Reflexiones del proceso de comprobación de la gestión productiva en la planificación del hábitat a escala de la ciudad comunal. Caso de estudio: sector Residencias Santa Cruz de Aragua, Municipio José Ángel Lamas, Estado Aragua, Venezuela.
Autores: Msc. José Félix Rivas Lobo, Licda. Thayde Monzón, Dr. José García, Msc. Tibisay Chakal, Ing. Luis Márquez, Licda. Ariana Pacheco, Licda. Yennys Ramírez, Arq. Rodrigo Barrios, , Msc. Edward Castillo, Licda. Génesis Mosqueda
Egresados del Diplomado en Planificación del Hábitat y la Ciudad Comunal
INTRODUCCIÓN
La gestión productiva del
hábitat se relaciona directamente con el proceso organizativo de sus habitantes,
sus acciones individuales y colectivas, las cuales pueden tener un impacto ecológico
y social tanto positivo como negativo, si no se toman las acciones y medidas
ambientales oportunas.
Esta gestión productiva ha
estado asociada al sistema capitalista mundial a partir de la denominada Edad
Moderna, que inicia en Europa a partir del siglo XV, vinculado estructuralmente
con un proceso Colonialista; la cual ha perdurado hasta la actualidad barnizada
como “modernidad”, trayendo consigo la aplicación de modos de gestión
productiva ambientalmente insostenibles y perjudiciales para las presentes y
futuras generaciones, por los graves daños que ya ha causado, algunos irreversibles
desde el punto de vista ecológico; y con graves consecuencias negativas para la
humanidad.
Como referencia a tales tipos de relaciones
diversos estudios documentan incontables casos, como los que se citan a continuación:
Las sociedades o grupos sociales actúan sobre el
ambiente según las representaciones que se hacen de sus relaciones con él.
Estas representaciones favorecen las extracciones devastadoras o, por el
contrario, ejercen un efecto limitador sobre ellas (Martínez, 2009, p. 9).
La crisis actual está ligada al sistema capitalista y
a sus valores basados en el productivismo y el consumismo, cuyas consecuencias
se sienten fuertemente cada día a través del calentamiento climático, el
individualismo, el crecimiento de las desigualdades, una socialización cada vez
más informatizada, los crecientes niveles de estrés y depresión, muchas veces
por la incapacidad de consumo, de alcanzar cierto estatus o cierta aceptación
en la sociedad, etc. (Le Quang y
Vercoutére, 2013, pp. 50-51).
En Venezuela el proceso de la gestión de
producción no ha escapado de esta realidad, evidenciando distorsiones y
conflictos en el uso del suelo, fenómeno asociado a los procesos de expansión
urbana desde principios del siglo XX, entre ellas el desarrollo de los espacios
productivos en la depresión del Lago de Valencia, donde se localiza el caso de
estudio que se desarrolla en el presente ensayo. Tal proceso histórico lo
respaldamos en las siguientes citas:
En Venezuela, desde la conquista y colonización
española, los sistemas feudal y capitalista han sido determinante en la
producción del espacio en las ciudades, en las dimensiones de los espacios
mencionados. Éstas resultan de la acción institucional e individual y colectiva
de personas conformadas como agentes y/o actores sociales (estatales, privados,
comunitarios) que idealizan e intervienen, es decir, gestionan los territorios
donde se materializarán sus manifestaciones culturales acorde con la clase
social a la cual pertenecen (Rauseo, 2012, p. 20).
Desde 1936 y debido al creciente proceso de
industrialización de la zona el porcentaje de suelos dedicado a la agricultura
a orillas del lago, ha disminuido considerablemente; esto incluso teniendo en
cuenta el proceso de desecamiento de sus aguas, casi ininterrumpido desde el
siglo XVI, que ha dejado al descubierto grandes extensiones de terreno ocupadas
hoy por urbanizaciones industriales y habitacionales (FUNDACITE, 1999).
La expansión desordenada del área urbana ha
originado cambios violentos en el uso de la tierra, invadiendo áreas agrícolas
de gran productividad; eliminando vegetación natural; disminuyendo la
disponibilidad de los recursos de agua y ocasionando problemas de contaminación
ambiental
(MARNR, 1986 tomado de Sucre, 2003).
Como parte del proceso de evaluación de la
tercera cohorte del Diplomado “Planificación del Hábitat y la Ciudad Comunal”,
en el presente ensayo grupal se desarrolla una reflexión holística y ampliada
donde se integra el ejercicio práctico desarrollado en el módulo 3.
DESARROLLO
La actividad del módulo 3 correspondiente
al diplomado “Planificación del Hábitat y Ciudad Comunal” consiste en la
aplicación de varias metodologías como la denominada “Rueda Socialista” a un
determinado caso de estudio que en este caso corresponde al Sector Residencias
Santa Cruz de Aragua Etapas I y II, municipio José Ángel Lamas del estado Aragua.
Seguidamente a través de un “Cuadro Sinóptico” se desarrolla un diagnóstico
orientado a la dimensión productiva para finalmente implementar “Propuestas” en
base al siguiente objetivo general: Comprobar la función de la Dimensión Producción en la
Planificación del Hábitat a escala de la Ciudad Comunal teniendo como Caso de
Estudio el Sector Residencias Santa Cruz de Aragua.
Cabe
destacar que la metodología de evaluación correspondiente al módulo 3 persigue
la praxis de cada una de las premisas teóricas aprendidas en los primeros dos
módulos del Diplomado. Las propuestas de cada uno de los objetivos del presente
ejercicio tuvieron como principal requerimiento desarrollarse bajo el enfoque
Ecosocialista enmarcada en una premisa de sustentabilidad y sostenibilidad en
la producción del hábitat.
La Ciudad Sustentable es aquella capaz de
satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las
futuras generaciones. La finalidad es reducir el impacto medioambiental y
mejorarla calidad de vida de sus residentes, estableciendo nuevas formas de
relaciones interpersonales, con el ambiente, con el espacio urbano y con la
economía de autoproducción (Collell, 2007)
El
enfoque ecosocialista está asociado a los derechos universales del hombre.
Bansart (2009) sostiene este argumento en su libro “Ecosocialismo” donde lo
define como un sistema político que mantiene un equilibrio ecológico y social,
en correspondencia a los Derechos Humanos, entre ellos el Derecho a los
Espacios: comunitarios, públicos, semipúblicos y privados y, el Derecho a la
Tierra.
Dicha propiedad, sustentada desde sus orígenes
en valores sociales y culturales comunales, no puede tener vigencia plena
dentro una sociedad capitalista, ya que todos los valores sociales y culturales,
así como las normas jurídicas del capitalismo, consagran el derecho de una
clase a poseer tanto los medios de producción como los bienes y servicios que de
ellos derivan (Sanoja y Vargas-Arenas, 2016, p. 16)
Hábitat concebido como medio físico artificial,
aquel medio natural modificado por los habitantes de una sociedad -que es
manifestación de relaciones sociales de producción específica (ej. capitalista
en el siglo XX, con dominio del lucro)-, hacia otra donde domine la vida digna
de todos los sujetos-objetos sociales; y de sus formas de asentamientos -urbanos,
rurales, indígenas, otros- que, además de ser reflejo y símbolo de su práctica
social y su práctica espacial, condiciona significativamente estas prácticas.
Hábitat como medio para asentar a la humanidad y sus procesos
espacio-tiempo-sujeto-objeto-praxis de lo social, lo económico, lo político, lo
cultural para determinar lo físico y viceversa (Rauseo, 2019).
Concebimos la ciudad como una totalidad de
producción humana, de producción social; en consecuencia, todo alrededor de
ella tiene connotaciones estructurales. Más específicamente, la estructura
urbana, y dentro de ella los componentes de la sociedad, en cuanto a la
estructura económico-socio-cultural y la producción de un espacio social: el
espacio urbano. Consideramos que los asuntos de la producción morfológica de la
ciudad están fundamentados en la estructura del modo de producción capitalista
en Venezuela durante el siglo XX (Rauseo, 2012, p. 19).
La ciudad como estructura física, es un espacio
socialmente construido, que se produce y se reproduce acorde con las
características de las formas de vida humana de los momentos históricos por la
cual ella transcurre en el tiempo; que le dan origen, que la determinan y
seguirán determinando materialmente en función de las relaciones sociales que la
caracterizan. Todo se centra en la condición de la estructura cultura” (Rauseo,
2012, p. 20).
El carácter relacional de la ciudad está
determinado por las ideas del sistema en las relaciones humanas que se han
desarrollado a lo largo del tiempo y en la materialización de su dimensión en
el espacio físico, y también en el espacio de lo social, lo económico, lo
político y lo cultural (Rauseo, 2012, p. 20).
Lo anteriormente expuesto, nos lleva a
superar la idea capitalista del crecimiento económico y de la acumulación
continua de bienes materiales. Liberarnos de la sociedad del crecimiento, es
dejar la búsqueda permanente de ganancias obtenidas explotando a los seres
humanos y a la naturaleza, evolucionar desde las formas de producción
construyendo una economía sustentada en la reproducción de la vida y no
solamente en la reproducción del capital. Alcanzar los cambios requeridos y
establecer ciudades sustentables, forma parte de procesos humanos
emancipatorios, donde los objetivos económicos deben estar sometidos a las
leyes de funcionamiento de los sistemas naturales, sin perder de vista el
respeto a la dignidad humana y gestionando siempre asegurar la calidad en la
vida de todas las personas.
La Sustentabilidad Urbana consiste en encontrar
formas de producción y distribución de recursos existentes de forma socialmente
cohesiva, económicamente eficaz y ecológicamente sólida (Collell, 2007)
En
base a los resultados obtenidos del método de la “Rueda
Socialista” para el caso de estudio, se evidenció debilidad en lo
correspondiente al abordaje PRODUCTIVO,
donde no existen planes comunales para el intercambio de saberes en la
formación productiva y poca o ninguna promoción de cadenas productivas que
impulsen las potencialidades locales, inventiva tecnológica, plan de incentivo
de emprendedores, poca participación de la comunidad, elementos suficientes que
justifican por si misma que los proyectos socioproductivos que demanda la
comunidad actualmente para su desarrollo endógeno no tengan un resultado satisfactorio
en cuanto a su aprobación y financiamiento.
El “Cuadro Sinóptico” elaborado en el Foro
1 concluye en lo productivo que la población se ubica en un estrato social
medio, con casi un tercio de la población adulta mayor, sin embargo, es una
población económicamente muy activa, con vocación productiva diversa. Aunque la
zona es de uso residencial, el área se localiza bordeada por importantes
espacios productivos en lo industrial al Oeste, en lo agrícola al Sur y
comparte equipamiento urbano con otras comunidades vecinas al Norte y al Este.
Por la localización (ver plano Anexo), resulta una oportunidad el ubicarse
entre áreas agrícolas e industriales, especialmente para propiciar Empresas de Propiedad
Social. En algunas de sus áreas verdes se han iniciado actividades de
agricultura urbana y patios productivos (ver Anexo 3) pero hay debilidad en la
gestión para la producción, salvo los CLAP, exclusivamente como método
cogestionario con las instituciones del Estado.
En tal sentido, luego de haber realizado
la visión diagnóstica a través de la “Infografía” desarrollada en el Foro 2 con
la revisión de cinco dimensiones, en las que luego se profundizó una a una para
configurar en nuestro equipo la dimensión productiva; en esta parte metodológica
se vuelve del análisis a la síntesis para reunir toda la información y alcanzar
las diversas alternativas de soluciones a los diversos problemas, necesidades o
debilidades detectadas, en la búsqueda de un plan de desarrollo comunal que
pueda dar respuesta en corto, mediano y largo plazo a tales inquietudes; aunque
en el caso se centra en lo productivo, no visto como un tema aislado, sino de
forma integral al conjunto, no restringido al área inicial de estudio, el
conjunto Residencias Santa Cruz, sino abarcar los demás sectores vecinos, con
sus diversos usos y habitantes, integrados como ámbito comunal y bajo las
figuras de organizaciones e instancias del Poder Popular articuladas, hacia una
nueva economía ecológica y social, con una visión de hábitat humanizado y no un
desarrollo arrollador.
La Ciudad Comunal, expresión del
Estado-Comunal, es parte integral de las estructuras del Poder Popular que se
están construyendo (…) Por ello, se propone acercarnos –desde la dialéctica- a
su construcción conceptual, considerando sus escalas, actores y competencias
dentro del sistema de planificación y gestión nacional y popular (Herrera,
2019).
De esta manera el estado al constituir la
Ciudad Comunal, está otorgando al pueblo la capacidad de gestionar y
descentralizar el poder público sobre los intereses de los ciudadanos, en temas
relacionados con la educación, salud, seguridad y producción económica dentro
del propio hábitat donde se desenvuelve.
Es
evidente que para alcanzar la superación del modelo rentista, se debe construir
un modelo de producción, transformación y distribución justo y eficiente, que
garantice a la población el acceso oportuno y suficiente a los bienes y
servicios esenciales para la satisfacción de las necesidades sociales.
El ecosocialismo se basa en la crítica del modo
de producción y de consumo capitalista, pero también del concepto de progreso
que compromete la salvaguardia del ambiente y amenaza a mediano plazo la
sobrevivencia de la especie humana. Una primera afirmación del ecosocialismo es
que el capitalismo es incompatible con la ecología y la protección de la
naturaleza en la medida que la expansión del capital, a través del aumento de
los beneficios, supone necesariamente el consumo de recursos naturales que son
finitos, sobre todo aquellos no renovables como el petróleo y el gas, sobre
cuyo consumo se ha construido nuestra sociedad (Le Quang y Vercoutére, 2013, p.
50).
En este
sentido, es esencial en lo político la profundización de la democracia popular
directa, participativa y protagónica, la transformación del Estado a un Estado
revolucionario, ecosocialista, de gestión comunal y amplia participación protagónica
de las bases sociales, que despierte la conciencia política en el marco
liberador de la descolonización cultural del sistema capitalista, por tal
razón, se hace necesario establecer planes y proyectos que agilicen el ciclo
comunal, garantizando con ello las propuestas productivas que inciten a la comunidad
a alcanzar los objetivos establecidos en el Plan de la Patria 2019-2025, como
base jurídica junto a la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, carta
estratégica de planificación que guía la ruta de la transición al Socialismo
Bolivariano del siglo XXI.
El Quinto Objetivo pretende “contribuir con la
preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana”,
refuerza fundamentalmente el Segundo objetivo dado que pasa también por la
construcción de un modelo productivo ECOSOCIALISTA, basado en una relación
armónica con la naturaleza, respetándola y aprovechando a la vez, de manera
racional y óptima, los elementos que nos ofrece y son necesarios para la vida
(Ochoa, 2019).
A continuación,
citamos a dos autores de la obra “El giro decolonial” que definen términos como
“decolonialidad” e “interculturalidad” ajustados a los cambios de conciencia
cultural referidos en el párrafo anterior:
…la decolonialidad es un proceso de
resignificación a largo plazo, que no se puede reducir a un acontecimiento
jurídico-político (Grosfoguel, 2005, p. 17).
La interculturalidad ofrece un camino para
pensar desde la diferencia a través de la descolonización y la construcción y
constitución de una sociedad radicalmente distinta. El hecho de que este
pensamiento no trasciende simplemente la diferencia colonial, sino que la
visibiliza y rearticula en nuevas políticas de la subjetividad y una diferencia
lógica, lo hace crítico porque modifica el presente de la colonialidad del
poder y del sistema mundo moderno/colonial (Walsh, p. 57).
Las propuestas
se implementaron bajo el criterio de establecer la gestión y
la cogestión como acción participativa y protagónica que garantice la
solidaridad, compromiso, corresponsabilidad, cumplimiento de misiones, y otras
que pueden aparecer en el proceso socioproductivo. La materialización de
planes, programas, proyectos, ejecución, contraloría y construcción de hábitat
con enfoque ecosocialista que asegure los derechos sociales, económicos,
políticos, físicos y culturales del Sector Residencias Santa Cruz de Aragua
Etapas 1 y 2, en el marco del proceso de construcción de la Ciudad Comunal
La gestión es determinante en los procesos de
urbanización. Por ello, planteamos como paradigma del habitar el espacio urbano
una nueva lógica que debe ser la lógica del espacio social urbano, en oposición
a la lógica hegemónica del espacio del capital en lo urbano. Nuevas relaciones
a concebir, a producir, para la transformación de las existentes. (Rauseo,
2019).
Un aspecto importante es la gestión como asunto
dinámico en el tiempo. Los asentamientos humanos se inician con la gestión para
la producción social inicial de los mismos, para luego suceder los procesos de
gestión para su transformación social, en donde cambian por la acción de los
entes dominantes de la sociedad, reconfigurándolos acorde con la dinámica de
sus intereses (Rauseo, 2012, p. 25)
En ese sentido se propone, que el espacio
público, de gestión y cogestión, abarque además de la dimensión productiva la
vida en su integralidad con expresión en el Buen Vivir, el establecimiento de
relaciones sociales de reciprocidad y complementariedad entre las personas y
con el ecosocialismo, lo que hace necesario que la definición de las políticas
públicas extermine el imaginario eurocéntrico del Desarrollo que las sustenta
(salario, mercado, ganancia, explotación de la naturaleza, relaciones sociales
sujeto-objeto) y evolucione a políticas públicas de gestión y cogestión
pensadas, diseñadas, ejecutadas y evaluadas con un despliegue de institución de
la solidaridad económica, de la economía de los trabajadores, con sus rasgos
propios orientadas a la reproducción y consolidación de la solidaridad
económica.
También hay que destacar que de un total
de 41 acciones propuestas en el Foro 3 respecto a la metodología de programas
de acciones a corto, mediano y largo plazo, se desarrollaron en base a 18
objetivos específicos, donde se persigue implementar
acciones tendentes a incentivar la participación de los habitantes del caso de
estudio, conjugar la gestión social, establecer centros de
formación socialista y escuelas técnicas para las empresas de Producción Comunal
Socialista, impulsar acciones en la comunidad organizada para la obtención de
recursos financieros por autogestión interna y cogestión con terceros que
permitan obtener insumos para el desarrollo de proyectos socioproductivos, generar e integrar espacios y corredores viales, activar
flujos socioeconómicos y mejorar las dinámicas territoriales de forma ordenada
y a partir de los lineamientos del ecosocialismo, promover programas sustentables
y sostenibles que integren el control, manejo y disfrute de los recursos
naturales, garantizando así la conservación, protección de la diversidad
biológica y el recurso hídrico. De igual forma, impulsar proyectos como
alternativas de producción y aprovechamiento del recurso acuífero de la zona,
utilizando su productividad natural y al mismo tiempo su administración y
conservación como el rio Aragua y el embalse de Taguaiguay.
¿Qué significa
participar colectivamente en la construcción de la ciudad según nuestros
deseos? en primer lugar, “colectivamente” nos remite a una acción no de
individuos ni tampoco de grupos con intereses particulares, sino por el
contrario, se refiere a la acción de las fuerzas sociales en la construcción de
la ciudad, lo que, a su vez, implica una acción en el tiempo, pero en un tiempo
dilatado al ser las fuerzas sociales una instancia de una cierta
indeterminación (Torres, 2019)
Aun cuando
desde las políticas públicas, se busca otorgar mayor poder al pueblo
organizado, para que participe y asuma la planificación y gestión de sus
territorios con un rol protagónico, éste no siempre tiene una comprensión de
los hechos o situaciones en su totalidad. Por ello, las acciones del Poder
Popular deben ser precisadas para que, por un lado, se articulen e integren con
pautas o lineamientos específicos, a los proyectos estructurantes definidos
-por ahora- por el Poder Público del Estado-Nación, en función de las
necesidades de la población y por otro, den respuestas formales, a corto y
mediano plazo, a situaciones coyunturales o vinculantes, propias de la
cotidianidad (Herrera, 2019)
Finalmente, además de la visión integradora que debe considerarse en la
gestión del hábitat para lo productivo, sin descuidar las dimensiones de lo
social, ecológico, administrativo-institucional y la resolución dialéctica
abordada para superar la contradicción urbano-.rural, que reedita la vieja
visión colonialista de metrópoli-periferia; existe todo un basamento
constitucional, legal y normativo para hacer posible esa realidad, de superar
el modelo extractivista y de acumulación del capital en pocas manos, con un
modelo de gestión ecosocialista de la producción, absolutamente respaldado con
normas especializadas tanto para la integración y articulación de las
organizaciones e instancias del poder popular, así como la definición de los
diversos tipos de propiedad para socializar los medios de producción; recogidos
en el compendio conocido como Leyes del Poder Popular, que es parte fundamental
de los cambios revolucionarios suscitados en Venezuela para
superar la democracia representativa burguesa e instaurar una democracia directa,
participativa y protagónica.
Dentro de
tales normas se han considerado tanto las diversas figuras que como
organizaciones e instancias deben articular al Poder Popular desde el Consejo
Comunal de Residencias Santa Cruz y los de sus comunidades vecinas; hasta los
Consejos Campesinos de las áreas agrícolas rurales vecinas, los Consejos de
Trabajadores y Trabajadoras de las diversas empresas de la Zona Industrial
aledaña, y la necesidad de crear la Comuna Este de Santa Cruz, que englobe su
articulación en un Plan de Desarrollo Comunal que se ha concretado en el mapa y
en los esquemas de volumetría en los productos del Foro 3.
Es
importante destacar que, además de dar respuesta a las inquietudes de la
dimensión productiva, en compendio de acciones se proyectan de forma
integradora hacia todas las demás dimensiones consideradas, con un efecto
sinérgico resultante de aplicar simultáneamente todas sus consideraciones,
prioridades, con la visión estratégica de cuidar debilidades y amenazas,
aprovechar fortalezas y oportunidades, que ha enriquecido el estudio del caso.
Las propuestas de acción consideran mejoras para los aspectos urbanos,
ecológicos, administrativo-institucionales y sociales, además de dar aportes
para la autogestión productiva, en el Plan de Desarrollo Comunal de la Comuna
Este de Santa Cruz de Aragua.
Asimismo,
que la práctica pública burocrática de la IV República ha sido contrarrestada
con los programas de acción directa contemplado en las Grandes Misiones y las
Misiones del proceso Bolivariano; y las instituciones estatales viejas y nuevas
que son activadas en los programas de acciones del Foro 3.
REFLEXIONES
En la Ciudad Comunal existen diferentes
formas de organización socioproductivas que dan lugar a distintos procesos
colectivos los cuales deben organizarse ya sea por tipo de producción, para
acceder a capacitación o asistencia técnica, en torno a problemáticas sociales
para servir como ejemplo de organización comunal en oposición a las formas
capitalistas y liberales.
De igual manera, se deben tomar en cuenta
otras formas de producir alimento y de vivir, lo que en la comunalización
obliga a repensar en formas diversas que cuenten con un diseño de producción y
de vida que implique practicar una teoría del valor diferente a la planteada
por el capitalismo, y explorar la potencialidad de esa forma de vida para
plantear otras alternativas.
En ese orden de ideas, se deben
conjugar los factores sociales,
económicos, políticos, históricos, jurídicos, culturales, para que su
interacción con las instituciones, mediante la práctica de la gestión y
partiendo de la ejecución de las políticas públicas sea posible efectivizar las
prácticas de participación que superen el nivel del discurso y se materialice
en interrelaciones concretas de construcción colectiva para el emprendimiento, la innovación, la
posibilidad de adecuar la planificación a diferentes situaciones y generar
respuestas novedosas a necesidades específicas de las comunidades.
Cabe destacar, que en la organización
económica su objetivo no es la maximización del beneficio, ya que sus prácticas
no están orientadas exclusivamente por las señales que emite el mercado y una
relación instrumental con la naturaleza, sino por la reproducción ampliada de
la vida de sus miembros y de la naturaleza, objetivo primordialmente
ecosocialista, esto no quiere decir la negación de la búsqueda de beneficio
económico, sino producir manteniendo el trabajo creativo como eje con su forma
micro organizativa (Unidades de Producción Familiar), con su eficiencia
económica que es la calidad de vida, la emancipación de los trabajadores a
través de relaciones de solidaridad, tomando en cuenta que el control de las
condiciones generales de su propia reproducción debe pasar a manos de los
trabajadores organizados.
De la organización social para la
extracción, transformación, distribución, intercambio y consumo de bienes y
servicios para la satisfacción de necesidades y deseos legítimos, es preciso el
trabajo colectivo autogestionado, de la educación popular con el compromiso de
la construcción de una economía que parta de la vida orientada por la
reproducción ampliada de la vida de todos, basada en el metabolismo natural del
ciclo de la vida, donde la economía sea un medio, no el fin, para la vida plena
en comunidad, donde el trabajo sea productor de bienes de uso que satisfagan
las necesidades legitimas de todos donde desarrollar formas de vida que
incluyan al trabajo creador redefina formas de producción y de consumo que
protejan los equilibrios ecológicos frenando la especulación de alimentos.
Lo estratégico
del ejercicio de planeación está en entender y reconocer que:
1.
Existen diversos actores con fuerza real (económica, social y política) que
deben ser convocados a la definición de la estrategia de prever el destino del
hábitat (que es la misión de la planificación), no solamente para consultarles su
opinión sino para decidirla y participar en su ejecución.
2.
Los recursos son escasos y además los que existen están mal utilizados o
enfocados de forma errónea, se requiere hacer un inventario de activos para
potenciarlos. Los dueños de esos recursos deben participar en la definición
estratégica, la iniciativa privada debe estar al tanto y participar de la
estrategia también.
3.
La planeación es una herramienta de la gestión, debe pensarse desde el
principio como un elemento para facilitar la gestión.
Por otro lado, la autogestión es determinante
en el surgimiento de una sociedad independiente y solidaria para producir una
ciudad compacta socialista sustentable y sostenible, teniendo en cuenta siempre
la preservación del ecosistema como patrimonio socio-económico que nos aporta
la vida humana. El mantenimiento de las áreas es un tema primordial en el
surgimiento de nuevos planes productivos, seguridad, social y cultural; en el
ámbito de querer tu entorno y querer mejorarlo no caer en ese sentido vicioso
del pensar capitalista.
Es preciso enfatizar, que la característica que
hace singular al planeamiento urbano deriva de la especial complejidad del
hecho urbano. Esta complejidad es inherente a la actividad humana de la
sociedad que vive y se desarrolla en una zona donde hay circunstancias internas
y externas determinadas que, por su propia naturaleza, se encuentra siempre en
situación de cambio. Brindando así, el hecho urbano una dimensión no sólo
espacial, sino también estacional, lo cual resulta diferencial respecto de
otras iniciativas que tienen por objeto proyectar una nueva realidad
construida. Además, no sólo el conjunto urbano sino también los elementos que
lo integran presentan esa complejidad espacial y temporal, siendo difíciles de
detectar y analizar los factores que inciden en su origen y evolución. Por
añadidura, el análisis sufre de la incertidumbre del sistema de valores y de la
incertidumbre acerca de las intenciones que rodean el hecho urbano.
Como nivel local, puede entenderse aquel
proceso que está orientado a considerar el núcleo urbano como una unidad
histórica en su crecimiento y desarrollo.
De cara a la preparación del planeamiento
que necesite un sector determinado, es preciso considerar quiénes son los
organismos y personas que tienen protagonismo en la construcción de la ciudad,
tanto por las responsabilidades que ostentan en razón de las competencias y
obligaciones que resultan de su función, como por el poder real que ejercen a
través del ejercicio de sus actuaciones. Ante todo, debe entenderse y conocerse
el funcionamiento que se deriva, en materia de urbanismo, con objeto de
garantizar una equidad entre todos los ciudadanos buscando siempre dignificar
al colectivo que en el sector hace vida.
Pero la responsabilidad y competencia
última respecto del planeamiento urbano son los municipios los que tienen la
responsabilidad de ordenar urbanísticamente sus sectores, más el Plan de la Patria,
donde se promueve la participación activa y protagónica de los habitantes,
mediante la organización de las comunidades ejerciendo un proceso de
autogestión que beneficie cada zona. Para así poder generar el desarrollo de la
producción de sectores visiblemente desorganizados urbanísticamente hablando, y
así poder desarrollar planes que permitan activar los diferentes sectores de
producción en dichas zonas.
De lo anterior, se deduce que la
planificación urbana debe ser una actividad integrada a la gestión de las
ciudades y que una de las tareas más exigentes será renovar los sectores
deteriorados y subsanar las carencias en servicios, estructura vial local y el
transporte, para poder dar beneficios y mayor calidad de vida que puedan
generar el vivir bien de todos los habitantes del sector y que además puedan
tener la mayor conciencia en cuanto al cuidado del ambiente y el desarrollo
sostenible de las comunidades en pro de sus beneficios.
Partiendo de la experiencia del caso de
estudio, se pudo visualizar un carácter específico, donde su objeto, las
características de la comunidad, las instituciones que participan, sus medios materiales y simbólicos demuestran
que los enfoques de gestión resultan muchas veces poco adecuados y que las
experiencias son en general resultado de procesos continuos de aprendizaje
social autónomo confrontado al diseño tradicional de políticas establecidas,
procesos de diagnóstico del problema, programas y proyectos para solucionarlo y
modelo de gestión correcto para llevarlo a cabo. Esto presenta el desafío de
transformar estas prácticas para apoyar la innovación de nuevas formas de
desarrollo económico-social y de alianzas interinstitucionales, donde, desde la
experiencia de la disciplinariedad y transdisciplinariedad se puedan promover
nuevas habilidades sociales de planificación y gestión, organizando la
articulación de los diferentes actores que se despliegan en el territorio
comunal, las organizaciones socioeconómicas con sus necesidades, proyectos y
recursos necesarios y con los momentos de la gestión.
Los ideales
de donde partió la visión de patria, la patria que hoy tenemos, la patria de
Bolívar, de Sucre, de Ribas, de Manuela, de Miranda, de Samuel Robinson, la
patria para todos de Chávez, sigue y seguirá siendo un ideal colectivo en la conciencia
de muchos individuos. Cada era, siglo o generación pueden tener su ideal, este
suele convertirse en patrimonio de quienes con esfuerzo y persistencia
consiguen imponerlos a las generaciones siguientes, no como un fin, sino como
un camino que nos ha de conducir a un mundo mejor, que este mundo mejor, es
posible, que las utopías son alcanzables. En esta República Bolivariana, la
Pacha Mama ha parido idealistas e ideales capaces de hacerlo posible, mujeres y
hombres con la voluntad y el valor suficiente para enfrentar la voracidad
insaciable del sistema capitalista, con la imaginación necesaria para
materializar la doctrina ecosocialista del siglo XXI y con ello, contribuir a
la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana. Transformando
nuestros modos de vida y la construcción de una civilización sostenible, modos
de vida armónicos, respetuosos de la madre tierra, es decir; modos que nos
retrotraigan con nuestro patrimonio cultural ancestral, modos que nos conduzcan
a nuevas dinámicas político-económicas que nos permitan administrar
eficientemente los recursos materiales y no materiales que nos otorga nuestro Estado
Nación, constituyente u constituido de manera simbiótica, para que emerja de
ello la esencia fundamental de una nueva arquitectura del país. En tal sentido
le corresponde al poder popular, que es constituyente como pueblo soberano, en
la organización de las bases sociales, en la conformación de los consejos
comunales y las comunas, en los poblados, en la ciudades y es Poder Constituido
en las instituciones del Estado en todas sus escalas, pero también éstas están
constituidas por Pueblo, todas fuerzas que convergen en una misma dimensión, la
dimensión social, en donde tributan lo económico productivo, lo urbano, lo
ecológico y la producción gestionaría; por ello se hace esencial que la planificación
sea patrimonio cultural de todos para convertirnos en sujetos históricos del
poder popular.
“…. Nuestra construcción se desenvuelve con
ímpetu en todos los terrenos y ha conseguido grandes éxitos, pero en el actual
período de transición, de grandes cambios sociales, hay aún muchos problemas
difíciles. La existencia simultánea del avance y las dificultades, es
precisamente, una contradicción. Sin embargo, todas las contradicciones no sólo
deben ser resueltas sino que pueden serlo por completo. Nuestra política es
planificación total, y disposiciones apropiadas” (Mao Tsetung)
BIBLIOGRAFIA
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