No es la primera vez que un
sector de apátridas ofrece entregar parte del territorio de Venezuela. El año
1927 Estados Unidos convenció a un pequeño grupo de “independentistas” venezolanos
acerca de la conveniencia de amputar el estado Zulia del resto de la República
de Venezuela para constituir una supuesta república independiente: la República
del Zulia, integrada por el departamento Santander de Colombia, la Goajira y el
Estado Zulia. El propósito era apoderarse por completo de la riqueza petrolera
de la zona y ocupar un espacio geopolítico estratégico para el control del
resto de Latinoamérica. Para lograr sus fines acudieron a una maniobra imperial
de moda para la época: se hicieron las víctimas.
Los representantes de una
compañía estadounidense, la Smith y London declararon que sus propiedades
habían sufrido daños y perjuicios a consecuencia de las conmociones políticas
internas, y que el Estado no les había resarcido de las pérdidas materiales.
Ellos sabían que con sus exigencias violaban la doctrina del Derecho
Internacional que ya para entonces establecía que los empresarios extranjeros,
“se someten por el hecho de establecerse en un país para ocuparse en sus
negocios, a las mismas leyes y a los mismo tribunales que los ciudadanos de él,
y el Gobierno no puede hacerse responsable para con ellos de las consecuencias
de una conmoción, ni siquiera de una guerra civil, sin que esta responsabilidad
constituya una desigualdad injustificable entre los extranjeros y los
ciudadanos nacionales”.
Pero los capitalistas
gringos hicieron caso omiso del derecho público internacional. Solicitaron el
apoyo del gobierno de USA, apoyándose en la doctrina expansionista impuesta por
el presidente John Calvin Coolidge,
según la cual “donde existe la propiedad de un norteamericano, está el
territorio de EEUU, y nuestra Marina y nuestro Ejército lo protegerán”. Los
gringos instigaron a los separatistas venezolanos para que cercenaran el
territorio y se convirtieran en una especie de protectorado de la Casa blanca.
Afortunadamente, desde la
“Liga Antimperialista de las Américas” fue denunciado el intento de amputación
de nuestro territorio y se rechazó la
política injerencista de Estados Unidos y sus aliados internos. El comunista
Eduardo Machado escribió en el momento: “Los yanquis en posesión de la región
petrolera del Zulia, intentan separarla de nuestra nación, para repetir la
maniobra de Panamá. La separación del Estado Zulia finalizará con toda esperanza
de ser libres. Contra esa amenaza debemos estar alertas. La constitución del
Zulia en Estado independiente daría a los Estados Unidos una base de control
sobre nuestro desenvolvimiento económico y político. La constitución del Zulia
en Estado independiente es la pérdida de la soberanía”.
También durante la Guerra Federal mientras el pueblo
avanzaba en las conquistas sociales, la oligarquía solicitaba la invasión
foránea porque el país estaba “entregado
a todo género de excesos y a la guerra social”. A cambio de este “favor” entregarían
Guayana.
Para esta élite dominante,
solo la expresa injerencia podría resguardar sus riquezas y garantizar su
dominio político. Así, el
21 de noviembre de 1861, envía una carta al Gobierno Británico donde le
solicita la invasión a nuestra tierra y la entrega de una porción importante
del territorio ya que “la intervención
no podrá menos que producir los mejores resultados”. Manifiestan: “Es un deber que tienen las naciones
civilizadas de Europa tender la vista a estos países e intervenir en ellos de
una manera directa. Es este un deber que tienen que llenar las naciones
europeas para con las repúblicas suramericanas que necesitan su intervención
tutelar”. De paso aconsejan cómo debe ejecutar la invasión: “que se decida y
lleve a cabo la intervención de una manera igual a la que las tres potencias
Occidentales de la Europa emplean respecto a México.”
Proponen a cambio de la invasión,
entregar la Guayana entera a Gran Bretaña, es decir, toda nuestra actual Zona
en Reclamación en el Esequibo y los actuales estados Bolívar, Delta Amacuro y
Amazonas. Explican: “Hay en Venezuela, entre los hombres pensadores, la opinión
de que conviene a ésta desprenderse del territorio de La Guayana. Ninguna de
las naciones de Europa puede con más ventaja poseer a Venezuela como la Gran
Bretaña”. Luego de que el sur de Venezuela pase a manos de Inglaterra, la nueva
nación se convertirá en “un centro civilizador que repartirá su influencia
benéfica a todas estas repúblicas” profetizan.
No sabemos si los que negocian
hoy el Esequibo conocen estos episodios de la historia y se inspiraron en sus íconos
del pasado. Lo que sí sabemos es que el pueblo venezolano y su gobierno no permitirán
que nuestro territorio sea amputado y entregado como botín a los enemigos de
Venezuela.
Es así; como lo indica la historia, a la burguesía nunca le ha interesado el país o sus habitantes, solo piensan en sus intereses, y tienen una idea de que ser invadidos por los gringos es lo mejor que le puede pasar a una nación. Sin tomar en cuenta la devastación que traería dicha invasión, si llegase a ocurrir. Este tipo de gente, no tiene una idea de lo que significa la palabra "patria". Se olvidan de esa parte de la historia, cuando Cristobal Colon y su gente invadieron nuestro País, y nuestros valientes indios lo defendieron con la vida. Y hoy en día, el Pueblo Venezolano está dispuesto a defender a su Patria, con la vida si fuere necesario.
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