El problema no es aplicar más pruebas, sino que den negativo. Hugo Casanova


Hugo Casanova. Estadístico. Docente investigador de la FEVP

Ya se ha hecho regla común afirmar que “a mayor cantidad de test de despistaje aplicados a la población, mayor es la cantidad de contagiados detectados”. Así como está escrito, es falso, pues es un juicio apriorístico, ya que supone previamente dos cosas, 1., que la población está contagiada y 2., que tales contagios son indetectables sin la prueba, cosa que nos remite a discusiones interesantes desde el punto de vista epistemológico, ontológico y operativo; en este artículo nos interesa el tercero, pero haremos referencia al primero.
Epistemológicamente hablando la enfermedad puede detectarse en dos niveles científicos, el observacional y el experimental; es decir, a nivel de síntomas y a nivel de confirmación; ambos están relacionados pues el primero hace sospechar de su presencia y el segundo contrasta la hipótesis. El que desee verificar la patología, pues se aplicaría la prueba experimental para covid-19 y si da positivo pues tienes un caso ¿y si no se confirma, dado que tiene síntomas?, se tendría que hacer pruebas de otro tipo hasta que alguna diera en el blanco con lo que tiene el paciente, pero se habrá incurrido en torpeza metodológica y en elevados costos operativos. Por eso la clínica y la experiencia con el problema son importantes a la hora del diagnóstico; pero igualmente, hay factores contextuales que pudieran anticipar el problema, si se tomaran en cuenta, los factores de riesgo.
Así, los síntomas engañan a un observador confundido, dos problemas en uno que tiene lo meramente observacional y que se contrasta con lo experimental. Por una parte, los síntomas podrían ser indicadores de varias patologías (el problema viene fundido) y que implica que el observador puede confundirse, creer que es A cuando es B (el problema confunde); en general los problemas de diagnóstico son así, tratar la cosa como B cuando es A, aunque muchas veces se trató algo como B y funcionó. El problema epistemológico es grueso en ciencia; por lo tanto, debe desfundir el problema y desconfundir al observador.
Esta descripción opera para casos individuales y corrientes, la persona que acude a un centro de salud porque siente que algo no anda bien y si el médico anda un tanto confuso, pide una segunda opinión o manda un examen de laboratorio; pero el caso es diferente cuando se trata de una epidemia, es decir, cuando afecta a un colectivo más allá de una cierta cantidad de casos (una golondrina no hace primavera); y en general los gobiernos sienten confianza en sus sistemas de salud. Pero esta epidemia llevó a algunos gobernantes al estado de confusión (querer fundir dos cosas in-fundibles), la epidemia iba a hacer colapsar los sistemas de salud, esto se vio claramente en Wuhan, pero Trump, Bolsonaro, Duque o Piñera, entre otros, creyendo que sus sistemas atraparían al Covid-19 (fusión de lo infundible, con-fusión, incapacidad de hacer síntesis) no hicieron mayor cosa, pronto verían que a esta enfermedad hay que atacarla primeramente afuera del centro de salud, pues estos pueden hacer poco si no hay vacuna; de modo que viene la cuarentena social y no la decretaron o lo hicieron aun confundidos. De modo que una vez que la epidemia entra el problema se complica siendo la aplicación masiva de pruebas uno de los medios de saber por dónde anda.
Si se tuviese una cantidad suficiente de test, se podría aplicar de modo masivo, pero no indiscriminado pues entramos en un problema de maximizar el beneficio de la aplicación de las pruebas a un cierto costo y, dado lo masivo del problema, se corre el riesgo de agotamiento de los test. De este modo la propia OMS ha recomendado su aplicación masiva “testear, testear, testear, testear todos los casos sospechosos” dijo su director Adhanom Ghebreyesus. Así, siendo un problema operativo, el asunto ahora es cómo repartir los costos de la aplicación de los test y en este punto se han aplicado varias fórmulas que resumiremos. Tomaremos la noticia del periódico venezolano Ultimas Noticias (por Odry Farnetano, 01-04-2020), aunque deben existir otras fuentes.
México, aplica de modo gratuito las pruebas, el costo en las clínicas privadas oscila entre los 252 y 420 $, los test tienen un costo de producción de 96$. Chile, fijó el precio de los test en un tope de 29,36$ y en las clínicas privadas entre 58,71$ y 70,46$. Ecuador aplica las pruebas en 80$ cuando la autoriza una autoridad de salud publica y en 120$ cuando es ordenada por un médico privado. Paraguay aplica las pruebas de forma gratuita y las clínicas privadas en unos 116$. En Perú el gobierno sufraga los costos de los test los cuales les cuestan 4$ la prueba rápida y 58$ la molecular. Brasil sufraga los costos de los test aplicados en hospitales públicos y los privados cuestan unos 70$. En Colombia el gobierno sufraga los costos de los test los que le cuestan unos 80$. Argentina los test son gratuitos y aplicados no solo por el gobierno sino por las clínicas (test gratuitos) y las universidades. Uruguay aplica los test directamente en los vehículos y de forma gratuita, aunque los privados cobran hasta 137$. Venezuela los test son gratuitos y aplicados por el gobierno.
Ahora bien, volviendo a nuestro problema inicial ¿a mayor cantidad de test mayor cantidad de detección? Dijimos que esto implica el prejuicio de creer que la epidemia es total pues si no hubiese epidemia los test darían negativos, por lo tanto, la aplicación masiva de test debe resignificar el problema no de un modo tan absoluto sino mas bien operativo. Veamos esto con la cantidad de pruebas aplicadas en América Latina. No hallamos una tabla actualizada de aplicación de pruebas, solo la de Statista.com al 19 de mayo de 2020 para los países Latinoamericanos.
De acuerdo con el lema dado por el director de la OMS, la eficacia de los test tendría como referencia un test aplicado por un caso hallado (1T:1C) de modo tal que a un 100% de test le correspondería un 100% de casos si la epidemia fuese máxima. La tabla 1 más abajo muestra que la mayor paridad entre test y casos la tiene Brasil con 2,7 pruebas por cada caso, indicando que la epidemia es fuerte pues se aplicaron 735.224 pruebas y se detectaron 271.885 casos; la mayor disparidad la tiene Venezuela con 940,3 pruebas por cada caso hallado, indicando que en las zonas donde se han aplicado las pruebas la enfermedad es de baja frecuencia, esto es, de 581.082 pruebas aplicadas se hallaron 618 casos. De esta forma podemos ordenar el tamaño de la epidemia según el esfuerzo hecho por el estado. La tabla 2 muestra este ordenamiento.

Tabla 1. Cantidad de pruebas aplicadas covid-19 aplicadas al 19 de mayo de 2020, ordenadas según cantidad de pruebas aplicadas
País
Pruebas1
Total Casos2
Prueba/caso3
Brasil
735.224
271.885
2,7
Perú
661.132
99.483
6,6
Venezuela
581.082
618
940,3
Chile
381.011
49.579
7,7
Colombia
201.808
16.935
11,9
México
177.133
51.633
3,4
Argentina
105.829
8.809
12,0
Ecuador
96.536
34.151
2,8
Cuba
83.868
1.887
44,4
El Salvador
60.341
1.498
40,3
Panamá
51.105
9.867
5,2
República Dominicana
50.108
13.223
3,8
Uruguay
34.384
738
46,6
Guatemala
20.820
2.001
10,4
Costa Rica
20.352
882
23,1
Paraguay
20.124
829
24,3
Bolivia
14.803
4.263
3,5
Honduras
10.775
2.798
3,9
Jamaica
8.674
520
16,7
Barbados
4.004
88
45,5
Trinidad y Tobago
2.720
116
23,4
Granada
2.419
22
110,0
Haití
2.120
533
4,0
Fuente: la selección de países y la cantidad de pruebas son de Statista.com al 19 de mayo; no especifica el tipo de prueba
(1) Statista.com
(2) Worldometer.com
(3) cálculo hecho con base en las columnas anteriores
(.) El punto es separador de miles y (,) la coma de decimales

Obsérvese que la epidemia tiene paridad entre (2,3] para Brasil y Ecuador; entre (3,4] México, Bolivia, Rep. Dominicana, Honduras y Haití; estos serían los países de mayor impacto de la epidemia según el esfuerzo de los países para detectarla. Obviamente que este indicador contribuye a interpretar la aplicación de los test mas allá de la simple creencia según la cual a más test más casos; lejos de esto la aplicación masiva evidenciaría el esfuerzo del Estado por contenerla, el éxito se vería en que, a mayor cantidad de pruebas, más casos negativos.

Tabla 2 Cantidad de pruebas aplicadas covid-19 aplicadas al 19 de mayo de 2020. Ordenadas según la paridad prueba/caso
País
Pruebas1
Total Casos2
Prueb/caso3
Brasil
735.224
271.885
2,70
Ecuador
96.536
34.151
2,83
México
177.133
51.633
3,43
Bolivia
14.803
4.263
3,47
República Dominicana
50.108
13.223
3,79
Honduras
10.775
2.798
3,85
Haití
2.120
533
3,98
Panamá
51.105
9.867
5,18
Perú
661.132
99.483
6,65
Chile
381.011
49.579
7,68
Guatemala
20.820
2.001
10,40
Colombia
201.808
16.935
11,92
Argentina
105.829
8.809
12,01
Jamaica
8.674
520
16,68
Costa Rica
20.352
882
23,07
Trinidad y Tobago
2.720
116
23,45
Paraguay
20.124
829
24,28
El Salvador
60.341
1.498
40,28
Cuba
83.868
1.887
44,45
Barbados
4.004
88
45,50
Uruguay
34.384
738
46,59
Granada
2.419
22
109,95
Venezuela
581.082
618
940,26
Fuente: la selección de países y la cantidad de pruebas son de Statista.com al 19 de mayo; no especifica el tipo de prueba
(1) Statista.com
(2) Worldometer.com
(3) cálculo hecho con base en las columnas anteriores
(.) El punto es separador de miles y (,) la coma de decimales





Comentarios

  1. Agradezco al prpfesor Hugo Casanova su esfuerzo por sistematizar una información que suele presentarse en forma dispersa y por desmontar algunos mitos relacionados con la temática que aborda.

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