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https://www.google.com/search?client=firefoxb&ei=JsJlXIK1BZGHggfw6YGwCA&q=faja+petrolifera+del+orinoco+es+la+fuente+de+hidrocarburos+liquidos
Cruz Elvira Hernández: Socióloga UCV, Abogada
UCV, Tesista de la Maestría de Planificación Urbana, Mención Política y Acción
Local IU-FAU -UCV, Docente Investigadora
de la FEVP.
Resumen.-En
esta hora de serias dificultades de nuestra realidad política, económica y
social cobra mayor importancia el tema del poder popular, dadas las expectativas
de que el proceso de cambio ideado para nuestra patria se afiance en el
accionar del poder popular y no solo en la gestión gubernamental. Pero
el poder popular se concibe como un pueblo organizado, que ha internalizado principios,
valores y el entendimiento de formas para materializar la democracia social y
participativa consagrada en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1999), que implica una creciente participación en el destino del
país y orienta la construcción de la propuesta de un nuevo modelo político, que
fue bautizado como socialismo del Siglo XXI, por la orientación del mismo. Desde
esta óptica se ha formulado el proyecto que se comenta en estas páginas, y propone estudiar la gestación y crecimiento
del poder popular en el espacio más apetecible de nuestro territorio.“Ejercicio
del poder popular en el ordenamiento territorial contiguo a la faja del Orinoco”, es una propuesta de
investigación que se desprende de un proyecto mayor: “Efectos y desafíos de la
explotación de la faja petrolífera del Orinoco”.
Como
es del dominio público la Faja del Orinoco, es la fuente de hidrocarburos
líquidos más grande del mundo. Con una extensión de 55.314 k2 y un área de
explotación de 11.593 k2. Con una explotación conjunta de más de 20 países
socios que comparten el esfuerzo de explotación. Cuba, China, Sudáfrica,
Malasia, Vietnam, España, Portugal, Bielorrusia, Rusia, Italia, Noruega,
Francia, India, Chile, Ecuador, Argentina, Uruguay, Irán, Brasil.[1]
El
objetivo del proyecto es analizar la lógica territorial del Poder Popular en las
poblaciones o comunidades inmediatas a la Faja Petrolífera del Orinoco. Lo que conlleva
evidenciar los signos o elementos que dan cuenta de la construcción o existencia
del Poder Popular en el reordenamiento del espacio territorial respectivo y
contiguo a la faja.
Esto
implica detectar la existencia de una relación entre la constitución del poder
popular y las formas de ocupación del territorio a partir de la actividad
económica de la Faja del Orinoco. O si se ha desarrollado una dinámica
poblacional similar al tradicional patrón de ocupación socio-territorial, atado
a sus cargas históricas, sus irregularidades estructurales y funcionales que
marcaron potencialidades y restricciones para los dinamizadores del desarrollo,
actores políticos y fuerzas sociales. Un patrón de organización
socio-territorial caracterizado por la etapa agro-exportadora y después
definida por la Venezuela petrolera que gestó la cultura producto de una
política petrolera, olvidada por algunos, e ignoradas por muchos, no obstante
las continuas evidencias de sucesos políticos con trasfondo petrolífero.
La
lógica de ocupación territorial, desde mediados del siglo pasado, se ha caracterizado
por un patrón de ocupación concentrado, desequilibrado, con una clara y
manifiesta carga de problemas sociales y ambientales.
A
propósito de estos antecedentes, nos preguntamos entonces ¿se reproducirá el patrón
de ocupación desequilibrado que ha generado tantos problemas sociales y
ambientales, a propósito de la explotación de la Faja? ¿Cómo piensa el poder
popular el espacio? ¿Cómo definir los caminos a seguir? ¿Cómo no perderse en
esos caminos? ¿Cuáles serán las innovaciones en la búsqueda más eficiente de la
administración del uso del espacio? ¿Cuáles serán las bondades de una nueva
territorialidad? ¿Cuál será el papel de los gobernadores y alcaldes para propiciar
el desarrollo integral del poder popular y la construcción de las ciudades
comunales? ¿Cuáles serán los métodos de organización para alcanzar los
objetivos trazados? ¿Cómo se propiciará la organicidad en el Poder Popular?
¿Cómo se superarán los problemas del espacio confrontados por los habitantes de
la zona? ¿Cómo combatir los vicios[2]
que dificultan el avance de la organización[3]?
¿Cómo se establecerá una nueva cotidianidad y una nueva construcción de identidad?
El
planteamiento del proceso de transformación social-cultural, económico y
político de nuestra sociedad está orientado a un modelo que se erige en el
principio de la participación directa de la población. En este sentido,
teniendo el país, como lo plantea el reconocido experto petrolero Carlos Mendoza Pottelá[4],
“la condición de depositario de una inmensa riqueza hidrocarburífera por la que
pujaron y pujarán todos los poderes mundiales[5]”,
el poder popular tiene el deber patrio
de contribuir con la construcción de la nueva geopolítica nacional propuesta en
el Proyecto Nacional Simón Bolívar (2007-2021) que plantea entre otros
objetivos ordenar el territorio asegurando la base de sustentación ecológica.
Un
ordenamiento territorial que como cuestión política sea coherente con el
ejercicio del pleno derecho de la soberanía, hoy tan amenazada. En este caso,
una zona tan apetecible para los capitales petroleros, que convierte a la
nación en el blanco de todas las asechanzas geopolíticas de los centros del
poder mundial contra nuestro país.[6]
Un
ordenamiento territorial sustentable que conlleve a la estabilidad de su población,
dada la imperiosa necesidad de preservar la soberanía, a pesar de la
heterogeneidad de esa población, considerando que la misma se construye por la
fuerza de la atracción de la actividad petrolera. En ese esfuerzo de soberanía,
el poder popular honraría su corresponsabilidad en la seguridad de la Nación.
Ahora
bien, de acuerdo a las consideraciones de inviabilidad financiera para el
desarrollo de reservas suficientes destinadas a alcanzar las metas previstas en
los Planes de Inversión de PDVSA para 2019, la posición de los defensores de
una apertura al capital petrolero internacional que conduce a la dimisión de la
soberanía, la disminución de la participación nacional en tales emprendimientos
y con ello a la apertura neocolonial, se violarían, de manera flagrante, los
principios fundamentales de la Constitución de la República y se niega la
práctica de la participación directa de la población en el reordenamiento
territorial, sobre todo alrededor del espacio territorial contiguo a la Faja
Petrolífera del Orinoco, que serían espacios preservados para la protección de
los intereses empresariales.
Hacer
viable ese ejercicio, demanda una política de derecho, que sea una manera política
de descartar artificios legales que comprometan la soberanía nacional. Esto se
traduce en el acompañamiento de un marco legal que realice de una manera
gradual un nuevo orden. Un marco legal blindado por la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, que define los principios que rigen la
seguridad de la Nación y establece en el articulado correspondiente que “La Seguridad
de la Nación es competencia esencial y responsabilidad del Estado, fundamentada
en el desarrollo integral de ésta y su defensa es responsabilidad de los venezolanos
y venezolanas;” (...)[7].
El
marco teórico de este trabajo, conlleva obligatoriamente una perspectiva del
poder popular y un esfuerzo por una definición cónsona con la construcción de
un nuevo modelo político, que ha tenido entre sus objetivos desplazar a la
vieja clase política y a la oligarquía del ejercicio del poder, y por ende la
construcción de una nueva sociedad. Teniendo en cuenta que es un tema que desborda
todo límite que se le quiera imponer, la teorización de la categoría “poder
popular”, que no es taxativa sino indicativa, vislumbra una dinámica que conlleva
una voluntad colectiva, consideraciones sobre la heterogeneidad que representa un
obstáculo importante, y las contradicciones de lo popular, que son negaciones y
argumentos incompatibles que impiden todo avance en las causas populares.
De
una forma muy general y resumida, la categoría de poder popular se ha
caracterizado teóricamente como un poder especial, alternativo y liberador de
las clases subalternas, de la clase trabajadora, un poder que realiza una
transformación, una innovación de los espacios de trabajo, de estudio, de recreación;
y se constituye en su lucha por transformar el Estado[8].
El
poder popular requiere la apropiación del conocimiento como uno de las tareas
trascendentales que conforman un proceso de transformación social, que va a permitir
alcanzar los niveles del saber y de la creación de una conciencia reflexiva.
La
construcción del poder popular pretende el desarrollo de un proyecto propio,
con las experiencias propias, con su propia realidad, con su propio lenguaje[9],
para poder hacer los cambios de la
propia vida. Y es que no se podría entender una revolución si se ignoran la
propia realidad y el propio lenguaje[10].
Un poder popular con la cualidad de la
imaginación que estimula la capacidad de inventar y de aprovechar las
posibilidades[11].
Finalmente,
este trabajo nace estimulado por conocer los avances del proyecto de transformación
social trazado en un momento histórico espinoso, con peligros que asechan la soberanía nacional, que
requieren ser sorteados hábilmente y en su defensa juega un papel cardinal el
poder popular asentado en las inmediaciones de “la pieza más codiciada en el
ajedrez energético mundial[12]”:
La faja petrolífera del Orinoco.
[1]https://www.google.com/search?client=firefoxb&ei=JsJlXIK1BZGHggfw6YGwCA&q=faja+petrolifera+del+orinoco+es+la+fuente+de+hidrocarburos+liquidos
[2]
Comportamiento ideológico y político
[3] Implementación de los principios
organizativos: división de tareas, critica y autocritica, planificación,
disciplina, dirección colectiva, estudio, profesionalismo, etc.
[4]
Mendoza Potellá Carlos. Economista. Analista Petrolero. Magister en Economía y
Administración de los Hidrocarburos por la UCV. Profesor de pregrado y posgrado
UCV. Embajador en Rusia y Arabia Saudita. Asesor de la Presidencia del Banco
Central de Venezuela. Director de la Revista del BCV. Profesor en el Instituto
de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual.
[5]
Mendoza Pottellá, Carlos. Potencia o Botín?
Venezuela, una pieza codiciada en el ajedrez energético global.
Mendoza Pottellá,
Carlos. Potencia o Botín? Venezuela, una pieza codiciada en el ajedrez
energético global.
[6]
Mendoza Pottellá, Carlos. Potencia o Botín? Venezuela, una pieza codiciada en
el ajedrez energético global.
[7]
Asamblea Nacional. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Titulo VII. De la Seguridad de la
Nación.
Asamblea Nacional constituyente.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Caracas, 1999
Rondón de Sansó, Hildegard. Análisis
de la Constitución Venezolana de 1999. Caracas, 2000.
[8]
Camacho, Daniel. Menjivar Rafael. Los movimientos populares en América
Latina.2005. Buenos Aires.
Argentina.
[9]
Mariategui, J C. citado por Fernández Retamar. TODO CALIBAN. Cuba, 2000. Fondo
Cultural del ALBA,
2006
[10]
Mariátegui, JC. . citado por Fernández Retamar. TODO CALIBAN. Cuba, 2000. Fondo
Cultural del ALBA,
2006
[11]
Mariátegui, J C. citado por Fernández
Retamar. TODO CALIBAN. Cuba, 2000. Fondo Cultural del ALBA,2006
Fernández Retamar,
Roberto. TODO CALIBAN. Cuba, 2000. Fondo Cultural del ALBA, 2006
Reflexiones sobre el
poder popular/// Omar Acha y otros. Fundación Editorial el perro y la rana,
2007.
[12] Mendoza
Pottellá, Carlos. Potencia o Botín? Venezuela, una pieza codiciada en el
ajedrez energético global
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