Dr. Nelson Rodríguez. Arquitecto. Profesor de la Escuela
Venezolana de Planificación.
Habrá casas con suficiente luz y
ventilación, construidas con material obtenido dentro de un radio de 5 millas
alrededor. Las casas tendrán patios que permitirán a los propietarios plantar
vegetales para el uso doméstico y para albergar su ganado. En los caminos y
calles del pueblo no habrá más polvo que el necesario. Habrá pozos según sean
sus necesidades y serán accesibles a todos. Habrá sitios de culto para todos,
también un sitio de encuentro común, pasto comunal para el ganado, una
cooperativa lechera, escuelas de primaria y secundaria en las que la educación
profesional será el punto central, y tendrán Panchayats para arreglar las
disputas. Producirán sus propios granos, vegetales y frutos. Esta es
aproximadamente mi idea de un pueblo modelo...
Harijan, 9 de enero de 1937
La
arquitectura y, con ello, la construcción moderna, se han empeñado en crear
sistemas cerrados a la naturaleza con muy poco intercambio con el entorno
natural. Los edificios y en particular las viviendas, se diseñan y se
construyen como una barrera, un impedimento ante un entorno natural amenazante,
lo natural nunca penetra en el interior. En esta visión contribuye en gran
medida el capitalismo y la globalización que convierte a la vivienda y a la
ciudad en una mercancía transable y como consecuencia de ello se producen
edificaciones con muy altos costos energéticos tanto en su construcción como en
su uso.
Es
importante considerar y hacer todos los esfuerzos políticos, sociales,
tecnológicos, académicos y financieros para superar estos conceptos, sobre todo
en un clima tropical como el nuestro. La lógica de pensamiento en el diseño de
las viviendas y las edificaciones en nuestro trópico deben ir hacia una
relación más simbiótica con la naturaleza y el clima. Esta relación supone de
una adecuación, y más allá, de una integración de las edificaciones con el
clima. Para hacer posible este salto cultural es importante entender nuestro clima,
los materiales y su comportamiento energético.
La
arquitectura tropical puede desarrollar una nueva estética, ética, espacialidad
y tipologías arquitectónicas con alto contenido simbólico si logra integrarse a
sistemas abiertos simbióticos con la naturaleza, donde interactúen los 5
componentes de la vida: aire, sol, agua, tierra y vegetación junto a la vida
comunitaria. Reincorporar estos 5 elementos al hábitat humano no implica
renunciar al estado del arte tecnológico contemporáneo, sino más bien aprovechar
todo lo conocido hasta ahora y sus potencialidades para inaugurar una nueva
etapa con el reingreso de la humanidad al mundo natural.
El
Plan de la Patria, presentado al país por el comandante Chávez (2012) y
continuado por el Presidente Maduro (2018), fija en su quinto objetivo
histórico, lineamientos muy claros en este sentido, cuando establece:“preservar la vida en
el planeta y salvar a la especie humana”, esto se traduce en la necesidad
deconstruir un modelo económico productivo ecosocialista, basado en una
relaciónarmónica entre el hombre y la naturaleza, que garantice el uso y
aprovechamientoracionalyóptimo de los recursos naturales, respetando los
procesosyciclos de lanaturaleza; lo que supone sumar esfuerzos para el
impulso de un movimiento de carácter mundial para contener las causas y
revertirlos efectos del cambio climático que ocurren como consecuencia del
modelocapitalista depredador.
Evidentemente
la arquitectura y la construcción no escapan de este objetivo histórico y, muy
por el contrario, puede contribuir, en mucho, a este proceso necesario de
reversión. En Venezuela se estima que para el 2025 el 95% de la población será
urbana, uno de los países más urbanizados de Latinoamérica, por lo que todo lo
que se haga en favor de la mitigación y reducción de los efectos del cambio
climático en los centros urbanos será directamente proporcional a conservar la
vida en el planeta. En ello, el modo de poblamiento,las característicasde los
diseños y construcciones serán medulares para lograr cumplir con este objetivo,
ratificados por Venezuela con la suscripción de los 11 Objetivos de Desarrollo
Sustentable (ODS) de la ONU-Hábitat.
Relación simbiótica entre la vivienda y la
naturaleza
Haciendo
una analogía los edificios pueden comportarse como un sistema biológico
abierto. Por ejemplo, asimilar a las fachadas del edificio al comportamiento de
la piel, que protege el cuerpo humano de su ambiente exterior, esto estaría
referido a todo material, elementos o sistemas que en la construcción
determinan la separación entre el exterior e interior y que, alcanza toda clase
de formas, materiales, innovaciones y técnicas, con protecciones solares y con
mecanismo para dejar entrar o salir el aire, el sol y el agua. Pueden ser
tecnológicas o tradicionales, planas o con volumetría, estáticas o dinámicas,
conservar la energía, producirla o pueden albergar vegetación y producir
oxígeno.
Otra
función biológica que puede asimilarse a la arquitectura es la refrigeración de
las superficies epidérmicas producto de la temperatura exterior al cuerpo. Esto
supondría una interacción asociativa de intercambio de energía abriéndose o
cerrándose el sistema para mantener su estructura, superando con ello el
concepto de cerramiento como barrera, para entrar en conceptos más complejos
que facilite interacciones asociativas entre el exterior y el interior dando
origen a cerramiento, cubiertas, fachadas y entrepisos polifuncionales o
multipropósitos. Un buen ejemplo de estos principios es la arquitectura de
Fruto vivas y su propuesta de Árboles para vivir (ver Imagen N° 1) o la
propuesta del Profesor Juan Pedro Posani con la vivienda protegida con una
malla e integrada a la vegetación (ver Imagen N° 2)
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Imagen
N° 1.
Fuente: Fruto Vivas Pensamiento y Obra. Ediciones
Odebrecht
|
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Imagen
N° 2.
Fuente: Juan Pedro Posani. Centros
Culturales MPPC
|
La
vegetación en los bloques de vivienda, también puede ser utilizada con un gran
mecanismo sistémico regulador e integrador con la naturaleza alcanzando efectos
refrescantes al generar corrientes de aire convectivas a través de efecto
chimenea, paredes verdes, ventilación cruzada o canalizando el aire a través tubos
enterrados tipo radiador para alcanzar no solo confort térmico, sino también
acústico y lumínico de los espacios.
Las
terrazas, los techos verdes, los patios con vegetación, pérgolas y corredores techados,
son parte de los recursos arquitectónico, mucho de ellos presentes en la vivienda
tradicional, siendo perfectamente aplicables y asimilables para funcionar como
espacio enfriadores y reguladores del clima para hacer transiciones entre el
interior y el exterior y producir una arquitectura adaptada a nuestro clima y
que prescinda de los elementos activos de acondicionamiento mecánicos. Un
ejemplo lo proporciona la arquitectura urbana realizada por el arquitecto
francés Jean Renaudie (ver Imagen N° 3) donde la incorporación de terrazas
verdes en las fachadas del edificio convierte al bloque de vivienda en un gran
productor de oxígeno a la ciudad, pero para que esto funcione tiene que haber
un habitante de estos espacios concientizado y sensibilizado con la naturaleza,
de lo contrario estos espacios terminan siendo el trastero de la vivienda y
muchos de ellos intervenidos.
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Imagen
N° 3.
Fuente: Elaboración
propia. GIVORS PAR P TROVEL.Francia |
Las
formas asimilables al funcionamiento de la naturaleza son una fuente importante
para producir una nueva arquitectura creativa para la vivienda. Las patas y
picos de las aves ofrecen una idea de cómo es su hábitat, de que se alimentan y
cómo viven. De igual manera los edificios y su lógica estructural se pueden
asimilar a formas existentes en la naturaleza dando muestra del hábitat donde
están ubicados, en ello, dominar las tres principales fuerzas estructurales:
tracción, compresión y flexión, y evitar o minimizar las torsiones y las
cortantes es fundamental. Utilizar los materiales de la manera más adecuada
según sus capacidades y resistencias son primordiales para el diseño estructural
y las formas eficientes. El estudio profundo de las geometrías naturales como
cascaras, huesos, tejidos, pieles, caparazones, arboles, insectos, dunas, entre
otras superficies puede ofrecer recursos abundantes para producir una nueva
estética arquitectónica liberada del pórtico cartesiano y encontrar estructuras
resistentes, racionales y de alta eficiencia. Un buen ejemplo de estas
arquitecturas lo puede constituir lo diseñado y construido por Félix Candela en
México, Eladio Dieste en Uruguay y Frei Otto en Alemania. (ver Imagen N° 4)
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Imagen Nª 4.
Fuente: Club
Diplomático “Heart Tent – Riad”. Arabia Saudi (1980) |
Vivienda y fotosíntesis
La
naturaleza es equilibrio y belleza, los conceptos de continuidad, fluidez,
flexibilidad y estabilidad presentes en ella, que los encontramos en los cauces
de ríos, en un árbol o en el sistema sanguíneo circulatorio también lo podemos
considerar en las estructuras de una edificación o en el funcionamiento de una
ciudad.
En un
futuro, no muy lejano si queremos realmente salvar al planeta, deberán aparecer
normativas urbanas que asignen a los edificios funciones biológicas como el de
restituir componentes esenciales de la atmosfera como el oxígeno, el agua, la
vegetación e intercambio energético que, a causa su emplazamiento y
construcción es necesario reponer, para no agravar la situación de crisis
ambiental por la que atraviesa la humanidad donde se ha perdido el 50% de la
cobertura boscosa a causa de la devastadora urbanización mundial de los últimos
dos siglos. Igualmente se tendrá que desarrollar técnicas constructivas con un
mayor nivel de racionalización e industrialización cuya generación de
desperdicios del proceso constructivo sea nulo,cero o reinsertado en la propia
obra. De igual modo, se deberá desarrollar impuestos urbanos a las
edificaciones cuyo consumo energético sobrepase los límites óptimos, enfocado a
erradicar del trópico la arquitectura corporativa impuesta por el capital y la
simbología financiera internacional de la caja de vidrio, cerrada al clima,
hermética consumidora de grandes cantidades de energía para su
acondicionamiento térmico.
En el uso
de la edificación también se deberá exigir la aplicación de la estrategia de
las 3R (reducción, reutilización y reciclaje) tanto al consumo energético
(agua, gas, electricidad) por ejemplo en Venezuela reducir el consumo de agua a
la mitad de 600 L/día a 300 L/día. Igualmente, la generación de desechos
sólidos, reduciendo su producción de menos de 1Kg de basura/persona a menos de
la mitad son metas que deben ser perseguidas por todas y todos. Esto supondrá
asignar porcentajesde reducción del consumo energético que las edificaciones y
las ciudades deberán cumplir creando conciencia en la población de la
responsabilidad social sobre la naturaleza y sus finitos recursos.
La
ciencia califica a la tierra como un planeta enfermo con altos índices de
contaminación, efecto invernadero y recalentamiento global. La ONU sostiene que
la temperatura, al final de este siglo, no debe incrementarse más allá de 1,5°C,
pero ya se ha incrementado 1°C, lo que está generando tormentas intensas,
terremotos frecuentes, fuertes huracanes, sequías, incendios, desertización,
derretimiento de las nieves en los polos, entre otros efectos desbastadores,cuyas consecuencias sociales será que pronto
veremos oleadas de refugiados y migraciones, ya no por guerras ni por efectos
económicos como la aplicada por el imperialismo a nuestro país (Venezuela),
sino por el efecto del cambio climático. En ello, los países denominados “desarrollados”
tienen una gran responsabilidad, si países como Francia, Japón, China, EEUU; por
mencionar solo algunos, continúan su consumo energético actual pronto se necesitará
1,5 mundo para satisfacerlas, la pregunta es ¿De dónde saldrá toda la energía
que se requiere para mantener estos niveles de consumo?, estará relacionado con
la política imperial de sancionar a los países petroleros y designarlos como
una “amenaza inusual y extraordinaria”?
Esto es demostrado con las investigaciones que aseguran que ya la tierra
ha llegado el punto de no poder reponer los recursos que se le han extraído, lo
que se ha denominado el agotamiento del planeta, así pues, para garantizar la vida,
no bastará con ir reduciendo las emisiones contaminantes de los combustibles
fósiles, sino que también hay que reducir significativamente la extracción indiscriminada
de materiales y recursos de la naturaleza.
La
ciudad, y en ella la vivienda, es el lugar donde el conflicto del desarrollo
económico y conservación de la naturaleza hace crisis, por lo que ya es el
momento de iniciar transformaciones colectivas para adquirir conciencia y
cultura para vivir en armonía con la naturaleza y evitar daños que atenten
contra la existencia de la humanidad en la tierra, esto supone desarrollar
normativas de comportamiento y de cumplimiento, así como un cambio profundo en
el sistema educativo y del sistema productivo que valorice la relación con la
naturaleza, que viabilice y aplique los principios ecosocialistas, que
significa, por una parte, que la ciudad tendrá que desarrollar estrategias para
reutilizar y reciclar los bienes y
recursos que hoy se consideran desperdicios para volverlos a introducir al
sistema de consumo ( ver imagen N°5) desarrollando la economía circular, y por
otra, estas estrategias también deberán estar centrada en la participación
protagónica del pueblo,cada vez más consciente de su responsabilidad social,
para producir las transformaciones que requiere el planeta para su conservación.
Para decirlo con Chávez:
“No cambiemos el clima, cambiemos el sistema (…) seamos capaces de hacer de
esta Tierra no la tumba de la humanidad, hagamos de esta Tierra un cielo, un
cielo de vida, de paz, y de paz de hermandad para toda la humanidad, para la
especie humana”(1).
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Imagen
N° 5.
Fuente: Richard Roger. Ciudades para un
pequeño planeta.
|
(1).
Extracto del discurso
Presidente Hugo Chávez en la XV Conferencia Internacional de la Organización de
Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Miércoles, 16 de
diciembre de 2009
Referencias:
Martínez,
Harold(2013). Habitabilidad
terrestre y diseño.
Universidad del Valle. Colombia
Chávez,
Hugo (2012). Plan de la
patria 2012-2019. Venezuela
Fruto
Vivas (2012). Pensamiento
y Obra. Odebrecht. Brasil
Vivas,
Fruto (2011). La casa
más sencilla. El Perro y la rana. Venezuela
Rogers,
Richard (2000). Ciudades
para un pequeño planeta. Gustavo Gil. Barcelona
Senosiain,
Javier(1998). Bioarquitectura.
Editorial Limusa. México
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