LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN (I) | Máximo Rojas.

 

Máximo Rojas Chávez. Arquitecto. Docente investigador de la FEVP. 
Correo electrónico: max.rch33@gmail.com
                                                        “...en ella Venezuela tiene con qué
                                                             y cómo diversificar la economía”

            Toda nación que construye sus bienes físicos para una vida mejor lo hace a partir de lo que les brinda la naturaleza; el ingenio de esas naciones, sobre todo los especializados construyen sus calzadas, viviendas, represas, entre un gran etcétera. Lo escrito todos lo sabemos, lo que no sabemos, como país no desarrollado, es cómo ordenar las actividades de la industria de la construcción para un mejor rendimiento, para que la construcción sea más provechosa y beneficiosa para la sociedad; en esos términos el Socialismo es la respuesta; el Socialismo permitiría y facilitaría diversificar la economía en un país como el nuestro. Con el socialismo se soltarían las amarras con que se oprime a la sociedad; la producción y la productividad se manifestarían con las más amplias libertades, la participación del pueblo se haría realidad, sería una realidad la democracia participativa. Para edificar EL SOCIALISMO es indispensable que la dirección política tenga claro que a las masas, al pueblo, al estar “abandonadas a su propio impulso tienden al reformismo” (El Marxismo- Leninismo así lo sostiene); tener claro la necesidad de una revolución cultural, lo que requiere de una teoría revolucionaria que explique cuáles son los verdaderos intereses de clase y cuales son los soportes para conseguir ese mundo mejor del que mucho se habla.

            La historia de la humanidad nos explica cómo han evolucionado las artes de construir hasta el sol de hoy." Europa, continente de la que heredamos la cultura de la construcción nos legó tradiciones y nos sigue aportando técnicas de construir, lo que les permite como países desarrollados exportar de sus industrias y universidades: técnicas, tecnologías, teorías y prácticas de construir y sobre todo equipos y artilugios para construir y con un gran apoyo de la inmigración que se originó con la guerra civil española y la guerra mundial; nosotros, compradores de todo, incluyendo espejitos, lo manejamos a nuestro saber y entender lo que conocemos como “ Industria de la Construcción”.

                ¿Cómo solemos entender la Industria de la Construcción? La conocemos y la entendemos traducida en leyes y normas que sintetizan en nuestros entendimientos que las empresas constructoras conforman y son “La Industria de la Construcción”, principio que se manifiesta con la existencia de la “La Cámara Venezolana de la Construcción” y sus más sobresalientes aliados: “Los Sindicatos de la Construcción”, el “Colegio de Ingenieros, Arquitectos y Afines”, sumándose empresas de servicio como el sector hipotecario de la banca privada y las compañías de seguro y su urdimbre llega hasta los niveles de “gestorías” los cuales se ocupan desde sacar permisos hasta gestionar contratos con sus respectivos cobros; estos “gestores” mientras mejor cobran mejores profesionales son, “todos unos ejecutivos de la construcción”.

            Las empresas constructoras no son más que empresas de servicios, condición que las sitúan en el sector terciario de la economía, al mismo nivel que los mercados, las clínicas y hospitales, colegios públicos y privados, en fin ¡la lista es larga!.

            La Industria de la Construcción puede definirse como la matriz del sector secundario de la economía, razón suficiente, además de necesaria, para ponerle especial atención, en ella está la diversificación de la economía y en el caso venezolano tiene suficientes instalaciones e infraestructuras industriales para decir que ¡TIENE CON QUÉ !. En nuestro sector secundario tenemos industrias del sector construcción en condiciones precarias en manos del Estado, el caso más visible está en las empresas de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y el mejor ejemplo es SIDOR. Esas industrias sumando las de cemento, extracción y procesamiento de áridos, el bosque de UVERITO. Empresas del sector privado en donde los talleres metalúrgicos tienen equipamientos y conocimientos tecnológicos entre otras virtudes, son y conforman un gran recurso para la producción de viviendas y ciudades, para la diversificación industrial de la cual hablamos y es por ello que SIDOR debe producir al máximo, debe producir, incluso, para tener esas divisas que se pretenden con la “LEY DE ZONAS ECONÓMICAS ESPECIALES”.

            La importancia de la producción de SIDOR es tal que de ello depende que las metalúrgicas produzcan perfiles para todo tipo de obra, que aguas abajo tenemos procesadoras para la producción de tubulares estructurales. Las arandelas, clavos, tuercas, tornillos dependen de que las siderúrgicas produzcan. Con la producción de láminas podemos producir muchos y variados equipos para la construcción (mezcladoras de concreto, molde tipo túnel, plantas de prefabricados de componentes de concreto armado para la producción de edificaciones habitacionales, puertas que importamos, ventanas, y puede detallarse una gran lista de productos); con la producción de planchas (laminados) de acero pudiésemos producir “contenedores” y todo tipo de silos para la exportación y por supuesto para nuestro consumo. No tenemos que incentivar a ningún “inversionista” para ponernos a trabajar, para ponernos a producir. Tenemos que tener claro que SIDOR produciendo en forma sostenida es porque, aguas abajo, la producción también tiene que ser sostenida y en esto la producción de viviendas para satisfacer el crecimiento vegetativo significa un gran soporte como consumidores de acero; no se puede dejar de anotar que el acero es energía y que el mundo paga por ello, tampoco debemos dejar de reflexionar sobre la producción del ALUMINIO, que teniendo los minerales, las plantas de producción, como industrias básicas, están improductivas.

            En el tercer sector de la economía nos encontramos con todas aquellas actividades que se sirven de la industria de la construcción, empresas de servicios en donde las de la construcción y de mantenimiento conforman el subsector de mayor connotación, entre otras razones, por la demanda de empleos de distintas especialidades y consumidora de la producción del sector secundario. En este sector de la economía, también se encuentran las instituciones que rigen su conducta y que en la materia de la construcción es donde la sociedad por intermedio del Estado actúa como distribuidor del dinero de las actividades, de los estímulos, de los incentivos. En la cuarta república se promovió muchas políticas de estímulos fiscales, como subsidios, reducción y excepción de impuestos, reducción y eliminación de aranceles, sistemas y medios de financiamientos para la creación de empresas y que al final todas éstas políticas originaron un país Rendido, un país Colonial; todas esas políticas, a la postre, fueron mecanismos de transferencia de riquezas para el sector minoritario de la población, para el sector parásito aliado y sustento del “subcapitalismo”.

            Otros aspectos, según mi forma y modo de ver la construcción, las expongo en entrevista que me hiciera la Escuela Venezolana de Planificación en la cual manifiesto aspectos complementarios a este artículo haciendo énfasis en “La Venezuela Potencial” (buscar en el blog de la Escuela Venezolana de Planificación).

           En cuanto a la “Ley sobre Zonas Especiales”, reitero lo antes dicho sin dejar de recomendar las anotaciones que mediante artículo de prensa hizo sobre dicha ley, nuestra compatriota Dra. Pascualina Curcio (está en Internet).

         Seguido a este artículo haré otro señalando aspectos que considero importante; aun cuando serán planteados por separados conforman un gran conjunto que, considero, ayudaría a formarse un concepto distinto a la costumbre, tratando sobre manera, se conjugue con el proceso que predicamos: El Socialismo.

( <Escribe que algo queda> Kotepa Delgado)

Noviembre del 2021


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