Importancia de la mujer y la infancia para alcanzar la inclusión en la vivienda colectiva venezolana. Natalia Medrano Alonso



Ciudades patriarcales
            Con una población mundial cada vez más urbana, es en la ciudad donde se se manifiestan los grandes problemas sociales pero a la vez se ofrece como escenario para superarlos.  Las ciudades venezolanas las hemos heredado de la modernidad por medio de los procesos de colonización, llegando al siglo XXI con espacios urbanos segregados y jerarquizados, donde es difícil dar respuesta a las funciones cotidianas de la vida a través de la arquitectura.
En 1961, Jane Jacobs describía con precisión cómo el crecimiento de su ciudad (Nueva York) restaba calidad de vida a sus habitantes, en especial a las mujeres y los niños.  Fenómenos como el dominio del vehículo, la estrechez de las aceras, las largas distancias, la falta de espacios recreativos, entre otros, producían estrés, inseguridad, entre otros efectos que restaban posibilidades de formación, producción y recreación a sus habitantes, especialmente a las mujeres.
A pesar de que el objeto de estudio de Jacobs eran hombres y mujeres, su percepción del problema de las ciudades modernas y su propuesta de “urbanizar para la vitalidad” (Jacobs, 1961: 446) favorecía la emancipación femenina en el ámbito urbano, en tanto los varones gozan de privilegios, como veremos más adelante.
Afiliándonos a la idea de que el capitalismo en sus expresiones culturales es patriarcal, nuestras ciudades devienen inexorablemente en modelos que no responden eficientemente a habitantes que no sean varones.
…la ciudad, su administración, ha elegido como ciudadano prototipo a un ciudadano varón, adulto y trabajador. Ha adaptado las ciudades a sus exigencias, ha intentado responder a sus peticiones garantizando, de este modo, el consentimiento electoral del ciudadano fuerte. (Tonucci, F. 2009: 151)
 Tonucci como Jacobs, analiza las carencias e inequidades de los espacios urbanos para niños.  A partir de allí podemos extender el análisis hacia las personas de la tercera edad, las personas con alguna discapacidad, a quienes sufren enfermedades crónicas, etc.
El desafío de alcanzar la plena inclusión social y la necesaria democratización del espacio urbano, tal como lo reclamó Henri Lefebvre en El Derecho a la Ciudad (1968), está siendo asumido hoy por organismos internacionales y nacionales, con la incorporación de la perspectiva de género en las políticas urbanas.  

La economía de los cuidados
El concepto de ‘cuidado’ en el campo teórico del feminismo se refiere al conjunto de actividades, remuneradas o no, destinadas al bienestar de otras personas y que es realizado por las mujeres como rol asignado socialmente.  Es concebido bajo la forma de un apoyo multidimensional — material, económico, moral y emocional— a las personas dependientes, pero también a toda persona en tanto sujeto en situación de riesgo de pérdida de autonomía. Hay cuatro grandes grupos de receptores de cuidado: a) los niños; b) los mayores de edad avanzada; c) los enfermos dependientes; y d) los adultos que podrían cuidarse por sí mismos pero por diversas razones no lo hacen. (Segovia & Williner, 2016:77)
Las mujeres venezolanas siguen ocupándose predominantemente de los trabajos de cuidado de los grupos mencionados. Según el censo del año 2011, el 40% de las madres venezolanas son jefas de hogar, lo que significa que trabajan para mantener a su familia. De este porcentaje, el 70% lo hacen solas (sin pareja) y el 52% tiene 3 o más hijos.  Si sumamos la alta participación de las mujeres en la organización comunitaria, podríamos aseverar que gran cantidad de mujeres cumplen con dobles y triples jornadas de trabajo, lo que representa una carga considerablemente mayor a la de los hombres de su mismo estrato social.
Como espacio físico que alberga y distribuye las funciones de la sociedad, la ciudad puede agravar o facilitar el ejercicio de las funciones de cuidado.
Existen programas del Estado creados para atender la economía del cuidado, como los simoncitos, centros de educación inicial; casas de alimentación, comedores populares; red de mercados de alimentos subsidiados; consultorios populares; entre otros.  Todos estos equipamientos fueron concebidos para estar cercanos a las familias más necesitadas, por eso se ubicaron en los barrios populares. Sin embargo, en la construcción de nuevas viviendas por parte del Estado, no se considera de forma prioritaria la presencia de los equipamientos básicos para que estas funciones puedan realizarse con comodidad.

Oportunidad de transformación de nuestras ciudades
A la fecha de este ensayo se han construido a lo largo y ancho del territorio venezolano alrededor de 2.600.000 viviendas a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela. Se prevé llegar a la meta de 5 millones de viviendas en los próximos 2 años. Esta meta representa una valiosa oportunidad de incidir en los cambios que necesitan las ciudades venezolanas en favor de la calidad de vida urbana.
La vivienda colectiva, pensada como conjunto y no como pieza aislada, es la edificación capaz de construir y reconstruir tejido urbano y, en consecuencia, transformar las relaciones existentes dentro de la estructura urbana con la intención de favorecer nuevas relaciones que propicien la calidad de vida en términos de equidad.
Los diversos prototipos de vivienda colectiva que se han edificado en el marco de esta misión, incorporan un porcentaje de áreas en la planta baja para pequeños comercios o talleres. Sin embargo, el énfasis de la misión se ha colocado en la entrega del mayor número de viviendas posibles, no así en la construcción de equipamientos.
Las edificaciones que se insertan en terrenos vacíos dentro de la trama urbana, corren con la suerte de contar con los servicios que la ciudad construida ya ofrece, sin embargo, su inserción no aporta equipamientos que mejoren las condiciones existentes. Otras edificaciones se construyen fuera de la trama y tienen mayor necesidad de rodearse de equipamientos que no aparecen integrados a los proyectos.

Del diseño arquitectónico inclusivo a la democratización de la ciudad
Transversalizando los conceptos que han aportado los estudios de género (como la economía de los cuidados, la doble jornada y la división sexual del trabajo) a la disciplina de la arquitectura y el urbanismo, es posible concebir el espacio construido desde una perspectiva inclusiva.
La democratización del espacio urbano pasa por eliminar los privilegios de género derivados de la omisión de las necesidades específicas de las mujeres en su concepción, planificación y construcción. 
Uno de los problemas de la ciudad que más afecta a las mujeres es la falta de equipamientos urbanos próximos a sus hogares o integrados a ellos. Si los servicios que facilitan las labores de cuidado están distantes y desarticulados, son las mujeres la que se ven más perjudicadas, limitando la propia vivienda su derecho a la ciudad.
Si bien todas las escalas de equipamiento son necesarias, la escala más pequeña es la que más influye en las actividades cotidianas pues su uso suele ser más intensivo.  Cuando los urbanismos de vivienda no cuentan con un centro de educación inicial, por ejemplo, se genera automáticamente una desventaja social y económica en las madres trabajadoras de esa comunidad, por tener que sumar a sus horas de trabajo el tiempo de traslado hasta una guardería lejana. Por lo tanto coarta o dificulta su voluntad de desarrollo.

Como conclusión
La realidad físicoespacial de la ciudad incide en la economía del cuidado, por ende afecta prioritariamente la vida de las mujeres, niñas, niños y personas dependientes en general.  Sumado a esto, la realidad económica de inicios del siglo XXI en Venezuela, agrava significativamente las condiciones de vida urbana, especialmente a las mujeres.  Es urgente entonces vincular las políticas de vivienda social en marcha a la esfera de las políticas de protección y empoderamiento de las mujeres.
Es posible elaborar desde la teoría urbana y arquitectónica, una idea de ciudad que reconozca a las mujeres como sujetas de desarrollo y tipologías de vivienda que contemplen en sus programas las necesidades particulares de las mujeres y de los grupos dependientes o con menos autonomía.
La integración de los equipamientos urbanos en la vivienda colectiva es una estrategia que, al hacer ciudad, permitirán aliviar la carga de cuidados en las mujeres y con ello facilitar su desarrollo en igualdad de condiciones que los hombres.  Asimismo, al verse beneficiada la mujer como cuidadora, el beneficio repercute en niños y otros grupos dependientes.
Es importante destacar que la verdadera solución al problema de la carga de cuidados estará en el logro de la equidad en la repartición de trabajos de cuidados entre la mujer y el hombre, entre la mujer y su comunidad y entre la mujer y el Estado.  Quiere decir que la democratización de los espacios viene de la mano de la socialización efectiva de las funciones de la vida en familia y en sociedad. Entendiendo la familia como organismo flexible, en constante transformación, composición y sobretodo diverso.
No se puede pensar en una sociedad más justa, inclusiva y democrática si los espacios construidos continúan acentuando las diferencias entre géneros.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Esquivel, V. (2011) La economía del cuidado en América Latina: Poniendo a los cuidados en el centro de la agenda. PNUD. El Salvador: Procesos Gráficos.

Jacobs, J. (1961/2011) Muerte y vida de las grandes ciudades. Navarra: Capitan Swing Libros, S.L.

Geht, J. (2014) Ciudades para la gente. Buenos Aires: Ediciones Infinito.

Lefebvre, H. (1968/1973). El derecho a la ciudad. Barcelona: Editorial Península.

Nieves Rico, M & Segovia, O. (2017) ¿Quién cuida en la ciudad?. Santiago de Chile: Publicación de las Naciones Unidas.


Segovia, O. y Williner, A. (2016) Territorio e Igualdad. Planificación del desarrollo con perspectiva de género. Santiago de Chile: Manuales de CEPAL N°4.

Tonucci, F. (2009) Ciudades a escala humana: la ciudad de los niños. Revista de Educación, número extraordinario, Instituto di Scienze e Tecnologie della Cognizione - ISTC. Roma: Consiglio Nazionale delle Ricerche.


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