Vigilancia epidemiológica desde lo clásico o cuidados epidemiológicos desde lo crítico. Reflexiones en tiempos de pandemia. Ana Rodrigues
Ana María de la Caridad Rodrigues Rodrigues. Docente Investigadora Instituto Altos Estudios Dr. Arnoldo Gabaldon. Participante del Diplomado en Planificación de Políticas Agroalimentarias.
Correo: anamrodrigues1985@gmail.com
ORCID ODI: https://orcid.org/0000-0002-6143-684X
Lo tradicional de la epidemiología nos ha condicionado a estar en vigilancia pasiva o activa ante enfermedades o muertes, que muestran panoramas no tan amplios de lo que debemos ver. Nuestros indicadores marcados en cada boletín epidemiológico o anuarios de mortalidad se ven desde lo pragmático funcionalista - tecnocrático- ahistórico, descontextualizado y por ende disyuntivo de la esencia de la epidemiología clásica.
Este reduccionismo que notamos en la mayoría de las enfermedades actuales, las causas de muertes, las epidemias y pandemias generadas, ha obviado otras dimensiones de la producción social de la salud: la gente, sus modos de vivir, su mundo de acción y relación. Se han construido en toda una serie de representaciones simbólicas que han distorsionado lo que significa la salud como un componente de la calidad de vida. Más allá de las respuestas en salud con enfoques curativistas- preventivistas, higienistas, se reproduce un modelo de práctica en salud de fragmentación, separándose lo preventivo de lo curativo, lo biológico de lo social y lo individual de lo colectivo; bajo la influencia del marco epistémico que se nutre del paradigma cartesiano y la visión funcionalista.
Vigilar además de ser un verbo controlador, ampliamente utilizado desde la intervención militar, trae inmersa una serie de actividades que examinar tras definiciones de casos, controlar brotes, supervisar data de unidades notificantes, es orientar nuestras actividades hacia la esencia del CUIDADO EPIDEMIOLÓGICO, integral, participativo, con reconocimiento de los aspectos que determinan la salud de nuestros pueblos, desde sus saberes, sus experiencias para avanzar, sin tener que hacer tantos cruces y comparaciones estadísticas, sino simplemente escuchar las voces de todos y todas.
Lejos del arsenal de instrumentos como cuestionarios, guías, fichas epidemiológicas, debemos comprender el trasfondo de nuestras técnicas y el verdadero fin de nuestra praxis en epidemiología. No ver la participación corresponsable de la sociedad como un requisito más para desarrollar una investigación que se permea por categorías nuevas. Es que el planteamiento de la realidad, las propuestas metodológicas y el futuro accionar surja del consenso del colectivo.
La vigilancia epidemiológica se mueve revelando casos de individuos desde la enfermedad y la muerte. El cuidado epidemiológico desde la epidemiología crítica devela los estilos de vida (Individual), los modos de vida de los grupos sociales (Particular) y las condiciones políticas, culturales, sociales, económicas sujetas a los modos de producción social (General) que más que conjugarse, se subsumen para formar un solo cuerpo (Breilh, 2013).
Más que ver poblaciones, personas que sumamos, grupos dentro de un mismo espacio geográfico y que comparten características similares, dejamos por fuera el contexto social e histórico. Analizamos en la vigilancia epidemiológica desde sus distintas modalidades (pasiva, centinela y activa) variables como sexo, edad, procedencia, residencia, patología, pero no se toma en cuenta las microhistorias que se construyen en los territorios, mucho menos la subsunción de las condiciones que giran en las historias locales, regionales, nacionales e internacionales.
Movilizados por lo anterior, el contraste de vigilancia convencional a los cuidados desde la epidemiología crítica, marcan su camino, más allá de los organismos vistos en un microscopio, transcendiendo la génesis del proceso a la construcción más allá de lo específico, sino desde puntos que configuran su esencia y su apariencia.
Cambiar es nuestra tarea. El universo, la humanidad y la historia no los exigen. Los cuidados epidemiológicos buscan desde una ontología más integradora, que se reconozca en el ser y sus contextos unas realidades complejas, de múltiples dimensiones. Sin subestimar la dimensión científico-técnica de la vigilancia convencional de la epidemiología clásica; ya que concebimos a la epidemiología crítica como teoría y acción, debemos asumir nuevas interpretaciones, repensar la comprensión epistemológica y generar nuevos saberes teóricos y metodológicos a partir de los cuales, se diseñen políticas públicas pertinentes que logren impactar la problemática social desde diferentes miradas.
Referencias:
Breilh J (2013). La determinación social de la salud como herramienta de transformación hacia una nueva salud pública (salud colectiva). Rev. Fac. Nac. Salud Pública 2013; 31(supl 1): S13-S27.
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