¿Por qué son necesarias las otras formas de educar, sanar y alimentar? Javier Nouel



Dr. Javier Nouel: Fundación Escuela Venezolana de Planificación, Coordinación de Proyectos de Investigación.

Para ver los comentarios del autor acceder al siguiente enlace: Video: comentarios del autor

Resumen. En el artículo se describe un enfoque holístico y crítico que emerge de diversas organizaciones sociales que trabajan para la educación, la agroalimentación y la salud desde un punto de vista epistémico. Este nuevo enfoque emerge desde la crisis paradigmática que se refleja en la crisis sistémica del mundo contemporáneo, lo que permite que nuevos enfoques, desde lo diverso, emerjan y consigan posibilidades de aportar en el nacimiento de un mundo nuevo, al tiempo que se superan las enormes influencias del capital transnacional en estas áreas tan vitales para el buen vivir de los pueblos.

La crisis necesaria y la educación convencional

Las sociedades modernas se encuentran, desde hace décadas, en una crisis paradigmática, según el análisis de Thomas Kuhn (Capra, 1998: 27). Esta crisis paradigmática tiene múltiples reflejos en todas las dimensiones humanas y en las artificiales disciplinas fragmentadas de la academia moderna.

Según Kuhn, la crisis paradigmática se configura ya que el paradigma dominante no es capaz de seguir dando respuesta a la realidad, por lo que comienzan a fortalecerse paradigmas emergentes. Para el autor antes citado, las crisis paradigmáticas se resuelven en la historia bien sea con la reafirmación del modelo dominante, con el surgimiento de un nuevo modelo que sustituye al otro, o por una síntesis de los modelos encontrados dialécticamente (Molina y González-Méndez, 2008: 22).

La educación “convencional” del paradigma dominante que se encuentra en crisis, procura homogeneizar, imponer una óptica única desde la pretensión universalista, reproduciendo la lógica neocolonial, como la concibe Fernando Coronil (2000: 106). Esta visión reproduce a su vez la violencia epistémica (Castro Gómez, 2000:151), es decir, la no aceptación de otras formas de pensar bajo un modelo que reprime la diversidad de cosmovisiones; así mismo, se basa en la violencia simbólica que procura la represión de necesidades humanas como el libre pensamiento, los afectos, las tradiciones particulares de la ciudadanía, el derecho a escoger las formas diversas de sanarse, educarse, alimentarse y producir.

El despertar de la nueva consciencia: la diversidad y la participación

Sin embargo, las sociedades de hoy están más despiertas y conscientes, y exigen diversidad de pensamiento, participación, pluralismo y más democracia. Esta realidad se refleja en la educación, así como en el derecho a la alimentación y la salud.

Cada vez más grupos, organizaciones sociales, ciudadanos y ciudadanas, exigen ser partícipes en el diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación en las políticas educativas, agroalimentarias y sanitarias; cada vez más ciudadanos quieren decidir sobre la educación, la alimentación y la salud más adecuada a sus particularidades, sin descuidar la relación con lo global, cuestionando los intereses y burocracias paralizantes de grandes corporaciones, de gobiernos y organizaciones internacionales; todo lo cual lo hemos evidenciado en diversas experiencias revisadas en los últimos años de investigación.

En tal sentido, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece en el artículo 84, el derecho de la ciudadanía a participar en la planificación, ejecución y contraloría del sistema de salud público; así mismo, la Carta Magna expone en el artículo 102 que la finalidad de la educación es la de: desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación social, consustanciados con los valores de la identidad nacional y con una visión latinoamericana y universal. 


Una nueva hegemonía contrahegemónica emergente

Partiendo de la visión socio crítica, se denuncia que la escuela y la academia del paradigma hegemónico no son espacios de desarrollo integral del ser, que respeten la integralidad y las particularidades individuales y colectivas surgidas de grupos sociales con sus características propias, con el derecho a existir y repensarse desde sus propias realidades; por el contrario, la escuela y la academia se plantean como espacios concebidos desde el modelo prusiano, en particular desde la revolución industrial, en espacios de domesticación del humano, de homogeneización, para la aceptación a-crítica de un sistema hegemónico injusto (Doin, 2012). En esa aceptación impuesta, no solo otros-ajenos deciden cómo es la educación permitida – burocracias estatales y corporaciones trasnacionales-, sino también cómo se produce, transforma y distribuye lo que se come, así como cuál es el modelo de salud que la ciudadanía dispone “libremente”. En este sentido, ese alguien más que impone se percibe ajeno y con intereses distintos a los del bien común.

Por esto, surgen preguntas como: ¿quién determina cuál es el mejor enfoque de educación, alimentación y salud: un burócrata estatal desde una oficina con fuertes intereses político-partidistas, un burócrata de una empresa transnacional signado por intereses mercantilistas, o burócratas de organizaciones internacionales que desconocen las particularidades de cada comunidad? La ciudadanía organizada debe crear sus propios enfoques, desde la diversidad, partiendo de las potencialidades y necesidades locales. En tal sentido, se requieren enfoques que permitan la elección y construcción libre de distintos modelos. Se trata de una nueva hegemonía contrahegemónica que emerge en medio de la crisis necesaria. 

Hegemonía de lo diverso: la riqueza de la humanidad

En tal sentido, la humanidad ha llegado a un punto de conciencia y de capacidad de reflexión y acción, que hacen posible el entendimiento que detrás de la investigación, la educación, la agroalimentación y la salud, hay intereses de diversos tipos, en particular políticos y económicos; así mismo, una parte importante de la ciudadanía reconoce que existen diversas formas de pensar, diversas cosmovisiones y formas de concebir la escuela y la academia, así como la agroalimentación y la salud. He ahí una de las propuestas del enfoque socio crítico que se ha venido configurando en las últimas décadas: no existe una sola escuela, existen muchas escuelas (Doin, 2012). Esto mismo lo extrapolamos a la agroalimentación y la salud; no existe un único enfoque de alimentación y salud, existen diversos enfoques que enriquecen la humanidad.

Por una parte, surgen movimientos de escuelas alternativas, de universidades multiversas, de procesos descentralizados; por la otra, la Organización Mundial de la Salud (2013) reconoce la existencia de modelos médicos alternativos; movimientos como Vía Campesina, exigen el reconocimiento de otras agriculturas posibles, de la mano de pequeños productores y de grupo subalternos, respetando al ambiente y las culturas tradicionales. En este sentido, el conocido “padre de la agroecología colombiana” Mario Mejías Gutiérrez (1995), plantea la existencia de múltiples modelos de agricultura, en contraposición al modelo contaminante del agronegocio.

El nacimiento de la nueva era viene desde muchos lugares de enunciación al margen de lo hegemónico

Desde la mirada de lo cultural liberador (Martín, 2005:39), la democracia participativa (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela), los derechos humanos y la diversidad cultural, se hace necesario el reconocimiento de la coexistencia de diversos enfoques, muchos de los cuales sobreviven y se fortalecen al margen de la institucionalidad, y en la mayoría de los casos, en conflicto con el modelo hegemónico; como hemos evidenciado durante años de investigación. En tal sentido, Edgar Morin propone que la educación debe partir del precepto de la unidad en la diversidad (1999: 28); por su parte, en la llamada educación superior, Sousa propone el conocimiento pluriuniversitario (2008:61) y una transformación epistemológica a través de la ecología de saberes, la cual:

Consiste en la promoción de diálogos entre el saber científico y humanístico que la universidad produce y los saberes legos, populares, tradicionales, urbanos, campesinos, provincianos, de culturas no occidentales (indígenas, de origen africano, oriental, etc.) que circulan en la sociedad (Sousa, 2008: 94). 

La educación desde el enfoque holístico y crítico

Por todo lo antes planteado, proponemos el abordaje de la educación desde la conjunción de dos enfoques epistémicos: el holístico y el crítico, comprendiendo que un paradigma no puede dar todas las respuestas a una realidad compleja. Así mismo, el nivel de conciencia epistémica de la humanidad, ha trascendido reconociendo la posibilidad del abordaje transdisiciplinario, multimetódico y pluriparadigmático.

Partiendo del pensamiento complejo (Morin, 2007: 85), la propuesta de la educación holística (Barrera, 2004:53) y la pedagogía crítica (Freire, 2008, Bórquez, 2006), planteamos un modelo holístico y crítico para la educación y la investigación en agroalimentación y salud integral.

El enfoque propuesto hace referencia a una mirada integral, que debe superar la fragmentación del pensamiento ortodoxo positivista desarrollado a partir del siglo XVI y que aún persiste en la actualidad, reproduciéndose desde diversas formas ocultas e inconscientes en los sectores que pretenden generar nuevos modelos, e inclusive de forma frontal por parte de sectores conservadores, fundamentados en lo que Giroux, partiendo de Habermas, denomina racionalidad técnica (Bórquez, 2006: 171), lo que también se conoce como visión tecnocrática, siguiendo modelos conductistas de adiestramiento técnico fragmentado e hiperespecializado, que es bien aprovechado por grandes corporaciones transnacionales y burocracias estatales (Martínez, s/f).

La influencia del capital en la educación convencional tecnocrática

En la educación convencional, el énfasis en lo racional-tecnocrático, conlleva a un modelo de adiestramiento basado exclusivamente en contenidos a repetir de forma memorística, invisibilizando los elementos del ser y el convivir. Así mismo, se hace excesivo énfasis en teorías desvinculadas a las realidades de los educandos, fragmentándolas de la práctica, la cual es secundaria y tradicionalmente presentada al final de largos procesos educativos basados en lo teórico. De igual manera, se pretende homogeneizar las identidades en todo el mundo, en un proceso de empobrecimiento cultural. Esto también se refleja en la formación del profesional de la agroalimentación, basado en los intereses del agronegocio; y del profesional de la salud, sumamente influenciado por los intereses de las grandes farmacéuticas transnacionales; por esto, los profesionales de estas áreas dan la espalda a las potencialidades ambientales y culturales que representan las agriculturas y las medicinas alternativas y tradicionales, imponiendo recetas, insumos y fármacos de las grandes corporaciones, con importantes impactos ambientales y epidemiológicos (iatrogenia[i]).

Entre tanto, el modelo positivista que ha hegemonizado la academia y las sociedades durante siglos, divide al mundo en disciplinas y áreas del conocimiento desde la hiperespecialización que conlleva a la inteligencia ciega que nubla la interrelación de los diversos aspectos de la realidad (Morin, 2007:30), imponiendo un solo método y una visión fragmentada y cosificada del mundo.

La mirada crítica y holística

En cambio, la mirada holística, como paradigma emergente, procura comprender los fenómenos desde una mirada amplia, integral e integrativa, superando lo disciplinar y multidisciplinar, buscando la “experiencia de verdad” transdiciplinaria (Martínez, 2013:41) y acercándose a la posibilidad de abordar la realidad desde lo multimetódico, reconociendo a los paradigmas hermenéutico y fenomenológico, por sus posibilidades interpretativas desde la vivencialidad particular, más allá de la pretendida universalización y homogeneización del modelo positivista convencional.

Para estudiar y comprender la educación desde una mirada crítica y holística, se deben comprender e interrelacionar las dimensiones sociales, políticas, culturales, económicas y ambientales, desde lo que Martínez llama principio holográfico (Martínez, 2013: 121), es decir, mirar desde diversos puntos de vista y diferentes métodos que responden a diferentes paradigmas.

Así mismo, se debe visualizar y hacer referencia a enfoques latinoamericanistas, considerando el lugar de enunciación o el correcto lugar hermenéutico en palabras de Dussel (1997:25), evitando así la imposición de miradas exógenas hegemónicas que poco tienen que ver con las realidades locales y regionales (Martínez, 2013:95).

A continuación se presenta un esquema que permite mostrar los aspectos epistémicos más importantes para la conjunción del pensamiento holístico y el paradigma socio crítico.
Gráfico 1: Interrelación de paradigmas holístico y crítico. Elaborado por el autor.


De esta manera, reconocemos que la visión holística nos permite:

1.-Integrar lo que ha fragmentado la tradición positivista, dándonos una mirada integral de los fenómenos de estudio.
2.-Reconocer la validez de los diversos enfoques epistémicos, incluyendo el hegemónico, superando la confrontación del enfoque crítico.
3.-Aproximarse a la transdiciplinariedad.
4.-Reconocer la utilidad de diversos métodos, superando la confrontación teórica.
5.-Construir una mirada desde múltiples lugares (holográfica).
6.-Hacer énfasis en lo interpretativo (hermenéutico).
Por su parte, el enfoque crítico, nos ofrece:
1.-Develar lo escondido en el conocimiento (currículo oculto), enlazando el conocimiento y la educación con el poder y los intereses.
2.-Hacer énfasis en lo social dentro del conocimiento, superando la mirada cosificadora y tecnocrática del paradigma hegemónico.
3.-Generar una investigación y educación socialmente comprometida, buscando la transformación social.
4.-Buscar el empoderamiento de la ciudadanía, su liberación permanente.
5.-Visualizar la educación y la investigación desde mi propio lugar de enunciación, valorando las particularidades y potencialidades de mi contexto, cuestionando las reproducciones acríticas de enfoques formulados en otras realidades.
6.-Dar sentido a muchas de las situaciones y emociones que se perciben en un mundo en crisis, en aras de obtener una mirada esperanzadora, en tanto la dialéctica, en particular desde la propuesta de Khun, me da a entender que estamos erigiendo constantemente nuevas formas de entender el mundo, por lo que la crisis se vuelve creadora.

Conclusiones preliminares

Lo antes expuesto, nos permite ir develando un enfoque que emerge en el seno de organizaciones sociales que en gran medida se encuentran al margen de la academia convencional, por lo que se permiten, a diferencia del enfoque hegemónico, la aceptación de la diversidad, lo que se constituye en la gran oportunidad de superar la imposición de las grandes transnacionales en la educación, la agroalimentación y la salud, que desde un punto de vista epistemológico, configura el principal dispositivo de control cognitivo que frena el surgimiento de lo nuevo.

Referencias

Barrera, Marcos (2004). Holología. Introducción a la educación holística. Caracas: Ediciones Quirón.

Bórquez, Rodolfo (2006). Pedagogía crítica. México D.F: Editorial Trillas.

Capra, Fritjof (1998). La trama de la vida. Barcelona: Editorial Anagrama.

Castro-Gómez, Santiago (2008). La hybris del punto cero. Caracas: Fundación Editorial El Perro y la Rana.

Coronil, Fernando (2000). Naturaleza del poscolonialismo: del eurocentrismo al globocentrismo en  Lander, Edgardo (Editor) (2000). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Buenos Aires: Clacso.

Dussel, Enrique (1997). Filosofía de la liberación. Bogotá: Editorial Nueva América. Disponible: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/otros/20120227024607/filosofia.pdf [Consulta: 2016, febrero 09]

Freire, Paulo (2008). Pedagogía del oprimido. Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina.

Martín, Gloria. (2005). Metódica y Melódica de la Animación Cultural. Caracas: Fundación para la Cultura y las Artes.

Martínez, Miguel (2013). Nuevos Paradigmas en la Investigación. Caracas: Editorial Alfa.

Mejías Gutiérrez, Mario (1995). Agriculturas para la vida. Movimientos alternativos frente a la agricultura química. Cali: Asociación para la Cooperación y el Desarrollo, Liechtenstein; Corporación para la Educación Especial “Mi Nuevo Mundo”.

Molina, Tivizay y González-Méndez, Heriberto (2008). Medicina Holística. Un enfoque de la Medicina acorde con el paradigma emergente de la ciencia. Mérida: Universidad de los Andes. Consejo de Publicaciones.

Morin, Edgar (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Paris: Unesco.

Morin, Edgar (2007). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Editorial Gedisa.

Organización Mundial de la Salud (2013). Estrategia de la OMS sobre medicina tradicional 2014-2023. Ginebra: Organización Mundial de la Salud. Disponible: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/95008/1/9789243506098_spa.pdf [Consulta: 2017, febrero 05]

Sousa, Boaventura de (2008). La Universidad en el Siglo XXI. Caracas: Centro Internacional Miranda y el Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior.

Referencias videográficas

Doin, Germán (Director) (2012). La educación prohibida. [Documental]. Buenos Aires: Eulam Producciones. Disponible: https://www.youtube.com/watch?v=-1Y9OqSJKCc [Consulta: 2016, abril 1]

Referencias electrónicas

Martínez, Miguel (s/f). La Investigación-Acción en el Aula. Disponible: prof.usb.ve/miguelm/investaccionaula.html [Consultado: 2016, junio 14].

Leyes

República Bolivariana de Venezuela (1999). Constitución de la República Bolivariana de Venezuela



[i] La iatrogenia se refiere a los efectos colaterales de prácticas médicas que se han realizado siguiendo los protocolos institucionalizados. Hoy en día, se constituye en un importante problema epidemiológico, sobre todo en las llamadas sociedades industrializadas.



Comentarios

Publicar un comentario