INTRODUCCION:
El conocimiento siempre ha tenido un rol importante en el desarrollo cultural y la
transición social de los grupos y las comunidades, sin embargo, se puede destacar que es en el siglo XVII cuando la
ciencia moderna produce innovaciones que promueven la llamada Revolución
Científica. La tecnología está fundamentada en el progreso de la ciencia,
también en el progreso moral y ético. Todo adelanto científico está
condicionado a que la tecnología desarrolle medios que le permitan mejorar sus
procedimientos.
Lo que se define como "sociedad del
conocimiento" está fuertemente unida al desarrollo tecnológico. La
sociedad del conocimiento es producto de la revolución tecnológica, como en el
pasado, la revolución industrial marco un hito en la historia.
Entre las acepciones sobre este concepto
podemos señalar, que muchos autores coinciden en la capacidad de las
instituciones o personas para adquirir, procesar, aplicar y difundir
conocimiento.
La sociedad del conocimiento, transforma
y define a la información como un recurso necesario para su integración social,
política y económica. La transición de una sociedad denominada “sociedad de la
información” a otra sociedad, tal como se le empieza a indicar, “sociedad del
conocimiento”, cuyas bases se sostienen sobre
las estructuras de las redes y recursos de información, en la
valorización del conocimiento de todos los miembros que se conforman en grupos
y asociaciones a la cual pertenecen y al entorno intra e interinstitucional que
lo conforma.
Entre las áreas de actividad humana en
las que las tecnologías de la información están teniendo mayor impacto se
encuentran, el aprendizaje y la adquisición de conocimientos; el trabajo; y la
comunicación.
Las comunidades del conocimiento están
formadas por un grupo interdisciplinario con el objetivo de diseñar, adaptar e
integrar las herramientas, técnicas y recursos necesarios para el manejo del
conocimiento.
1. LA REVOLUCION CIENTÍFICA-TECNOLÓGICA COMO
ANTECEDENTE DE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Históricamente la mayor vinculación
entre la ciencia y la tecnología se ha producido a partir del siglo XVII, el
conocimiento en sí mismo, siempre ha tenido un rol importante en el desarrollo
cultural y la transición social de los grupos y las comunidades, con el fin de
mejorar el nivel de vida, sin embargo, se puede destacar que es en el siglo
XVII cuando la ciencia moderna produce innovaciones que promueven la llamada
Revolución Científica: “En todas las sociedades hay y ha habido conocimiento
y es una característica definitoria de las sociedades del homo sapiens”[i]
De esta manera, se puede destacar, por
ejemplo, que la sociedad paleolítica se caracterizó por el uso de la piedra
astillada, el neolítico por la piedra pulimentada, la transición a la edad del
bronce, luego a la del hierro. Uno de los procesos, quizás de los más importantes,
es la navegación, que conduce a los descubrimientos y el inicio de los procesos
revolucionarios, (Revolución Industrial, Científica, etc.). Los avances económicos hacen posible la
Revolución Industrial con la concentración y multiplicación de los medios de
producción, consecuencia de las exigencias económicas (los primeros artefactos
de regulación automática, producción en línea).
A finales del siglo XIX e inicio del XX
las industrias iniciadas y mantenidas con un carácter científico, como la industria
química y la eléctrica comenzaron a desarrollarse y la ciencia se incorporó al
proceso productivo. Después de la Segunda Guerra Mundial surge la
Revolución Científica-Tecnológica (la
mecanización, la automatización, el desarrollo de las telecomunicaciones y la incorporación
de las tecnologías de información en casi todas las actividades laborales a
través de la electrónica y la microelectrónica).
La tecnología está fundamentada en el
progreso de la ciencia, también en el progreso moral y ético, todo adelanto
científico está condicionado a que la tecnología desarrolle medios que le
permitan mejorar sus procedimientos.
Lo que se define como "sociedad del
conocimiento" está fuertemente unida al desarrollo tecnológico. La
sociedad del conocimiento es producto de la revolución tecnológica, como en el
pasado, la Revolución Industrial marcó un hito en la historia.
Entre las acepciones sobre este concepto
podemos señalar, que muchos autores coinciden en la capacidad de las
instituciones o personas para adquirir, procesar, aplicar y difundir
conocimiento, en este sentido Javier Echeverría, expone que:
La red INTERNET estuvo
dedicada durante muchos años al uso exclusivo en los ámbitos educativos y de
investigación, aunque en la actualidad la mitad de los usuarios de dicha red
son compañías comerciales y de negocios, aun así, una de las principales redes
soporte de Internet sigue estando patrocinada por la National Science
Foundation norteamericana (la NSFNET) y la mayoría de los científicos de todo
el mundo la utilizan habitualmente.[ii]
El avance de las telecomunicaciones y la
consolidación de los medios audiovisuales, la integración de todos éstos para
utilizar una sola vía de transmisión, envío y recepción de información ha
generado cambios importantes para el mundo, cada vez da más importancia a la generación y adquisición de conocimientos, siendo este
fundamento lo que caracteriza a la sociedad actual como una "sociedad del
conocimiento".
La sustitución del átomo por
el BIT, de lo físico por lo digital, a un ritmo exponencial convertirá al homo
sapiens en homo digitalis. Desde los humildes comienzos del ordenador, hace
ahora poco más de medio siglo, este ha evolucionado de tal forma que se ha
acercado a nuestras vidas cotidianas convirtiéndose en una herramienta de uso
progresivamente generalizado[iii].
Las diferentes posiciones de los autores
antes mencionados, coinciden en que la capacidad que van adquiriendo los grupos
sociales para generar y aprovechar información, le permiten actuar ante
situaciones imprevistas, también adquieren altos niveles de comprensión frente
a las necesidades actuales, e incluso hacer uso de sus propios medios
electrónicos para transmitirlas a otros, teniendo en consideración que los
medios electrónicos no están a la disposición de ningún horario, ni distancia,
con el fin de adaptar las aptitudes a cualquier forma de organización.
Pensadores de la Sociología del
conocimiento destacan características esenciales de la sociedad del
conocimiento: “el aprender a aprender, como condición indispensable de
sobrevivencia” y el “conocimiento del conocimiento”, como bases del desarrollo
social.
Para analizar la transición desde la
Sociedad Industrial se hace necesario utilizar herramientas de análisis del
materialismo histórico y dialéctico que desarrolló Karl Marx en el siglo XIX,
en tanto que su método influyó en toda la ordenación social y económica,
también ideológica y política. Aunque en algunos aspectos se considera
caduco, explicitó las bases de un modelo de sociedad basado en la industria y
en el maquinismo electromecánico. Para medir el desarrollo y el progreso de las
sociedades, Marx concibió el concepto de "Modos de Producción".
Toffler[iv]
indica que en la historia humana solamente han habido tres grandes
revoluciones, la primera revolución, denominada primera ola[v],
fue la agrícola, que se inició hace diez mil años; la segunda revolución es la
segunda ola, determinada por la revolución industrial iniciada hace trescientos
años y; la revolución del conocimiento, siendo esta la tercera ola, cuyos
rasgos principales de cambio se dan a partir de 1955.
Es la interacción de estas revoluciones
lo que explica que haya sociedades “bisecadas” (divididas en una sociedad
dominante y una sociedad dominadora), o
“trisecadas”, es decir un mundo dividido en tres civilizaciones: la primera
simbolizada por la herramienta, la segunda por la cadena de montaje y la
tercera por el ordenador[vi].
Por lo que estamos ya inmersos en la revolución del conocimiento, esta
revolución actual, se basa en un principio, en un tránsito. Así “la ley de
correspondencia” entre las “estructuras técnicas de producción” y las
“relaciones sociales de producción” propuestas por Marx, pierden vigencia con
el desarrollo de la ciencia y la técnica a partir de la actual revolución del
conocimiento, que ha incidido en el fracaso del sistema político y económico
del comunismo. El proletariado es sustituido por el “cognitariado”[vii]
como clase fundamental en el proceso productivo, el proletariado deja de tener
la condición de clase estratégica para el desarrollo social.
Según Marx, el “capitalismo” es el
sistema que tiene como soporte el “capital”, que transita en torno a los
aspectos de la vida humana, al que debe su nominación. Se constituye que capital:
se refiere a todo aquello que sirve para extraer y amasar plusvalía. Capital
en la concepción marxista, se desvincula del objeto, puede convertirse en
capital, si es que alguien lo emplea para ganar plusvalía, en caso
contrario, el dinero se convierte en un medio de circulación. Plusvalía es
la clave de su teoría, y la clase obrera el agente social más importante desde
el punto de vista estratégico. Por tanto, capital es plusvalía acumulada,
el sentido de esta plusvalía se convierte en capital, y sólo se emplea para
extraer más plusvalía.
La oposición de Marx al capital era,
fundamentalmente, la plusvalía, categoría que sólo tiene vigencia en tanto
existe un régimen socioeconómico que tiende a convertir todo en “mercancía”
siendo la fuerza más importante de trabajo del obrero. Se trata, en suma, de un
pensamiento en el que se ponen de manifiesto las clases sociales, en la cual la
clase obrera es la productora directa. Según Toffler en la “revolución del
conocimiento” el “Cognitariado o productor
indirecto” está reemplazando paulatinamente al “proletariado o trabajador
directo”.
Marx en El Capital inicia la
exposición de su obra con la definición de mercancía por considerarla célula
básica del sistema económico capitalista. La mercancía es el elemento más
simple, sólo tiene dos elementos que son: “valor de uso” y “valor de
cambio”.
El valor de uso es lo mismo que
utilidad, o sea que toda mercancía sirve para satisfacer cierta clase de
necesidades, si fuese inútil nadie daría algo por ella. El valor de cambio es
la proporción en que se intercambian unas mercancías por otras, teniendo en
cuenta que todas tienen valores diferentes. En el vocabulario marxista,
valor es desigual al precio aunque en la circulación de mercancías se expresa
como tal.
Marx indica que una de las
características del sistema capitalista, es tratar de convertir la totalidad de
los productos del trabajo en mercancías que son las mediadoras del valor y de
la plusvalía. Si faltasen mercancías el concepto marxista de valor y plusvalía serían
hipotéticos. Es decir, hay una mercancía fundamental, sin la cual en
realidad el capitalismo carecería de la posibilidad de extraer plusvalía, y por
lo tanto el sistema mismo sería imaginario, si se tiene consideración que el
sistema se sustenta en el capital, y esta categoría es la acumulación de
plusvalía. Por eso es necesario entender la relación existente entre
“mercancía-fuerza de trabajo-capitalismo” según la teoría marxista.
Valor es la magnitud de trabajo
socialmente necesario incorporado en las mercancías. Una de las tantas mercancías que circula en
la sociedad capitalista es la fuerza de trabajo del ser humano ya que hay
personas que sólo disponen de la venta de su fuerza de trabajo. Como las
demás mercancías, la fuerza de trabajo tiene valor de uso, tiene utilidad, que
consiste nada menos que en producir otros bienes. El valor de la fuerza de
trabajo tiene una dimensión inestable, generalmente por la heterogeneidad de
bienes que consumen los trabajadores. El valor de la fuerza de trabajo del
trabajador calificado es igual al valor del trabajador inexperto.
El valor de fuerza de trabajo del
trabajador indirecto tiende a aumentar, el de la clase obrera se comprime,
motivado por la rapidez del progreso de la tecnología, que determina la
reducción del mismo, decreciendo, en consecuencia, el valor de su fuerza de
trabajo.
El capitalista tiene empresas en las que
se opera la reproducción ampliada, la expansión, como consecuencia de una
competencia excesiva y constante, debe innovar, reducir costos, mejorar calidad
y marketing para conquistar nuevos mercados, de lo contrario desaparece
comercialmente, y como causa de esta situación, debe incrementar la plusvalía
relativa, esto es mayor ganancia por la permanente reducción del valor de la
fuerza de trabajo de las personas empleadas.
En la sociedad capitalista el trabajador
directo es libre como persona, pero al carecer de medios de producción, para
satisfacer sus necesidades, disfrutando de esa libertad, percibe un salario y
se hipoteca él mismo. Ofrece su actividad, su energía física, mental y su
capacidad productora al servicio de su comprador, el capitalista. Entrega su
energía física y mental, y lo más importante su capacidad productiva en
acción.
Sin embargo, en la actualidad, el mundo
asiste a una nueva revolución denominada del conocimiento, de la Información o
también de la Tercera Ola[viii]. Esta
revolución que dominará el tercer milenio, se produce en la llamada “Era de la Globalización”.
Las empresas y países que producen con tecnologías correspondientes a la
tercera ola, producen más plusvalía relativa, los estándares de vida de sus
trabajadores son superiores a los de aquellos que se ubican en la primera o
segunda ola. Así, cuanto más se imponga la revolución del conocimiento,
el desgaste físico será inversamente proporcional a sus posibilidades de crear
riqueza y de mejorar su calidad de vida.
La producción de riqueza, en la
actualidad, está inmersa en un mundo cada vez más integrado; donde el
desarrollo de las fuerzas productivas reduce las distancias, costos de
producción, multiplican la división del trabajo y tienden a dejar fuera de
vigencia el trabajo físico, reemplazándolo por el mental, de forma tal, que el
proletariado, será reemplazado pausadamente por el cognitariado.
El ente productor que carezca de
tecnología punta está desamparado en la economía mercado. A su vez, esta tecnología punta
incluye reducción del tiempo necesario de producción, del valor de las
mercancías, de la fuerza humana y el incremento de los costos. Por tanto, la
innovación tecnológica, reemplaza la fuerza de trabajo por tecnología, por
conocimiento. Según Toffler, la fuerza de trabajo del obrero se va convirtiendo
en accesitaria[ix].
La innovación tecnológica acelera la
productividad y los volúmenes globales de producción. Como plantea Toffler[x]
la tecnología de punta se basa en el conocimiento, en la superación paulatina de la disociación
entre producción y consumo que crea el mercado por el prosumidor, o sujeto que
es a la vez productor y consumidor, e implica cierto retorno, sobre la base de
la ciencia y la tecnología de la tercera ola. En la medida en que la
"revolución del conocimiento" avance la producción mundial requerirá
cada vez menos de la fuerza del trabajo obrero; entonces el cognitariado
sustituirá al "proletariado". Como consecuencia, el trabajo
indirecto origina al menos tanto valor, o más, que el directo.
La teoría de Toffler frente a la teoría
de Marx, parte de su concepto de revolución del conocimiento, con seres humanos
capacitados intelectualmente, para el manejo de robots desde oficinas, mediante
ordenadores que se perfeccionarán, tanto en lo que respecta al hardware como al
software, hasta magnitudes irreales.
Para Toffler[xi],
la tecnología de la información y la aplicación de la cadena de valor reduce
las exigencias de mano de obra, energía, materias primas, tiempo, espacio, que
redunda en la reducción de costos donde, para ser competitivo en las empresas
la mayor importancia recaerá en los procesos digitalizados.
2.
CONSTITUCIÓN DE LA REVOLUCIÓN DEL
CONOCIMIENTO: LA TERCERA OLA
La
sociedad del conocimiento, transforma y define a la información como un recurso
necesario para su integración social, política y económica. La transición de
una sociedad denominada “sociedad de la información” a otra sociedad, tal como
se le empieza a indicar, “sociedad del conocimiento”, cuyas bases se sostienen
sobre las estructuras de las redes y
recursos de información, en la valorización del conocimiento de todos los
miembros que se conforman en grupos y asociaciones a la cual pertenecen y al
entorno intra e interinstitucional que lo conforma.
Representando
gráficamente, en la figura, dentro de la pirámide informacional[i], y apoyándonos en las
teorías sobre el conocimiento y la Sociología del conocimiento, se puede
subdividir el nivel del conocimiento en otra pirámide para definir unos
subniveles del conocimiento, por lo que podríamos interpretar, que la base más
ancha corresponde al conocimiento absoluto, producto de la sociedad, sus grupos
y clases sociales, pero cuando este conocimiento es procesado, requiere de otro
conocimiento, para producir nuevo conocimiento, del cual se beneficiará la
sociedad. Conformada hasta llegar a la punta, denominada sociedad del
conocimiento, dentro del marco de la Sociología del conocimiento podemos destacar
que las instituciones que se insertan dentro de un proceso de aprendizaje continuo
para desarrollar y capitalizar conocimiento, definen sus propias estrategias
para transferir ese conocimiento a su personal, y valora el conocimiento para
potencializar a la misma institución. En este sentido, Páez Urdaneta[ii] define el conocimiento
como: “aquellas estructuras informacionales que, al internalizarse, se
integran a sistemas de relacionamiento simbólico de más alto nivel y
permanencia”.
Doyle McCarthy,[iii] sistematiza el conocimiento como un
proceso de diferentes niveles que continuamente evoluciona bajo las influencias
del cambio social. El conocimiento todavía pertenece a todo lo que cuenta como
conocimiento, de las creencias familiares, técnicas y remedios para vivir, a
las ideas religiosas y opinión de la colectividad. También se entiende
conocimiento como la expresión de las experiencias colectivas de sociedades así
como de los grupos particulares, clases, regiones, y comunidades. Esta
concepción de conocimiento también incluye las ideas, programas, e información
desarrollada y diseminada por un organizador de obreros, el profesional, como
doctores, científicos y abogados, u obreros de servicio.
Sin embargo, e independientemente del
término, lo significativo es que existe coincidencia en que estamos transitando
de una sociedad denominada industrial a otra sociedad basada en recursos de
información y administración, en organizaciones concebidas como redes de
conocimientos, en la capacidad de emprendimiento y aprendizaje, que a la vez
demanda profesionales y trabajadores capaces de resolver problemas complejos y
enfrentar situaciones contingentes.
En algunos países, se ha demostrado que
en la creciente competencia por los mercados globales, la educación y el conocimiento
juegan un papel relevante, en tanto que las nuevas industrias (biotecnología,
telecomunicaciones e informática, entre muchas más) dependen más de la
organización del conocimiento y del aprendizaje, que de recursos naturales,
tamaño de empresas o materias primas. La última década se ha caracterizado por
una expansión acelerada de las telecomunicaciones en todo el mundo. La
popularización de Internet en la década de los noventa del siglo XX aceleró,
aún más, este fenómeno que también se ha visto favorecido por un decremento en
el precio de los equipos y un aumento en
sus capacidades de procesamiento. La fuerza de este cambio reside en la
síntesis de un conjunto de tecnologías diversas llamadas “tecnologías de
información” que abarcan todos los componentes del procesamiento y distribución
de la información en formato digital y
que han tenido un impacto importante en todos los campos de la actividad
humana. La revolución de las comunicaciones globales derivada de la aparición
de Internet, ha sido considerada como el inicio de una nueva era a la que se ha
denominado era de la información, entre otras acepciones.
3.
IMPORTANCIA DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN
Se considera que la llamada World Wide
Web (WWW) es el origen del surgimiento de esta nueva cultura, ya que cuenta con
una estructura, con una naturaleza dinámica y en constante proceso de revisión,
reorganización y actualización. Asimismo, la WWW se caracteriza por una
verdadera universalidad, ya que integra visiones universales sobre todos los temas, lo cual conlleva a
implicaciones culturales enormes, puesto que lo que difunde esta Red refleja
las manifestaciones cotidianas de los individuos y de las organizaciones del
mundo real.
Entre las áreas de actividad humana en
las que las tecnologías de la información están teniendo mayor impacto se
encuentran, el aprendizaje y la adquisición de conocimientos; el trabajo; y la
comunicación.
Por
ejemplo, en el contexto educativo, se ha considerado, que utilizar Internet
como herramienta auxiliar en la educación, permite generar todo tipo de
conocimiento a partir de un universo más amplio de información, que va más allá
de los libros de texto y de los materiales educativos convencionales.
En lo referente a los cambios en el
ambiente y la organización del trabajo, el desarrollo de las tecnologías de
información ha incrementado las opciones de los negocios, centrando al
conocimiento en la mayoría de las actividades desarrolladas por el hombre,
situación que ha llevado a la aparición de empresas u organizaciones virtuales.
En este tipo de empresas, el modelo de trabajo se inserta en una línea de
ensamblaje, en el que cada persona tiene una especialidad o destreza bien
definida y es el principal responsable de una parte del proceso, que tiende a
ser sustituido por un modelo que se basa en la integración de grupos de
individuos con varias destrezas y competencias, que interactúan a lo largo del
proceso.
REFERENCIAS
1.
LAMO
DE ESPINOSA, E. La sociología del conocimiento y la ciencia, 1994; p. 18
2.
ECHEVERRÍA, J. Los señores del aire :
Telépolis y el tercer entorno, 1999; p. 460
3.
TERCEIRO.
J. B. Socied@d digit@l
: el homo sapiens al homo digitalis, Año;
p.27
4.
TOFFLER,
A. y. H. Las guerras del futuro : la supervivencia en el alba del siglo XXI,
1994; p. 37
5. Este símil de las olas es una
reproducción de expresiones utilizadas por Norbert Elias, en su obra The
Civilizing Process, y se refiere a “una ola de progresiva integración a lo
largo de varios siglos”. En 1837, un escritor describía la colonización del
Oeste norteamericano en términos de sucesivas “olas” primero los pioneros,
luego los granjeros, después, la “Tercera Ola” de migración por los intereses
comerciales. En 1893, Frederick Jackson Turner citó y utilizó la misma analogía
de olas en su clásico ensayo The Significance of the Frontier in American
History. Lo nuevo, por lo tanto no es la metáfora de la ola, sino su aplicación
al cambio que se está produciendo en la Civilización actual. Esta información
está disponible en: Capítulos de Alfabetización.
http://www.geocities.com/ResearchTriangle/Forum/7053/capitulos/capitulo1.html.
Consultado el: 26-03-03
6. TOFFLER, A. y. H. Idem.
7.
PÁEZ URDANETA, I. Gestión de la inteligencia.
Aprendizaje tecnológico y modernización del trabajo informacional : retos y
oportunidades, 1992; p. 100
8.
[1]. PÁEZ URDANETA, I.
Op.Cit; p. 102
9.
MCCARTHY.
E. D. Knowledge as Culture : The new sociology of knowledge, 1996; p. 22-23
10.
ROEL PINEDA, V. La Tercera Revolución
Industrial y La Era del Conocimiento. Capítulo V: La irrupción de la Era del
Conocimiento. Los Primeros Indicadores.
Disponible en: http://200.10.68.58/bibvirtual/libros/Tercera_revoluc/cap051.htm.
Consultado el: 19-04-01
11. MANRIQUE, N. La
sociedad virtual y otros ensayos. Disponible en: http://www.andes.missouri.edu/andes/comentario/nm_sociedad.htm.
Consultado el: 17-02-01. Las comunidades virtuales, son grupos de
personas constituidos espontáneamente, en este trabajo nos referimos a las
características distintivas en el mutuo desconocimiento entre sus miembros.
12.
RIFKIN,
J. El fin del trabajo : Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo, 1997. p.
25
13.
DECLARACIÓN
Universal de los Derechos humanos. Disponible en: http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm.
Consultado el: 03-04-01
14.
El
resaltado es personal, para destacar la parte del texto que interesa a los
efectos de este trabajo.
15.
RIFKIN,
Op. Cit. p. 25
16.
RIFKIN, Idem. p. 27
17.
BUENO, E y SALMADOR, M. Idem.; p. 57
18.
DRUCKER, P. F. La sociedad
poscapitalista, 1998; p. 53
19.
MIRANDA, A. Los conceptos de organización
basada en la información, 1995; p. 2
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