José Gregorio Linares: Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela, Profesor Investigador de la Escuela Venezolana de Planificación.
La historia nos demuestra que en los momentos decisivos las revoluciones se defienden, en última instancia, con las armas. Por tanto, un pueblo armado, organizado, movilizado y formado política, ética y militarmente es la única garantía de mantenimiento de una revolución y de sostén de un gobierno popular. Al respecto afirma Fidel Castro en el balance del golpe de Estado contra Salvador Allende: “Con pueblo sólo no se hace revolución: ¡hacen falta también las armas! …Con armas sólo no se puede hacer la revolución: ¡hace falta también el pueblo”.
La historia nos demuestra que en los momentos decisivos las revoluciones se defienden, en última instancia, con las armas. Por tanto, un pueblo armado, organizado, movilizado y formado política, ética y militarmente es la única garantía de mantenimiento de una revolución y de sostén de un gobierno popular. Al respecto afirma Fidel Castro en el balance del golpe de Estado contra Salvador Allende: “Con pueblo sólo no se hace revolución: ¡hacen falta también las armas! …Con armas sólo no se puede hacer la revolución: ¡hace falta también el pueblo”.
Ideas y Milicias: ¡Qué
creación!
La
experiencia latinoamericana demuestra que la lucha armada no siempre es el
camino para llegar al poder. Cada circunstancia histórica dirá qué estrategia
política aplicar: la vía electoral, el camino de las armas o una combinación de
ambas. Pero lo que sí es innegable es que, una vez tomado el poder, las armas
no pueden quedarse exclusivamente en manos de las fuerzas armadas
institucionales, por muy legalistas y democráticos que sean.
Esta es una
de las enseñanzas claves del comandante Hugo Chávez. Por eso insistió en
consolidar la alianza cívico militar y en crear las milicias bolivarianas: “parte
integral de las nuevas estructuras del poder comunal que venimos construyendo”.
Nos enseñó que el destino de un país y de un proyecto político emancipador no
puede depender exclusivamente de la estructura militar institucional, aunque se
le forme ; es indispensable que el pueblo organizado en milicias tenga acceso a
las armas y esté en capacidad de defender con armas y argumentos su revolución.
Repetía la frase de Simón Rodríguez: “Ideas y Milicias: ¡Qué creación!”.
Pancho Villa y las colonias
militares
Una de sus
fuentes de inspiración fue el líder de la Revolución Mexicana Pancho Villa quien propuso que una vez tomado el poder: “serán
establecidas en toda la República colonias militares, formadas por veteranos de
la revolución. El Estado les dará posesión de tierras agrícolas y creará
grandes empresas industriales para darles trabajo. Laborarán tres días de la
semana y lo harán duro, porque el trabajo honrado es más importante que el
pelear y sólo el trabajo así produce buenos ciudadanos. En los otros días
recibirán instrucción militar, la que, a su vez, impartirán a todo el pueblo
para enseñarlo a pelear. Entonces, cuando la Patria sea invadida, únicamente
con tomar el teléfono desde el Palacio Nacional en la Ciudad de México, en medio
día se levantará todo el pueblo mexicano de sus campos y fábricas, bien armado,
equipado y organizado para defender a sus hijos y a sus hogares”
Los pueblos desesperan por
verse armados
Si
estudiamos nuestra gesta independentista nos percatamos que el ejército
libertador estaba conformado fundamentalmente
por civiles de los estratos más humildes, que se incorporaron a la lucha. Estos
hombres y mujeres (que no habían tenido experiencia con las armas y que
aprendieron rápido), fueron capaces de derrotar a uno de los más grandes
ejércitos de ocupación colonial, como lo fue el comandado por Pablo Morillo. “Los
pueblos desesperan por verse armados y su seguridad lo exige imperiosamente”,
afirma Simón Bolívar.
Pocos años
antes (entre 1808 y 1814) otro pueblo,
el español, había derrotado, mediante la guerra de guerrillas, al ejército
invasor de Napoleón Bonaparte que pretendía instaurar un gobierno títere
dirigido por su hermano, a quien coronó como José I. Reconoce el oficial
francés Joseph Leopold Hugo en sus Memorias: “Es difícil hallar en la
historia otra guerra en la que los pueblos hayan tenido que hacer más
sacrificios y que lo hubieran hecho con
más unanimidad y más extraña constancia que la Guerra de España. Mientras en
Bayona los grandes nobles de la
monarquía española rendían honores al rey José, sencillos labriegos,
desconocidos artesanos se armaban. No encontramos ninguno de los nombres
ilustres de la nobleza española entre los jefes de estas guerrillas que tanto y
tan valerosamente acosaron al ejército francés“.
La resistencia indígena y
afroamericana
Igualmente
en América, cuando los conquistadores españoles y portugueses llegaron a
arrasar y a exterminar a nuestros pueblos, se encontraron con una resistencia
indígena sagaz y feroz, que en muchas oportunidades derrotó a los mejor armados
invasores europeos. En Venezuela el arte de la guerra de nuestros antepasados
derrotó en innumerables ocasiones a los conquistadores. ”En el caso de las
etnias caribe de la región centro costera venezolana, diversas expediciones
fueron organizadas por los españoles entre 1555 y 1567 para tratar, sin éxito,
de conquistar el valle de los caraca y su región litoral, las cuales
consumieron gran parte de los recursos humanos y fiscales de los colonialistas.
La feroz resistencia de las tribus caribe, comandadas por sus jefes guerreros
Guaicaipuro, Paramaconi y Terepaima, quienes controlaban el valle de los caracas
y las montañas que lo rodean, imposibilitó la instalación de un asentamiento
castellano estable hasta 1568”. (Mario Sanoja e Iraida Vargas, La Revolución Bolivariana, Historia,
Cultura y Socialismo)
Lo mismo
puede decirse de otros pueblos indígenas que resistieron militarmente durante
más de tres siglos a los españoles. Entre ellos los del Cono Sur: los charrúas
del Uruguay, los indios de las pampas argentinas, los guaraníes del Paraguay, los mapuches
chilenos. Los versos de Alonso de Ercilla en La Araucana, según los cuales la gente araucana no ha sido por Rey jamás
regida / ni a extranjero sometida, expresa esta realidad. En España esta
región era temida por la contundencia militar indígena. Fue bautizada como “El
cementerio de los españoles”.
También los
negros traídos por la fuerza desde África y de esclavos y a los esclavistas. En
1553 el Negro Miguel liderizó el primer alzamiento que tuvo lugar en Venezuela.
Los insurgentes se organizaron en cumbes que se mantuvieron firmes e
irreductibles. El más famoso en Suramérica fue el "Quilombo de los
Palmares", en el Brasil. Albergó unos 20.000 rebeldes y se mantuvo entre 1580
y 1710 en un área de casi 600.000 kilómetros cuadrados.
Las lecciones
Cuando se trabaja para consolidar
un proceso revolucionario las armas en poder del pueblo desempeñan un rol
fundamental. Por tanto, la defensa
militar debe estar también en manos de las milicias, es decir, del pueblo llano
organizado. De modo que la Patria y los humildes manejen las armas y los conocimientos
castrenses que le permitan cumplir con su deber y hacer respetar sus derechos. Solo
así podremos derrotar a los enemigos de los procesos revolucionarios. Decirles
con certeza: ¡no pasarán! Y gritar con seguridad: “El pueblo unido jamás será
vencido; el pueblo armado jamás será aplastado!
La importacia que tiene el entranamiento militar en el sentido de la Union Civico-Militar ha sido fundamental para ir avanzando en el Proceso de Construccion de la Patria que queremos a travas de la Historia nosotros hemos demostrado que somos un Pueblo de Lucha y que los momentos de dificultad no podran someternos. Nosotros debemos saber y conocer las potencialidades que tenemos para vencer tecnicamente a la Guerra: Mediatica, Psicologica, Economica y otras a las que hemos sido sometidos.
ResponderEliminarRecordemos a Viet-Nam con menos tecnologias y recursos pudieron vencer a USA. hago incapie en este ejemplo ya que a lo endogeno tenemos elementos naturales que no hemos colectivizado a nivel de Guerra tangible y que nos pueden servir para dominar y aterrorizar a los paises que quieren someternos.