Héctor Torres Casado: Dirección de Docencia e Investigación en la Escuela Venezolana de Planificación. Correo: htcasado@gmail.com
Resumen. El presente trabajo comprende la reseña
crítica de varios de los artículos publicados en el marco del
proyecto “Caracas City 450”, el cual es auspiciado por una serie
de instituciones públicas y privadas, entre las cuales resalta la
Oficina de Asuntos Públicos de la Embajada de los Estados Unidos de
América. Las reseñas intentan evidenciar la actitud más que
complaciente de los autores con respecto a la influencia
norteamericana en el desarrollo urbano y de infraestructura en
Venezuela, que se consuma mediante omisiones, medias verdades y
manipulaciones. Además con el olvido de que, en gran medida, los
problemas que padecemos hoy en nuestras ciudades se deben a la visión
de desarrollo que se nos impuso, no desinteresadamente, desde el
norte.
1 - INTRODUCCIÓN
De acuerdo a lo publicado en su página web, el proyecto
“CCScity450”2
propone una reflexión sobre el espacio público de la ciudad, a
partir de un conjunto de actividades e intervenciones urbanas sobre
diversos sectores de Caracas, por la necesidad de reconocer y valorar
edificios, lugares y obras de arte, que forman parte de un conjunto
de bienes patrimoniales y de valor paisajístico, arquitectónico y
ambiental, con el objetivo de exaltar la historia de la ciudad y sus
tradiciones urbanísticas y arquitectónicas.”
Sin embargo, los artículos publicados en la página web del
proyecto, que se reseñan en el presente trabajo, revelan una
finalidad diferente o adicional: la exaltación de la influencia
estadounidense en el desarrollo urbano de la ciudad de Caracas, no
solo como un hecho de la historia, sino como un hecho positivo.
Esto no es casual, si se observan las instituciones que apoyan el
proyecto, no solo encontramos entes públicas y privadas que
manifiestan su oposición al proceso político que hoy transita
nuestro país, sino que sobresale la presencia de la Oficina de
Asuntos Públicos de la Embajada de los Estados Unidos de América.
Examinando el perfil de las instituciones también queda claro que
pocas de ellas tienen capacidad de financiar el proyecto, razón por
la cual no resulta difícil intuir la relación entre el
financiamiento y la actitud más que complaciente de los autores
hacia los EEUU. Pareciera que con estos artículos, bajo la
apariencia académica, mediante omisiones, medias verdades y
opiniones sobre nuestro proceso político, se pretendiera contribuir
a lavar la cara del imperio norteamericano para una eventual entrada
triunfal, al presentarlo como un benefactor al cual le debemos
nuestro agradecimiento.
A continuación se presenta la reseña del contenido de 6 de los 9
artículos publicados, señalando algunas de sus omisiones,
manipulaciones y opiniones sobre la influencia norteamericana en el
desarrollo urbano y de infraestructura en Venezuela.
2 - RESEÑA ARTICULOS
2.1 - ENCUENTRO DE SABERES EN CCS: TRANSFERENCIA DE IDEAS Y DE
ARQUITECTURAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CAPACITACIÓN Y LA CULTURA
Autor: Orlando Marín Castañeda
En este artículo el autor se propone relacionar las distintas
visiones de la educación con las respuestas arquitectónicas
correspondientes. Primero nos habla de la polis griega y la educación
en los espacios abiertos. Luego de la educación fundamentalmente
liderada por la iglesia en la Edad Media y el claustro como respuesta
espacial correspondiente. Continúa con la ilustración que al
fundarse sobre bases racionales a partir de la observación, la
experimentación y la duda, introdujo la idea del método educativo
como medio de transformación social, siendo la respuesta
arquitectónica correspondiente el sistema de pabellones. Finalmente,
trata la correspondencia de la arquitectura del movimiento de arte y
arquitectura moderna del siglo XX con los postulados de la “Escuela
Nueva”.
El autor hace un breve recorrido por la instalación de escuelas
de primeras letras en la Caracas colonial y la apertura de cursos en
varios de los conventos de la ciudad, que dieron origen a la creación
de la Universidad Pontificia de Caracas en 1721 y el seminario Santa
Rosa de lima en 1773.
De allí salta al decreto sobre instrucción primaria obligatoria
y gratuita expedido por Antonio Guzmán Blanco el 27 de junio de 1870
y el crecimiento de la actividad educativa con la fundación de
decenas de escuelas en “todo el país” en casas de patio y
corredores alquiladas. La matricula escolar se eleva diez veces.
Con la modernización del sistema educativo a partir de 1936 y el
impulso de la construcción de infraestructura educativa durante el
gobierno de Medina Angarita, inicia el relato de la influencia
norteamericana, con la presencia de asesores solicitados al
Departamento de Estado de los Estados Unidos de América.
Luego el autor se refiere, sin mencionarlo por su nombre, al Plan
Atkon que introdujo nuevos programas de educación superior con apoyo
de la Alianza para el Progreso a partir de 1974. Sin embargo olvida
que la modificación desde la década del 70 del siglo XX, del
currículum en todos los niveles de la educación en Venezuela por
orden expresa del gobierno de los Estados Unidos de América,
implicó la eliminación de los contenidos dirigidos al
fortalecimiento de la identidad y la soberanía.
El autor omite el abandono de la educación pública desde los
gobiernos de Caldera en adelante, que resultó en el deterioro de
gran parte la infraestructura educativa y la proliferación de un
sinfín de pequeñas escuelas privadas en casas precariamente
adaptadas por auto construcción durante la década de los 80 del
siglo XX.
También omite que ese abandono, entre otras causas, significó la
reducción de la matricula escolar, que solo con la eliminación del
cobro por matricula fue posible incrementar en 2.000.000 de niños,
en los inicios de la Revolución Bolivariana.
Omite también la educación bilingüe para los pueblos indígenas
y la construcción de infraestructura escolar durante las dos décadas
recientes, entre las que vale destacar la ciudad educativa en el
barrio “el Marite” de Maracaibo. Una nueva tipología para 6.000
alumnos, proyectada por el Arquitecto Carlos Pou, que integra en un
conjunto edificado todos los niveles educativos antes del
universitario, la educación especial y técnica.
2.2-EDIFICIOS DE OFICINAS EN CARACAS: ESLABONES PERDIDOS EN LA
HISTORIA DE LA ARQUITECTURA CORPORATIVA NORTEAMERICANA
Jorge Villota Peña
Después de una breve introducción sobre lo que el autor
considera antecedentes del espacio administrativo o de oficina en la
antigüedad y los inicios de la modernidad, salta a la utilización
del acero para la construcción de los esqueletos estructurales, lo
cual unido a una presión tendiente a la densificación de la tierra
urbana, ya presente en las ciudades norteamericanas, así como la
invención del ascensor, dan origen al nuevo tipo edilicio conocido
como el “rascacielos”, al que denomina “epítome del edificio
de oficinas”.
Menciona la diferencia del perfil analítico de la llamada
“Escuela de Chicago” con los estilos historicistas caracterizados
por el ornamento, transitando del neogótico al eclecticismo y luego
al art-deco que florecieron en Nueva York.
Dice que a la llegada de la escala del rascacielos a Caracas en
1941, vinculado a la inversión inmobiliaria como consecuencia de la
explotación petrolera, el lenguaje utilizado en los edificios de
oficinas, al igual que sus pares latinoamericanos, se acercará más
al paisaje neoyorquino que a la simplificación de la Escuela de
Chicago.
Señala la adopción del estilo internacional después del fin de
la segunda guerra mundial porque, más allá de las motivaciones
pragmáticas de la escuela de Chicago, este nuevo paradigma, aunque
de origen europeo, debido a la capacidad constructiva norteamericana
sería acogido con más fuerza en los Estados Unidos, de la mano de
arquitectos inmigrantes europeos.
Sin embargo, nos habla de la resistencia al estilo internacional
por parte de las corporaciones y de su acogida más fuera de los
Estados Unidos, en donde tenía lugar una suerte de querella entre lo
ecléctico y lo nuevo. Reseña la construcción de las sedes de las
compañías petroleras que, habiendo funcionado en oficinas
alquiladas, después de la guerra, al sentir confianza sobre su
presencia en Venezuela, se mudaron al este de Caracas, adoptando el
estilo internacional en el diseño de sus edificaciones.
Reseña la construcción de varios edificios emblemáticos del
estilo internacional en Caracas, por parte de arquitectos
norteamericanos y nacionales (discípulos de importantes arquitectos
en los Estados Unidos) y olvida una enorme cantidad de arquitecturas
de oficinas de importantes arquitectos venezolanos, que acogieron la
arquitectura internacional vinculándose directamente a la fuente
europea, al establecer contactos directos con los maestros europeos
de la arquitectura moderna.
2.3-LA ARQUITECTURA EN EL “MEDIO”: COMUNICACIÓN Y PODER EN LA
VENEZUELA DEL SIGLO XX
Henry Vicente Garrido
El autor, después de un recorrido por la historia del desarrollo
de los medios de comunicación en Venezuela, naturalmente vinculada a
los Estados Unidos de Norteamérica, reflexiona sobre la ilusión de
modernidad que se sustentó en la importación de un modo de vida
extranjero promovido por los medios, sobre todo por la televisión,
por medio de formas y mercancías traídas especialmente de los
Estados Unidos, convertidas en necesidades sustitutivas de un
verdadero proyecto de país por la propaganda en todas sus formas.
Así mismo da cuenta de la ruptura que significo el “por ahora”
de Chávez, pero en un sentido negativo y descalificador que revela
la posición política del autor. En ese sentido se afilia a la idea
del “cierre” de Radio Caracas televisión o “suspensión de
concesiones”, como él la llama, para “abolir el “espacio”
crítico y de disenso en la Venezuela del siglo XXI” según su
opinión.
De esa manera, además de omitir la participación como actores
políticos de los medios televisivos en a favor del golpe de estado
de 2002 y el vencimiento de la concesión de Radio Caracas, que en
consecuencia no fue renovada, omite el contexto que produjo los
cambios políticos que dieron al traste con el régimen del pacto de
Nueva York. Banaliza el “por ahora” de Chávez calificándolo de
“encantador de serpientes” y pasa por alto las razones que
movieron al pueblo, primero el 27 de febrero de 1989 y luego a
identificarse con las intentonas de 1992.
El autor omite las circunstancias en que se hacía el cine en la
cuarta república, lo cual si bien se tradujo en una producción con
buenos ejemplos de calidad, al mismo tiempo relativamente pobre en
cantidad con respecto al cine especialmente norteaméricano que
inundó nuestras salas de cine. También omite el abandono de casi
todas las salas de cine que funcionaban en relación directa con el
espacio público a partir de la década de los 70, por la proyección
de películas en salas de cine dentro de centros comerciales, como
una especie de secuestro que empobreció la experiencia y la vida
urbana, en favor de hacer pasar a los espectadores por una oferta
comercial intramuros, de bienes importados que nada tienen que ver
con la experiencia del cine.
También omite el gran impulso que ha tenido la producción del
cine nacional desde la creación del Ministerio del Poder Popular
para la Cultura en 2005, con la creación de la Villa del Cine y la
construcción de un sistema de salas modestas en al menos 10 ciudades
secundarias en el país, donde la alternativa del cine como
recreación no existía.
2.4-CUERPO SANO EN ARQUITECTURA SANA: HOSPITALES Y CLÍNICAS
CARAQUEÑAS
Lorenzo González Casas
Luego de una breve introducción, el autor relaciona las distintas
visiones de la salud con las respuestas arquitectónicas
correspondientes. Diserta sobre la evolución de la arquitectura
hospitalaria en función de los avances de las ciencias médicas,
desde su funcionamiento en casas adaptadas, el claustro vinculado a
las órdenes religiosas, diversos esquemas de organización, el
sistema de pabellones de siglo XVIII, hasta el retorno a las formas
concentradas y conjuntos de bloques del siglo XX, por los avances en
la bacteriología y la consecuente necesidad de aislamiento.
En claro desprecio a las prácticas autóctonas, relata la
aparición en Venezuela de los primeros establecimientos coloniales
dedicados a la salud, como asilos de caridad vinculados a la iglesia,
así como de algunas iniciativas privadas. También la aparición de
los primeros hospitales especializados en el siglo XVIII y la
supervisión por parte del “Real Tribunal del Protomedicato” de
los servicios.
Señala el autor que fue tardíamente en 1936, con la creación
del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, que se inicia el
impulso a la profesionalización de la medicina en Venezuela. Sin
embargo, menciona como antecedente “el giro del área de influencia
de Europa a Norteamérica, bajo las nuevas condiciones que estableció
la explotación petrolera y el crecimiento de la influencia
hemisférica de los Estados Unidos.” Y que, en consecuencia fueron
las instalaciones de las empresas petroleras las que establecieron
los estándares de salud en el país. Dice: “El intercambio se
inició con la visita de la Fundación Rockefeller en 1916”
También menciona la organización de una red de salud con la
construcción de infraestructura de diversas escalas, que iba desde
unidades de menor jerarquía o dimensión como la medicatura rural y
el centro de salud hasta los hospitales generales en todo el país.
Reseña la construcción de varios hospitales en la década de los
40 (siglo XX) con el apoyo financiero de la Fundación Rockefeller.
Continúa el autor dando cuenta de la campaña de construcción de
hospitales del sector público, hasta 1974 con la construcción del
hospital del Llanito que duró casi dos décadas.
Culmina este punto con la cronología de construcción de una
serie de clínicas privadas y la construcción de ambulatorios en
todo el país, para finalmente mencionar la construcción del
Hospital Cardiológico Infantil en 2005, sin describirlo ni dar
cuenta de la importancia de su ruptura tipológica, producto de la
lucha de los autores con los especialistas conservadores, incapaces
de ver más allá de los esquemas arquitectónicos de influencia
norteamericana, a los que estaban acostumbrados.
Olvida el autor la estrategia de privatización de la salud,
implementada desde la década de los 80, por la obligación de
asegurar a los trabajadores mediante la contratación de pólizas de
hospitalización, cirugía y maternidad, lo cual significó la
transferencia de recursos a la medicina privada y el consecuente
abandono de la salud pública y su infraestructura.
Habla de la crisis de los servicios de salud en el país sin
mencionar sus causas y reseñándolo como un asunto reciente. Olvida
que después de la construcción del Hospital de Llanito no se
construía un gran hospital en Venezuela.
Menciona la aparición de “misiones de salud” como sistema
“paralelo al existente” con apoyo internacional, evitando
mencionar que es cubano, y la construcción de edificaciones de “poca
presencia arquitectónica”. Desecha la importancia y calado social
de la “Misión Barrio Adentro” y la diseminación de esas
edificaciones de “poca presencia arquitectónica” como
alternativas cercanas y accesibles, económica y socialmente, para
gran parte de la población.
2.5-COMPRAVENTAS EN CCS: DE LA BODEGA ESQUINERA AL MALL
Lorenzo González Casas
Considera el Foro de Trajano en la Roma imperial como el primer
centro comercial. Luego menciona diversas formas de aglomeración del
comercio a lo largo de la historia europea, desde la agrupación a lo
largo de calles comerciales hasta la conformación de distritos
comerciales.
Salta de las economías de aglomeración a las de escala por el
crecimiento de los locales comerciales, conformando las tiendas por
departamento en Europa y Estados Unidos. Dice: “en este último, el
centro comercial tiene sus principales hitos iniciales”.
Da cuenta de la presencia de esos fenómenos en Caracas con la
actividad comercial en el espacio público y la conformación de
corredores. También de la aparición de los almacenes para la venta
de mercancías importadas de los Estados Unidos.
Después de pasar revista a la evolución de los centros
comerciales en los Estados Unidos, señala a los ingresos petroleros
como los que permitieron la inserción plena de Venezuela en el mundo
global de las mercancías. Menciona varios antecedentes de
edificaciones que incluyeron comercios tanto sobre el espacio público
como al interior y la aparición del centro comercial “Gran
Avenida” como el primero en Caracas.
Habla de la modalidad de autoservicio en los auto-mercados y las
tiendas por departamento, que aparecieron bajo firmas norteamericanas
como Sears y CADA, esta última propiedad de Nelson Rockefeller,
obviando que se trató de una programación alienante del consumo en
favor de los productos norteamericanos. Además, de los centros
comerciales asociados a los auto-mercados que generaron una fórmula
de gran éxito que contenía cines, canchas de bowling, farmacias,
bancos, salones de belleza y barberías, restaurantes y fuentes de
soda.
Luego relata la expansión y mutación de los centros comerciales,
hacia la construcción de grandes edificaciones que incluyeron la
recreación como parte fundamental de su oferta. Cita ejemplos en los
Estados Unidos y pasa al caso caraqueño, relatando la secuencia de
construcción desde el Centro Comercial Chacaito en 1968 hasta el
CCCT.
El autor nos habla de la tendencia al aumento colosal de las
dimensiones de los centros comerciales especialmente en Asia a partir
de la década de los 80 y del rezago con respecto a esa tendencia en
Venezuela debido a la crisis económica que se manifiesta desde el
“viernes negro”.
Reseña la construcción del “Sambil” en Chacao (1998) como el
inicio de una nueva etapa de construcción de centros comerciales de
grandes dimensiones, poli-céntricos y más apegados al esparcimiento
de diseño tipo parque temático, proyectado como un fenómeno
recreacional.
Pasa por alto el autor el direccionamiento de toda la oferta que
describe hacia las clases acomodadas de la sociedad caraqueña y
evita disertar sobre el efecto de los centros comerciales sobre el
deterioro de la vida urbana. Atribuyendo a una supuesta e inexplicada
“disolución de la capacidad de los espacios públicos para atraer
y distraer a los habitantes” valida el secuestro de la actividad
comercial en edificaciones especializadas, obviando que es ese
secuestro intencionado, a la manera norteamericana, el que ha
contribuido a vaciar el espacio público convirtiéndolo en lugar
solitario e inseguro. Como ejemplo dramático de esto, omite el caso
de “Parque Central” que por un lado vacio a la Urbanización “El
Conde” de su vida urbana y por el otro se evidenció rápidamente
como un fracaso comercial que el Estado ha tenido que cargar hasta el
día de hoy.
Obvia el autor lo que ha significado la recuperación del
Boulevard de Sabana Grande, hoy liberado, cualificado y altamente
concurrido. O la recuperación del centro de la ciudad con la
liberación sostenible de boulevares y plazas que constituyen
experiencias de vida urbana autentica frente a la falsificación
alienante y excluyente de los centros comerciales.
2.6-AUTOPÍA: MODERNISMO MOTORIZADO EN CARACAS
Lorenzo González Casas
El autor inicia señalando el rol primordial del automóvil para
comprender la relación entre los Estados Unidos y Venezuela. Dice,
“una fe imbricada en la idea de que (citando a Guillermo José
Schael), “…los países de atraso técnico, cuando se incorporan
al manejo de la máquina, disfrutan de una ventaja singular: la de
colocarse de un salto al nivel de los más avanzados”. Más
adelante: “era más que una aventura: era un mensaje de progreso”.
Nos habla de la importancia de la industria automovilística en
los Estados Unidos, al que llama “coloso del norte”.
Luego reseña la llegada de los primeros automóviles a Venezuela
a partir de 1904 y la discusión sobre cuál fue el primero. También
de esfuerzos de los pioneros y de la simultaneidad del reconocimiento
del automóvil por parte del Arquitecto Le Corbusier, aunque el
autor, haciendo referencia al libro “hacia una arquitectura”
(1923), solo se refiere al automóvil como objeto y a su inserción
en la arquitectura, olvidando la importancia del automóvil para
fundar las teorías del Arquitecto sobre la ciudad, planteadas en su
libro “Urbanisme” (1924).
Nos habla de la modificación de la calle tradicional, pero
tampoco menciona el autor que es Le Corbusier quien plantea la
necesidad de modificar totalmente la concepción de la calle para
adaptarla al automóvil, al que se refiere exclusivamente, cuando
habla de “los nuevos medios de transporte” (Urbanisme 1924).
Menciona el carácter de símbolo de estatus que adquirió el
automóvil y como, con el consecuente desprecio hacia el peatón, la
planificación privilegió la remodelación de la ciudad para ese
medio de transporte, excluyendo grandes capas de la población.
Reseña el Plan Nacional de Vialidad de 1947 y la desaparición de
los medios colectivos de transporte como el tranvía (1947) y el tren
Caracas-La Guaira (1952) como consecuencia de la preeminencia del
automóvil, conveniente a los negocios de las empresas
norteamericanas. Así mismo reseña el Plan monumental de Caracas de
1939 como un plan de remodelación vial para la ciudad, cuyo rasgo
más notable es la Avenida Bolívar, entre otras avenidas del centro,
olvidando el autor el egoísmo de clase implícito en la construcción
de una avenida solo para acceder desde las urbanizaciones de la
burguesía en el este de la ciudad, al tener estos sus empresas en el
centro.
Seguidamente, menciona el Plan Arterial liderado por el
norteamericano Robert Moses en 1948, con especial énfasis, no por
casualidad, en el trazado de las autopistas del Este y Caracas-La
Guaira y su conexión mediante vías expresas deprimidas. Más
adelante, el Plano Regulador elaborado tres años después y basado
en principios del funcionalismo urbano y la división en zonas
homogéneas unidas por un conjunto de vías expresas. Menciona
también la participación de Maurice Rotival, quien había elaborado
el Plan Monumental, y “ponía al día” sus ideas de urbanismo
después de ser invitado a los Estados Unidos.
Da cuenta, más allá de la transformación vial, de la aparición
de arquitecturas para el automóvil, unas relativas a la
comercialización de estos como los concesionarios, así como de
piezas consumibles que debían sustituirse por desgaste, estaciones
de servicio; y otros por la necesidad de albergar los automóviles
cuando no se usan, como estacionamientos tanto especializados como
dentro de la arquitectura civil.
También nos habla de la simbiosis entre el auto y la edificación
comercial con el ejemplo del “helicoide” y del Centro Simón
Bolívar, que integra conexiones urbanas a desnivel,
estacionamientos, terminal de transporte público, con plazas, centro
comercial y edificios de oficinas. Así mismo con los auto-cines y
otras formas de recreación que se centran en el automóvil como
tema.
Da poca importancia el autor al hecho de que, ya ejecutados los
proyectos viales más importantes del Plan Monumental de Caracas,
Francis Violich, planificador urbano de la Universidad de California
Berkeley entre 1940-1970, quien había realizado un recorrido de diez
meses por Latinoamérica introduce el “zoning” en Caracas y por
ende en Venezuela.
La zonificación llega atada a la idea de ciudad de usos
segregados, que consiste en la división de la ciudad en grandes
zonas especializadas en el uso residencial, asistencial, o comercial,
etc, conectadas por vías expresas; en contraposición a la mezcla de
usos y la ciudad compacta que había prevalecido hasta entonces.
Frente a la ejecución de las grandes avenidas contempladas en el
Plan Monumental de Caracas y las autopistas del plan arterial,
mediante la actuación por parte del estado en la construcción
rápida de grandes obras, se plantea continuar la ejecución del plan
vial indirectamente, a través de regulaciones que, atendidas por
actores inversionistas en el campo inmobiliario en la ejecución de
sus proyectos particulares, condujeran a la ejecución de los
proyectos ampliación de vías y otros elementos de interés público.
Otorgándoles a los inversionistas, a través de la zonificación,
atractivas posibilidades de rentabilidad de la tierra urbana, se les
exige retiro de frente, retiros viales, estacionamiento para
automóviles y reservas de terreno para equipamientos públicos. De
ese modo, la estrategia de la zonificación se apoya en la
estimulación de la capacidad rentable del suelo urbano a fin de
atraer a los inversionistas a participar en el desarrollo de la
ciudad a través del negocio inmobiliario.
Las exigencias de área mínima de parcela y frente mínimo,
relacionadas con cálculos relativos a proveer estacionamientos para
los automóviles, se establecieron en contradicción con la
estructura parcelaria existente, de modo tal, que para poder
aprovechar la máxima capacidad rentable del suelo, los
inversionistas debían juntar varias parcelas para conformar una
nueva, que reuniera lo exigido por la zonificación. Adicionalmente,
mientras más grande resultara la nueva parcela el inversionista era
premiado con más capacidad rentable, la cual aumentaba
exponencialmente con la integración de varias parcelas.
Siendo así, solo los grandes inversionistas terminaron siendo los
sujetos de participación: el pueblo, propietario de pequeñas
parcelas quedó excluido, restándole solo la posibilidad de vender o
resistir. Este modelo, que produjo la expansión irracional de
nuestras ciudades mediante la agregación de urbanismos, sería
confirmado en 1987 mediante la promulgación de la Ley Orgánica de
Ordenación Urbanística, hoy vigente con su carga ideológica
intacta.
3-CONCLUSIONES
Una cosa es considerar los hechos como hechos de la historia y
otra es la valoración que se hace de ellos. Los artículos
reseñados, si bien contienen datos históricos de interés,
claramente construyen una visión complaciente de la influencia
norteamericana en el desarrollo urbano y la construcción de
infraestructura en Venezuela. Pero esa visión se erige con base en
la exaltación de esa influencia, omisiones y opiniones, obviando que
los norteamericanos no estuvieron aquí desinteresadamente y que la
ciudad que padecemos es el resultado directo de la presencia
norteamericana en nuestro país. El tráfico pesado, el transporte
deficiente, la degradación del espacio público, la inseguridad, la
segregación y exclusión social, la deficiencia en la prestación de
los servicios públicos, etc. son el efecto directo de esa
influencia.
Lo que relatan los autores de estos artículos, sin advertirlo, es
la ejecución, especialmente después del fin de la Segunda Guerra
Mundial, de un proyecto neocolonial. Con sus pretensiones de
validación y restauración, en el marco de la actual coyuntura
política de amenazas a nuestro país por parte de los Estados
Unidos, dejan al descubierto los elementos de ese proyecto relativos
al campo de la Arquitectura y el Urbanismo.
Referencias Bibliográficas
-Andra Brosy Chastain (2011) Francis Violich and the Rise and Fall of
Urban Developmental Planning in Chile, 1956-1969. Documento en línea
http: //revistahistoria.universia.net.
-Cesari Maurice. (1990) El espacio colectivo de la ciudad. Barcelona,
España: oikos-tau, S.A.
-Le Corbusier (1924) La ciudad del futuro. Ediciones Infinito (1985).
Buenos Aires, Argentina.
-RTG (2016) El éxodo de la ciudad hacia el este o breve historia de
las urbanizaciones de Caracas a partir de 1928. Fundación Centro de
Investigación y Estudios de la Venezolanidad. Documento en línea
https: //www.google.com.
-USB/Fundación Espacio. Proyecto Caracas city
450. Documento en línea.
-Villanueva, C. R. (1963) La ciudad del pasado, del presente y del
porvenir. Textos escogidos (1980), Universidad Central de Venezuela,
Centro de Información y Documentación (CID).
1
Arquitecto
egresado de la Universidad Central de Venezuela en 1989. En la
gestión pública, se desempeñó como Presidente del Instituto del
Patrimonio Cultural entre 2010 y 2011, fue Viceministro de
Planificación del Sistema Nacional de Vivienda y Hábitat entre
2008 y 2009, fue Viceministro de Obras y Proyectos Turísticos entre
2012 y 2013. En la academia es profesor de Diseño Arquitectónico
en la Universidad Central de Venezuela desde 2001. Actualmente es
Profesor-Investigador de la Fundación Escuela Venezolana de
Planificación y cursante del Doctorado en Historia Insurgente
(CNH-UNEARTE).
2
CCScity.
Documento en línea. http:
//www.ccscity450.com.ve/ensayos
Que importante la revisión documental realizada por el profesor Torres Casado, especialista en materia de urbanismo, construcción y arquitectura, que de alguna manera sirve para advertir sobre los atajos por los que siempre hemos sido atacados de manera sistemática a través de estudios estructurados y académicos, colocando el conocimiento a la orden de las potencias que financian proyectos e impulsan planes e injerencias, donde nuestros gobiernos de turno han quedado en manos de especialistas, y han entregado al país por desconocimiento de causas o por no llevar la contraria a quienes sí saben.
ResponderEliminarBolívar, en el discurso de Angostura lo advertía “Nos han dominado más por la ignorancia que por las fuerzas”