las voces indígenas. Por otra parte, el mismo enfoque basado en la movilización de las cosmogonías indígenas del "bienestar" se encuentra en el análisis del ecoturismo en las comunidades Brokpa de Bután (Karst, 2017). El autor insiste en su deseo de contribuir a la afloración de voces distintas, no occidentales, para replantear las categorías analíticas derivadas de la epistemología occidental. Propone considerar otras formas de compromiso con la naturaleza a partir de ontologías no naturalistas (Descola, 2005) con el fin de pensar las prácticas de ecoturismo en las áreas protegidas. Sin duda, el autor podría haber ido más allá al cuestionar la epistemología dominante de la conservación que encarna la idea misma del espacio protegido, atestiguando las dificultades de superar un pensamiento alternativo en un marco de análisis que sigue siendo dominante.

En este mismo sentido, aunque sin reivindicar la teoría de la descolonización, el libro codirigido por los antropólogos Alexis Bunten y Nelson Graburn (2018), que trata de los problemas del turismo en diferentes comunidades indígenas de las Américas y África, y del papel del turismo en la reconfiguración de las relaciones de poder, plantea el tema de los enfoques consolidados y dominantes en el conocimiento y expresa las dificultades para despertar otros en el campo académico. Los dos coeditores explican su mayor preocupación por implicar las voces de los indígenas en su proyecto de investigación, no sólo como encuestados, sino invitando a investigadores de las comunidades indígenas como productores de conocimiento académico a superar, al menos en parte, la asimetría de la relación entre el antropólogo y sus encuestados, evitando reproducir una forma de violencia epistémica. Comprueban, sin embargo, que estas voces no se movilizan, mostrándose más proclives a implicarse con colegas indígenas que se dedican a luchas sociales y políticas, tareas que consideran más urgentes que comprometerse en la producción de trabajos académicos. 


Esto nos lleva a destacar las aporías de un paradigma que pretende movilizar otras epistemologías para reflexionar sobre el mundo pero que pueden también verse atrapadas en las contradicciones mismas del trabajo académico, ubicado dentro del “episteme” dominante desde el contexto enunciado de la institución académica. Mientras tanto, se podrían tomar medidas intermedias, como sugieren Freya Higgins-Desbiolles y Kyle Powys Whyte (2013), en su deconstrucción del "punto de inflexión crítico" de los estudios turísticos: “How many of the self-declared critical tourism scholars come from communities of colour and for those that come from communities of privilege how often do they seek collaborative opportunities with those that come from other backgrounds? Without these bonds of solidarity, we find ourselves in danger of talking for others or even talking only amongst those like ourselves at a complete disconnect from the people at the ‘‘coalface’’ of tourism’s negative impacts” (pág. 432).


Bajo esta perspectiva se encuentra el ensayo propuesto por Sarani Pitor Pakan: "Can the “Other” Frama Back in Tourism Studies? Experimenting to Respond in an Asymetrical Dialog”? en un formato que no se ajusta a los estándares científicos del artículo. Este ensayo nos ofrece un discurso centrado en un investigador indonesio en “tourism studies” de la Universidad de Wageningen. “As a researcher from the South, I am tempted to write with a certain degree of rage /…/ against the ignorance that has silenced the voices from (the) South all this time”, este es el proyecto del autor que, con un enfoque reflexivo, plantea invertir la asimetría de poder entre las representaciones de Oriente y Occidente mediante el análisis de las prácticas fotográficas de los turistas indonesios en los Países Bajos. Reconociendo las contradicciones de un proyecto que implicaría relaciones de poder simétricas entre el orientalismo y el occidentalismo, el autor nos presenta una narrativa marcada por la aporía de una deconstrucción del colonialismo del conocimiento.


Todos estos ejemplos de trabajos recientes realizados en el campo de los estudios turísticos no pretenden ser exhaustivos. Ilustran diversos temas de investigación aprehendidos desde una perspectiva decolonial, examinando las reconfiguraciones históricas y contemporáneas del poder en múltiples situaciones turísticas, proponiendo o incitando a concebir otras epistemologías para reflexionar e investigar las prácticas espaciales y los imaginarios, pero destacando también las contradicciones a veces insolubles de un proyecto de esta naturaleza.


Repensar el centro y la periferia dialécticamente: un enfoque crítico del turismo dentro de las antiguas metrópolis coloniales e imperiales

Uno de los primeros ejes de nuestra convocatoria proponía ampliar las perspectivas de análisis, convocando a enfoques poscoloniales surgidos de los países anteriormente colonizados y/o bajo dominación imperial (Hancock, 2009), se invitaba a analizar desde una perspectiva crítica a los actores, los lugares, las prácticas y los imaginarios turísticos dentro del o de los "Norte (s)". De hecho, la historia tejida entre las colonias y la metrópolis europeas han dejado una marca duradera en estos espacios que durante mucho tiempo se han creído que eran distantes y radicalmente diferentes, incluso cuando se construyeron (Cooper y Stoler, 1997). La "cultura colonial" y la "cultura imperial" (Blanchard y Lemaire, 2004) han dejado una huella duradera en las metrópolis europeas en una relación dialéctica que los paradigmas post o descolonizadores invitan con fuerza a explorar. El espacio urbano, la arquitectura, el patrimonio, la cultura (desde las colecciones de los museos hasta las artes escénicas), todos los motivos de interés para los estudios turísticos se han visto afectados por relaciones de poder inscritas en una genealogía colonial y se reconfiguran constantemente en la actualidad. Sin embargo, hay obras en francés que no pretenden formar parte directa de estos paradigmas, que cuestionan los sistemas turísticos coloniales en las antiguas metrópolis coloniales, como las de los zoológicos (Estébanez, 2010). Otros trabajos han tratado temas relacionados: los recientes conflictos sobre los “burkini” en las playas francesas y las vacaciones conflictivas de los descendientes de inmigrantes en Argelia (Bidet y Devienne, 2017), o la creación no exenta de tensiones del Hotel du Nord, una cooperativa de gentes del lugar que trabajan en el turismo en los distritos del norte de Marsella (Hascoet y Lefort, 2015).

Los espacios europeos ofrecen, en efecto, un contexto particularmente interesante para facilitar enfoques salidos de los grupos sociales minoritarios (reivindicando su africanismo afro-feminismo o indigenismo) a partir de los medios de comunicación, de proyectos culturales, del patrimonio y del turismo. De hecho, el caso de Francia es característico del auge de las narrativas contrahegemónicas desde principios de la década de 2000, que muestran el carácter plural de la sociedad francesa y las relaciones de poder que existen en su interior. Algunos de estos proyectos forman parte de un enfoque patrimonial, cultural y turístico, como el proyecto turístico "Black Paris" (Boukhris, 2017).


En este número, se ha querido recopilar enfoques críticos de actores, lugares, imaginarios y prácticas turísticas al margen de la oferta turística tradicional, pero lamentablemente no se ha recibido ninguna contribución en este sentido. Creemos que esto es una prueba de la dificultad de los estudios turísticos para comprender la perspectiva poscolonial o incluso descolonizadora desde el Norte. En este sentido, no se trata sólo de cómo se puede hacer turismo con los vestigios materiales e inmateriales del pasado colonial. Como dice con toda razón Ann Laura Stoler (2016), la dificultad radica precisamente en la forma en que nosotros, investigadores en ciencias sociales, aprehendemos lo que es "postcolonial", como si hubiera en ellos unos motivos de investigación debidamente etiquetados como "postcolonial" (exotismo, orientalismo, colecciones coloniales de museos, patrimonio construido a partir del periodo esclavista y época colonial, etc.), y otros temas que no se incluirían en un marco de un análisis poscolonial". Esto nos invita a reflexionar sobre la continuidad imperial en nuestro tiempo actual y a analizar las dinámicas coloniales que existen en múltiples espacios, las prácticas e imaginarios que van desde las fronteras a la seguridad, pasando por el medio ambiente y la economía, temas todos estos que se encuentran en el ámbito de interés de los “tourism studies”.

Así, el texto de Michael O’Regan en su análisis de la economía oculta de los casinos en Macao ha de ser considerado como una reconfiguración del orden colonial. El turismo se concibe entonces como un proyecto hegemónico que establece un régimen de verdad y visibilidad. Es también el enfoque propuesto por Habib Saidi en su análisis de las relaciones laborales dentro del sector hotelero en Túnez. El autor analiza las "tecnologías de dominio" que despliegan los empleados subalternos en los hoteles como parte de una "bio-hospitalidad", a partir de una encuesta etnográfica de los empleados de estos hoteles de la costa tunecina.

Hacia un enfoque materialista para la fabricación de otras identidades e identidades en situaciones turísticas
El segundo eje de nuestra convocatoria pretendía hacer más plural el marco del pensamiento bilateral que si bien constituye una dimensión fundamental asimétrica del imperialismo, no debe limitarse a infernales pares, esencialmente a la estricta relación entre colono-colonizado. En este sentido, este eje invitaba a indagar sobre las alteridades y las identidades en contextos turísticos, analizando sus efectos sobre la categorización, la jerarquización y el dominio que provocan según un enfoque materialista que se pregunta sobre los modos a través de los cuales el turismo interviene en la producción o reproducción de desigualdades, y en las relaciones de poder basadas en criterios de raza, clase y género.

La noción de “agency” para entender la complejidad de las relaciones en un contexto colonial podría ser estimulante en sí misma: interés, oportunismo, adhesión, pero también, huida y resistencia frente a los poderes imperialistas, provocan acciones políticas. En este sentido, este segundo eje era considerado como intrusivo respecto a todas las tácticas y adaptaciones que asume el turismo - incluso entre las poblaciones dependientes en el (los) “Norte(s)” - respecto a las "formas de marginación y opresión diaria, ya sea de discriminación social y/o racial, homo/ lesbo /transfobia o incluso sexismo”.


Si bien esta invitación no ha sido lamentablemente seguida, hemos recibido propuestas relativas a la movilidad y oscilaciones de reapropiación de las redes de pensamiento colonial en la construcción de las jerarquías sociales, raciales y de género, que se hacen patentes en los museos dedicados a determinados sectores de la población (museo de etnología, de mujeres...), y más en general en los niveles más altos de la Nación, donde la frecuentación turística interior puede ser oficialmente utilizada para consolidar la identidad nacional y de manera secundaria para legitimar el esfuerzo de poner orden en la diversidad del país (Michalon, 2020; Peyvel, 2016; Cabasset, 2000). En este eje, buscábamos trabajos que trataran sobre las economías turísticas en el marco del turismo de interior, apoyadas en las diferencias de las categorías étnicas y de género, con el fin de profundizar más en el conocimiento de sus mecanismos de dominio: marginación de ciertas poblaciones calificadas como “otros” a la hora de desarrollar el turismo, expoliando y acaparando la legitimidad de los recursos turísticos por un pequeño número, teatralización de grupos de población a los que las élites locales califican como distintos... En este contexto se enmarcas el texto de Sarah Coulouma sobre el turismo de los Wa en China, como una forma interior de primitivismo en la provincia china de Yunnan.


Por otro lado, debido a que la colonización ha consistido en un desplazamiento forzado de poblaciones a una escala inusitada, han surgido identidades diferentes en las poblaciones afectadas, con anclajes territoriales y posiciones sociales, raciales y de género muy complejas. A su vez, el turismo interviene mucho en la creación de diferencias e identidades, desde la escala familiar a la transnacional, sobre todo mediante el turismo de diáspora o de raíces. La aportación de Anthony Goreau-Ponceaud, a partir de las políticas turísticas del Estado indio, participa de esta reflexión sobre las identidades en movimiento, con hibridaciones y mestizajes para comprender mejor el papel del turismo en la eficacia material y del discurso de las redes transnacionales en la construcción de las identidades y diferencias contemporáneas.

Por último, la entrevista con el antropólogo Nelson Graburn es una invitación a nosotros mismos, los investigadores, para desarrollar una reflexión crítica sobre nuestros mismos enfoques y posiciones de conocimiento. Repasando casi sesenta años de investigación sobre las artes, la cultura y el turismo, en ámbitos tan distintos como Canadá, Japón o China, comparte los diferentes contextos sociohistóricos y académicos que le condujeron a sus tomas de decisión empíricas, teóricas, metodológicas y epistemológicas. Nos permite volver a situar en el tiempo la aparición gradual de los paradigmas postcoloniales y decoloniales. Antropólogo preocupado por las variadas formas de movilidad a escala internacional, Nelson Graburn nos proporciona una visión particularmente interesante de los diferentes planteamientos que han tenido lugar en distintos espacios académicos (Brasil, China, Japón, etc.), y de las resistencias desplegadas respecto a lo que él llama la « anglophone snake », provocando la aparición de antropologías derivadas del turismo.
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Bibliographie

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Notes

1 “Le « décolonialisme », une stratégie hégémonique : l'appel de 80 intellectuels” (Le Point, novembre 2018) ; “ « La pensée “décoloniale” renforce le narcissisme des petites différences” (Le Monde, septembre 2019).
2 Estos pensadores se reunieron en el grupo Modernité/Colonialité formado en 1998. Entre ellos se encuentran el sociólogo Aníbal Quijano, el semiólogo Walter D. Mignolo, el antropólogo Arturo Escobar, el sociólogo Edgardo Lander, el antropólogo Fernando Coronil, el filósofo Nelson Maldonado Torres, el sociólogo Ramón Grosfoguel el filósofo Enrique Dussel (lista no exhaustiva).
3 Cierto número de teóricos del pensamiento postcolonial proceden del Sur (G. Spivak, H. Bhabha, E. Said entre otros) pero sus epistemologías siguen enraizadas en el mundo occidental, utilizan conceptos tomados del postestructuralismo y del postmodernismo.
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Pour citer cet article

Référence électronique

Linda Boukhris et Emmanuelle Peyvel, « El Turismo bajo la óptica de los modelos postcoloniales y de la descolonización », Via [En ligne], 16 | 2019, mis en ligne le 30 mars 2020, consulté le 19 avril 2020. URL : http://journals.openedition.org/viatourism/4106
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Auteurs

Linda Boukhris

MCF, Université Paris 1 Panthéon Sorbonne, IREST, linda.boukhris@univ-paris1.fr

Articles du même auteur

Emmanuelle Peyvel

MCF, Université Bretagne Occidentale, emmanuelle.peyvel@univ-brest.fr
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Traducteur

Antonio Zárate

mzarate@geo.uned.es

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