Gladys Maggi
Villarroel: Dirección de Docencia de la Escuela Venezolana de Planificación. Correo-e: glamaggi3@gmail.com
Más allá de los meros hechos tangibles y cuantificables
que caracterizan nuestros métodos profesionales, la importancia de la
investigación científica y tecnológica radica en su capacidad de contribuir en
la transformación de una nación autogestionaria, propietaria de su destino y
libre del imperialismo de los centros de poder y de los monopolios de diferente
índole de los cuales dependemos actualmente.
Una de las funciones importantes del Estado venezolano en
el campo de la investigación científica tecnológica es ser el rector de un
Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, para convertirlo en actor
principal del proceso de desarrollo nacional.
Por tal motivo, entendemos la necesidad de lograr
apropiación colectiva del conocimiento científico y tecnológico, y estimular la
actitud innovadora del ciudadano, para generar una dinámica de cambio
constante, que facilite el logro de metas cada vez mayores, y la solución sustentable
de los problemas que nos aquejan.
En este tema, la gestión del Estado se debe inspirar en
el pensamiento de Oscar Varsavsky, cuya importancia trasciende los límites de
su trabajo como investigador, para llegar hasta nosotros sin perder vigencia,
gracias a la agudeza con la que caracterizó las características del medio
académico en su tiempo, y a su capacidad para analizar y establecer la
importancia de la investigación científica y tecnológica en la construcción de
una sociedad revolucionaria, revolucionada y libre del imperialismo
capitalista.
Varsavsky fue uno de los más destacados especialistas en
la elaboración de modelos matemáticos aplicados a las ciencias sociales en su
tiempo. Gracias a su enorme sensibilidad, pudo analizar procesos propios de los
sistemas sociales valiéndose de los procedimientos lógico-metodológicos de las
ciencias físico-naturales. En sus escritos, estimuló la creatividad del
científico y su espíritu nacional, y propició los estudios de la materia que necesita
e interesa a cada país, descartando el apoyo a los modos de trabajo
individualistas, que se plantean con el único fin de satisfacer las necesidades
y los intereses de una élite mundial. Es por ello que sus propuestas se
caracterizan por buscar la transparencia, la participación y la exhaustividad.
Es por ello que debemos creer firmemente que el
conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación son las herramientas
fundamentales para la construcción los cambios que Venezuela demanda.
Entendemos que la investigación científica, y las actividades humanas en
general, deben pensarse en función de su aporte al desarrollo efectivo de una
sociedad cuyas características deben obedecer a una visión construida
colectivamente, de modo consensuado y atendiendo a las posibilidades reales de
su tiempo, su espacio y su territorio.
De allí que una visión política insuficiente, inadecuada
y parcializada del país o con una percepción distorsionada de la realidad, las
más nobles acciones orientadas a la formación de profesionales y científicos
serios, responsables, capaces de utilizar todos los instrumentos que la ciencia
y la técnica ponen a su disposición, terminan por generar y reproducir un
modelo de dependencia con los grupos dominantes externos, que es propio de un colonialismo
sin colonias.
Con el pensamiento de Varsavsky como uno de nuestros
referentes conceptuales, debemos tener en cuenta que la gestión de gobierno
debe ser consciente de que el conocimiento, la ciencia y la tecnología no
pueden ser el patrimonio que unos pocos utilizan como mecanismo de control
sobre la mayoría, y que en consecuencia, el método científico no es apolítico, ni el
investigador debe ser ajeno a la realidad social a la cual pertenece.
El conocimiento debe ser herramienta para la liberación y
el cambio, no para el dominio. El poder está en el conocimiento.
Por eso es necesario garantizar que el conocimiento fluya entre todos los
actores de la sociedad, mediante la investigación y el desarrollo de ideas
pertinentes para incidir de manera positiva en la construcción de esa realidad
diseñada por el consenso de la mayoría.
En las instituciones del Estado debemos trabajar para
garantizar el acceso de todos los ciudadanos a la información y al conocimiento,
apoyándonos para ello en las herramientas tecnológicas. Fortalecer centros de
formación, propiciando la masificación de la formación de alto nivel, ampliando
el espectro de beneficiarios a ser atendidos y modificando los parámetros de
selección, para garantizar no sólo la excelencia, sino la inclusión, la equidad
y la justicia social.
Basándonos en nuestros recursos y capacidades nacionales,
debemos articular el conocimiento y los saberes populares con las herramientas
del método científico, para lograr el desarrollo y la transferencia de
tecnologías apropiadas y apropiables, así como el desarrollo de la inventiva
popular, en consonancia con las necesidades de nuestra población, y el deseo de
generar un modelo de desarrollo endógeno, un modelo de desarrollo que nos
pertenezca realmente.
Debemos establecer líneas y planes de acción que permitan
fomentar la creatividad del científico y su espíritu nacional, y propiciar el
desarrollo de las áreas que necesite e interesen a nuestro país, descartando el
apoyo a los modos de trabajo individualistas, que se plantean con el único fin
de satisfacer las necesidades y los intereses personales o de un grupo.
En este sentido debemos apoyar el desarrollo de programas
y proyectos de investigación y desarrollo en red, con visión sistémica, que se
construyan de manera multidisciplinaria e interinstitucional, y que se caractericen
por el uso racional de los recursos, la calidad e idoneidad del proceso de
investigación, el proceso permanente de transferencia y formación, y sobre
todo, la pertinencia para atender los problemas y necesidades de nuestro país y
lograr nuestros objetivos nacionales de corto, mediano y largo plazo.
Sabemos que hay resistencia al cambio y mucha
incomprensión en torno a los procesos que día a día construimos en nuestro
proceso revolucionario. Pero la voluntad política por desarrollar un Sistema
Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación del cual formen parte todos los
ciudadanos, es inquebrantable.
Para quienes luchamos por capitalizar el cambio y
convertirlo en derechos y deberes favorables para toda la población, reiteramos
que el conocimiento es el verdadero poder, la verdadera fuerza, la clave del
éxito.
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